Amnesia del desarrollo: vivir en el olvido
“Cada mañana al despertar soy perfectamente capaz de recordar las principales capitales y ríos europeos, o el nombre de los presidentes de mi país y los diferentes sucesos que han marcado la historia contemporánea; y, sin embargo, me siento totalmente perdido cuando tengo que enfrentarme al hecho de que las chicas me consideran un pesado, porque siempre intento ligar con ellas olvidándome de que ya he sido previamente rechazado en varias ocasiones. No soy capaz de archivar en mi memoria las vivencias del día a día que forjan mi carácter, aunque sí soy dueño de algunos recuerdos lejanos en el tiempo”.
¿Qué es la amnesia del desarrollo?
En 1997, Vargha-Khadem describe una rara afección conocida bajo el nombre de Amnesia del desarrollo, en la cual niños con un nivel de inteligencia normal que habían sufrido una patología hipóxico-isquémica en el período perinatal (comprendido entre el nacimiento y los 28 días de vida), padecían un trastorno de la memoria (especialmente de la memoria episódica o autobiográfica), con preservación de la semántica (que es aquella relacionada con la adquisición, retención y utilización del conocimiento acerca del mundo, en un sentido más amplio).
Es decir, eran chicos cuyo cerebro no era capaz de grabar todos los acontecimientos o vivencias que les ocurrían en el día a día en un lugar y un tiempo determinado. En cambio, podían adquirir, retener y utilizar los conocimientos generales acerca del mundo (hechos, conceptos y vocabulario), porque este tipo de memoria no tiene connotaciones de tiempo y espacio. Y para sorpresa de padres y educadores, aprendían con relativa normalidad un poema, las tablas de multiplicar o la lección de naturales. Sin embargo, eran incapaces de recordar que el día anterior habían salido de excursión.
Como denominador común, todos estos niños habían sufrido algún tipo de incidente grave en sus primeras semanas de vida (por ejemplo, una cirugía cardiaca a corazón abierto, un parto con sufrimiento fetal grave, una sepsis con fallo multiorgánico o una parada cardiaca a las 48 horas de vida), y habían superado dicho episodio sin secuelas neurológicas aparentes y con un desarrollo psicomotor normal.
Como resultado de ello se producía un bajo nivel de aporte de oxígeno en el cerebro, que producía una afectación específica del hipocampo, que es una estructura que interviene en la consolidación de los recuerdos y en su almacenamiento, y una zona del sistema nervioso central muy vulnerable al daño en etapas muy precoces del desarrollo. La falta de aporte de oxígeno al cerebro en estos casos, era la suficiente para producir un daño selectivo en el hipocampo, pero no para ocasionar un daño cerebral más grave y generalizado que provocara un déficit neurológico motor o cognitivo.
¿Por qué es una patología infradiagnosticada?
El desconocimiento de este trastorno de reciente descripción hace que sea una patología infradiagnosticada, por lo que el seguimiento de todos los recién nacidos de riesgo neurológico más allá de los 4-6 años (edad en la que suele finalizar el control de estos chicos en nuestro medio), y la valoración sistemática de la memoria en el estudio neuropsicológico, resultan de fundamental importancia para un diagnóstico lo más precoz posible.
Esto permitirá sin lugar a dudas un mayor y mejor conocimiento de esta entidad, así como la puesta en marcha de las correspondientes medidas psicoeducativas y de rehabilitación cognitiva, que reviertan en un mejor pronóstico y adaptación del niño y su familia a dicho trastorno.