Rinoplastia para mejorar la morfología nasal y mejorar la ventilación: dos conceptos complementarios

La rinoplastia, es el término con el que identificamos la cirugía de nariz, sobre todo cuando deseamos modificar su morfología.  Es un procedimiento quirúrgico que busca mejorar la forma y función nasal, este ha evolucionado con el tiempo, ofreciendo resultados más naturales y personalizados.

Además de los objetivos estéticos, también puede corregir problemas respiratorios y estructurales, siendo fundamental en pacientes que han tenido traumatismos nasales previos, con fracturas, en los que hay una alteración de la ventilación nasal.

Objetivos y procedimiento

Cada paciente tiene expectativas únicas, por lo que la rinoplastia se adapta a las necesidades individuales, incluso a veces se presenta el paciente en consulta con una fotografía de la nariz que quiere tener. Los cirujanos plásticos tienen que explicar muy bien a los pacientes los métodos quirúrgicos, para que comprendan sus objetivos estéticos y funcionales, asegurándose de lograr resultados satisfactorios y una armonía nasal correcta, dentro del marco facial.

El procedimiento puede realizarse de dos maneras con el fin de mejorar la parte cartilaginosa de la nariz, pero también la parte ósea:

• La técnica cerrada, donde las incisiones se realizan dentro de la nariz.
• La técnica abierta, que implica una incisión adicional en la columela (la parte externa entre las fosas nasales, de forma quebrada para que se note la incisión menos).

Durante la cirugía, podemos resecar parte del tabique nasal y los cornetes, para mejorar la ventilación, además de colocar injertos de expansión; podemos mejorar el dorso nasal (la giba), tratar la punta nasal para elevarla, estrecharla y realizar las maniobras necesarias para mejorar su forma; podemos estrechar la nariz en general y en casos determinados, estrechas los orificios nasales.

Recuperación y cuidados postoperatorios

El tiempo de recuperación varía en cada paciente, pero generalmente se puede dar el alta hospitalaria horas más tarde de la intervención o al día siguiente, en función de las maniobras que tengamos que realizar en la nariz. Colocaremos un taponamiento nasal y una férula de protección, que es fundamental para contralar también la inflamación.

Es muy importante seguir las indicaciones del especialista, que pueden incluir el uso de férulas nasales y medicamentos para controlar el dolor y reducir la hinchazón.

Posteriormente se realizan lavados nasales para poder retirar coágulos y restos de sangre. Los resultados finales pueden tardar meses en manifestarse completamente. Normalmente el paciente nota un resultado al mes de la intervención, pero los profesionales podemos seguir notando inflamación nasal durante meses, sin quitar que el paciente va a estar contento con el resultado.

¿Quiénes son candidatos ideales?

Los candidatos ideales para la rinoplastia son personas emocionalmente estables y saludables que tienen expectativas realistas sobre los resultados. Este hecho es muy importante en la relación médico-paciente, para poder comprender el objeto de la intervención y las expectativas.  No recomendamos intervenir a los adolescentes hasta que su rostro haya madurado por completo.

Como hemos explicado anteriormente, también se trata de abordar y solucionar problemas médicos, como dificultades respiratorias debido a la desviación del tabique nasal. Esta doble función hace que la rinoplastia sea una intervención de mejora estética y de mejora funcional.

No obstante, tenemos gran experiencia en tratamiento de narices ya intervenidas previamente (rinoplastias secundarias y terciarias), con resultados incorrectos, que requieren la realización de intervenciones altamente complejas y que en ocasiones requieren del uso de injertos costales o auriculares.

Si está considerando someterse a esta cirugía, es crucial consultar con un cirujano plástico experimentado para discutir los pormenores de esta operación con el fin de mejorar la armonía facial.