5 aspectos sobre la endometriosis

Escrito por:

Dra. María Eulalia Fernández Montolí

Ginecóloga

Publicado el: 21/04/2016
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La endometriosis es una enfermedad benigna, inflamatoria y crónica que provoca que aparezca tejido endometrial fuera del endometrio (membrana que recubre la parte interior del útero). Esta enfermedad ginecológica, que afecta a las mujeres jóvenes, se caracteriza por tener una dependencia hormonal y una evolución incierta.

 

Carácterísticas de la endometriosis

Pese a ser una enfermedad benigna, la endometriosis puede llegar a ser incapacitante, llegando a ser causa de absentismo laboral y académico. Por otro lado, no suele diagnosticarse fácilmente, ya que los síntomas son muy poco específicos. De hecho, se calcula que las pacientes tardan entre 7 y 12 años en ser diagnosticadas desde la aparición de los síntomas.

Otra características de esta enfermedad es que el 20% de las mujeres que la padecen no tienen síntomas, así que es aún más difícil de diagnosticar y de calcular la frecuencia de mujeres que la padecen. Aún así, se estima que entre el 5 y el 10% de mujeres jóvenes y entre el 35 y el 50% de mujeres adultas con problemas de esterilidad o dolores menstruales presentan endometriosis.

 

Endometriosis, ¿cuáles son sus causas?

No existe una causa clara de la endometriosis. En la origen de la endometriosis están implicados.

Susceptibilidad genética Factores inductores/Disruptores endocrinos: sustancias químicas ajenas al cuerpo humano que alteran el equilibrio hormonal. Pueden ser tóxicos o ambientales Acción de los estrógenos (hormonas femeninas) Entre las teorías sobre el origen de la endometriosis, destaca la teoría de la “Menstruación retrógrada”. Defiende que, durante la menstruación, el tejido endometrial es trasplantado a otros órganos pélvicos, donde se implantan y se desarrollan. Es la teoría predominante, aunque no explica por qué la mayoría de las mujeres tienen menstruación retrógrada y solo algunas tienen endometriosis.

 

Síntomas de la endometriosis

Los síntomas más frecuentes de la endometriosis son:

Dolor pélvico: puede aparecer como dismenorrea (dolor menstrual), el más habitual, suele ser secundaria (después de las primeras menstruaciones) y puede ser progresiva y severa, incluso incapacitante. También puede aparecer como dolor pélvico crónico, sin relación con la menstruación. Cuando la endometriosis es severa, la paciente puede sentir dolor en las relaciones sexuales. Dolor con la defecación: si la enfermedad afecta al intestino. Además de dolor puede haber otros síntomas (estreñimiento, diarrea o sangrado en las deposiciones) que pueden ser crónicos o cíclicos. Dolor con la micción o sangrado por la orina: cuando la endometriosis afecta a la vejiga urinaria. Otros síntomas (en función de dónde se implante el tejido endometrial): ciatalgia (dolor en el nervio ciático), dolor en la pared abdominal, en la cicatriz de la cesárea o en el periné, entre otros. Trastornos psicológicos: depresión, ansiedad o falta de deseo sexual. Esterilidad: muchas veces está relacionada con la endometriosis, ya que entre el 30 y el 50% de las mujeres con endometriosis presentan esterilidad.

En el caso de las adolescentes, los síntomas y la presentación clínica son muy diferentes, lo que requiere un tratamiento más específico. Por este motivo, es necesario que sean tratadas por Ginecólogos especializados en endometriosis.

 

Diagnóstico

En primer lugar, el diagnóstico de la endometriosis se basa en la historia clínica de la paciente. En el examen pélvico se observan los signos típicos de endometriosis: molestias al mover el cuello del útero, al explorar los ligamentos útero-sacros (situados junto al cuello del útero) y útero fijo en posición de retroversión (hacia atrás).

Las pruebas de imagen son muy útiles para diagnosticar la endometriosis:

Ecografía: puede diagnosticar endometriomas ováricos (quistes endometriósicos en los ovarios), endometriosis profunda, así como la adenomiosis (endometriosis en el útero). Resonancia magnética nuclear (RMN): puede diagnosticar la endometriosis profunda, endometriomas ováricos y endometriosis en otras localizaciones. La RNM también puede diferenciar los endometriomas de otros tipos de quistes (quiste dernoide, quiste hemorrágico o tumor maligno).

Para diagnosticar la endometriosis de forma definitiva, se realiza una biopsia mediante laparoscopia, una intervención quirúrgica mínimamente invasiva.

La enfermedad, se puede clasificar en tres tipos:

Endometriosis superficial peritoneal Endometriosis ovárica (endometriomas) Endometriosis profunda

Para determinar la severidad de la endometriosis, se clasifica en una escala del I al IV, según la clasificación de ASRM 1996 (American Society of Reproductive Medicine) que es la clasificación más utilizada.

 

Tratamiento

Dado que la endometriosis es una enfermedad hormonodependiente, el tratamiento hormonal es básico para tratar la enfermedad, en cualquiera de las formas existentes: progesterona, danazol, análogos de GnRh, gestrinona, anticonceptivos orales…

El primer tratamiento médico a indicar los antiinflamatorios no esteroideos, que pueden indicarse solos o junto anticonceptivos hormonales orales o progestagenos. Si este tratamiento falla, también se pueden prescribir análogos de GnRh o recurrir a la cirugía como última opción.

Si la paciente ha decidido someterse a una cirugía, debe tener en cuenta que:

Hay que valorar el balance entre el riesgo y el beneficio: si la cirugía es muy extensa, puede tener complicaciones y efectos indeseables importantes. El objetivo de la cirugía es la eliminación de los síntomas, más que de la enfermedad. La cirugía debe ser la última opción para el tratamiento del dolor. Sólo si incapacita a la paciente y es persistente y sugestivo de endometriosis profunda. Siempre se debe haber probado antes el tratamiento médico. Recurrir a especialistas en la enfermedad y con equipo multidisciplinar: la cirugía puede afectar a varios órganos. En caso de endometrioma, se recomienda la cirugía a partir de un determinado tamaño, en caso de rotura o torsión de endometrioma o de masa pélvica sospechosa. El tratamiento del endometrioma mejora las tasas de fertilidad posterior. No se recomienda en pacientes sin síntomas ni esterilidad.

Existen tres tipos de aborde quirúrgico de la enfermedad:

Cirugía laparoscópica convencional: es adecuada para la mayoría de procedimientos, incluso para la endometriosis profunda. Cirugía abierta: se recomienda para los casos de endometriosis profunda, con implantes severos y afectación intestinal o uretral. Cirugía laparoscópica asistida por robot

Una vez realizada la intervención quirúrgica, la paciente puede recibir un tratamiento postoperatorio para alargar el periodo de tiempo sin enfermedad y retrasar las recaídas, en caso de extirpación incompleta de las lesiones o dolor pélvico severo.

Por otro lado, existen una serie de tratamientos complementarios para mejorar la calidad de vida de los pacientes y que se aplican en un contexto multidisciplinar juntamente con el ginecólogo especialista en endometriosis:

Reproducción asistida Acupuntura Rehabilitación y fisioterapia Terapia sexológica Tratamiento nutricional-dietético Psicología Psiquiatría Clínica del dolor Grupos de apoyo (asociaciones de pacientes)
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