5 puntos clave del injerto de hueso dental

Escrito por:

Dr. Arturo Bilbao Alonso

Cirujano maxilofacial

Publicado el: 05/04/2016
Editado por: Roser Bernés Ubasos


En ocasiones la falta de hueso en los maxilares puede comportar problemas para aquellas personas que deseen aplicarse un implante o cualquier otro tipo de tratamiento. En este tipo de casos la solución pasa por la cirugía de injerto de hueso dental.

 

¿Cómo se realiza un injerto de hueso dental? ¿Qué técnicas se aplican?

Se debe poner énfasis en que para poder hablar de injertos, se deben colocar células vivas en la zona receptora, de lo contrario se estaría hablando del implante de un biomaterial. Por ello, lo habitual es la obtención del hueso a injertar durante el mismo acto quirúrgico.

La zona donante puede ser intraoral o extraoral, y en casos más complicados, puede llevar su propia vascularización mediante la sutura de los vasos sanguíneos en la zona receptora. Se precisa fijación rígida complementada con biomateriales para facilitar la formación de huesos nuevos, pues el injertado se verá sustituido por nuevas células.

 

¿Realizar un injerto es doloroso? ¿Qué anestesia requiere?

Para los injertos de naturaleza intraoral, la anestesia local suele ser suficiente. En algunas ocasiones, los profesionales en Cirugía Oral y Maxilofacial complementan la intervención con una sedación para una mayor comodidad del paciente.

Para los injertos extraorales, en cambio, existen casos en los que se precisa anestesia general. El posoperatorio de ambos procedimientos suele ser confortable con el uso de los analgésicos y antiinflamatorios habituales.

 

¿A qué tipo de pacientes va dirigido el injerto? ¿Qué beneficios aporta?

Gracias a los injertos, es posible devolver volumen y estructura a pacientes que han perdido hueso por atrofia consecuencia de la falta de dientes. También para pacientes que han sufrido un tumor o un quiste en los maxilares, que presentan anomalías congénitas o enfermedades que han provocado una falta de volumen óseo para aplicar tratamientos convencionales.

 

¿Qué cuidados debe tener el paciente una vez realizado el injerto?

Es muy importante que el implante esté fijo y no reciba cargas hasta después de finalizar el tratamiento por completo. Esto implica, por tanto, no poder masticar encima de ellos.

La higiene oral debe ser frecuente y cuidadosa, además de evitar el tabaco. De hecho en relación al tabaquismo, hay que tener en cuenta que éste favorece la disminución del riego sanguíneo en las zonas implantadas. Asimismo, altera las características de la mucosa bucal y retarda la cicatrización. Todo ello conlleva un empeoramiento del posoperatorio y de la conservación de los implantes, así como del buen estado de la bocal en general.

 

¿Los injertos pueden implicar algún tipo de riesgo?

Como cualquier intervención quirúrgica, los injertos presentan riesgos que se minimizan con una buena planificación y técnica. No se debe olvidar que además, existe una zona donante que también puede verse afectada.

El porcentaje de éxito de los implantes es algo inferior al que se obtiene con los de hueso nativo. En algunas zonas donantes puede darse una alta reabsorción del injerto que dificulte la colocación de los implantes.

 

                                                                         

Pide cita con un especialista