5 preguntas clave sobre la epilepsia de lóbulo temporal

Escrito por:

Dr. Francisco Villalobos Chaves

Neurólogo

Publicado el: 16/03/2017
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La epilepsia de lóbulo temporal (ELT) es un síndrome epiléptico en el que se incluyen crisis originadas en las estructuras mesiales y en la neocorteza temporal lateral. Representa la epilepsia más frecuente de aparición durante la juventud y la más frecuente reconocida entre las epilepsias focales o parciales.

La principal consecuencia se manifiesta en forma de estigma social, que se produce cuando no se controlan las crisis. Por eso es importante que estos enfermos sean manejados por expertos en epilepsia que puedan evitar las consecuencias derivadas de la estigmatización.

 

¿Es importante reconocer la ELT?

Después de evaluar con detalle a un paciente, los neurólogos deben tener una hipótesis diagnóstica sobre qué síndrome epiléptico tiene basándose en entrevistas realizadas al paciente, pero también a testigos y familiares, que expliquen los síntomas que ven en el paciente y que permita concluir qué tipos de crisis sufre. Es muy importante reconocer tempranamente el tipo de epilepsia para tratarlo de la mejor manera posible desde el comienzo. La causa más importante dentro de la ELT es la esclerosis mesial temporal (EMT).

 

¿Qué síntomas evidencian una ELT?

El paciente puede presentar crisis epilépticas parciales complejas con trastorno de conciencia, crisis parciales simples sin trastorno de conciencia y crisis generalizadas convulsivas secundarias. Las auras son muy frecuentes y características. Se trata de síntomas que solo percibe el paciente y que no ven los testigos. Las crisis se pueden propagar a estructuras vecinas como el lóbulo frontal. Después de la crisis hay un periodo de confusión que dura unos minutos.

Los pacientes con epilepsia suelen presentar manifestaciones neuropsicológicas y neuropsiquiatrías comórbidas. Entre los déficits neuropsicológicos más importantes está la pérdida de memoria inmediata, y entre los trastornos neuropsiquiátricos están la depresión y la ansiedad.

 

¿Cuáles son las causas de la ELT?

Una historia de crisis febriles en la infancia o el antecedente de meningoencefalitis antes de los 4 o 5 años son las causas más frecuentes en un ELT, sobre todo si se aprecia una atrofia de un hipocampo.

Otras causas no relacionadas con las anteriores son las displasias, es decir una malformación del desarrollo cortical a nivel del hipocampo y de la amígdala temporal, causas traumáticas o vasculares, angiomas cavernosos, tumores en el lóbulo temporal, gliomas, oligodendtogliomas e infecciones. También existen causas genéticas de EMT.

 

¿Qué pruebas se deben realizar para diagnosticar la ELT?

Además de la historia clínica, se debe realizar una resonancia magnética y una electroencefalografía. Si el enfermo es refractario a algunos fármacos, entonces puede entrar en un análisis prequirúrgico con video electroencefalográfico, y otros estudios neurofisiológicos o neuropsicológicos.

Cabe tener en cuenta que muchos enfermos son candidatos a ser curados mediante cirugía si son refractarios y más de la mitad de pacientes queda libre de crisis con un buen estudio prequirúrgico.

 

¿Cómo se trata la ELT?

El tratamiento es farmacológico. Sin embargo, si el ELT se resiste a la medicación, se necesita cirugía, que consiste en una extirpación de la zona epileptógena estudiada.

En cambio, si se trata de una EMT con atrofia de hipocampo, se resecan la amígdala y el hipocampo selectivamente, o bien se realiza una resección. Finalmente, si la lesión está en la neocorteza temporal, se extirpa la lesión responsable con criterios de cirugía de epilepsia, o bien se realiza una resección amplia temporal anterior.

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