Colágeno 1: la mejor opción contra el dolor miofascial

Written by: Top Doctors®
Published: | Updated: 20/08/2021
Edited by: Albert González

¿Tienes dolor en una zona muscular y tendinosa todo el tiempo, sobre todo con el estrés o la fatiga? ¿Sientes en esa zona rigidez o contractura que tú mismo puedes palpar y que no se te quita con nada? El 50 por ciento de la población ha presentado este tipo de dolor a lo largo de su vida.

 

Hasta hace unos años, los científicos y los médicos habíamos pasado por alto un órgano de vital importancia para el cuerpo humano. Se trata de la fascia, una red de tejido oculto que se extiende y conecta todo el organismo. Antes se consideraba a la fascia como un tejido de sostén para las células, un mero material de envoltorio sin importancia.

 

Hoy en día, en cambio, está considerado el órgano sensorial propioceptivo más importante del cuerpo humano, además de un elemento fundamental en los procesos bioquímicos que producen la regeneración y la nutrición de los tejidos.

 

El tejido de la fascia está conectado del mismo modo que una telaraña. No sirve únicamente para nutrir y reproducir las células, sino que permite a su vez que estas produzcan más tejido conectivo si tienen suficiente oxígeno y nutrientes para ello. Las células que no consiguen este proceso mueren en lo que se conoce como la apoptosis.

 

En este sentido, el síndrome miofascial, un cuadro de dolor crónico que afecta a músculos, articulaciones y tendones, afecta a tres de cada diez pacientes que acuden al médico de cabecera. Además, está presente en nueve de cada diez personas con dolor lumbar crónico. El signo principal del dolor miofascial son los puntos gatillo o puntos trigger, una especie de nódulos palpables que aparecen en el músculo, los ligamentos o alrededor de las articulaciones. Estos puntos localizados tienen menos elasticidad y parecen estar siempre contracturados, ya que al comprimirse y estirarse provocan dolor en una zona amplia.

 

La causa de la aparición de los puntos gatillo son los microtraumatismos y la sobrecarga del músculo, los tendones o los ligamentos. Al observar estos nódulos en el microscopio electrónico se observa que las fibras de tejido conectivo están alteradas. A su vez, el síndrome miofascial está muy relacionado con la edad y los factores hormonales. Los desencadenantes habituales del dolor son los movimientos bruscos, la fatiga, el ambiente frío y húmedo, así como los trastornos emocionales.

 

El dolor del síndrome miofascial suele ser continuo y en una zona localizada. A veces aparece el dolor al mínimo roce o presión y, rara vez, hormigueo. Puede estar relacionado con síndromes tan diversos como el dolor lumbar, cervical, del trapecio piramidal, del glúteo medio, del cuadrado lumbar supraespinoso, etc.

 

Si el dolor en estas zonas persiste el suficiente tiempo puede llegar a cronificarse para siempre. Esto se debe a que el dolor crónico produce un círculo vicioso de estrés, ansiedad y cansancio mediado por el cortisol, el estrés y el aumento del cortisol, que de forma mantenida inhibe los mecanismos reparadores de los tejidos, produciendo una serie de alteraciones inmunológicas que impiden que el cuerpo se repare. Esto puede llegar a afectar a todo el organismo haciendo que las tareas que antes te parecían llevaderas, como levantarte por la mañana, te supongan un mundo.

 

El síndrome miofascial es una enfermedad invisible, no aparece en las pruebas. 

 

Un caso real

El síndrome miofascial es una enfermedad invisible, pues no aparece en la resonancia ni en ninguna otra prueba. Sin embargo, a pesar de que es difícil, su tratamiento es posible. En este sentido, una de mis pacientes superó su síndrome miofascial con tan solo dos sesiones de tratamiento.

 

Acudió con un dolor de espalda en la columna dorsal de más de un año de evolución. Ella decía que era como si tuviese un clavo clavado en la espalda. Era un dolor insoportable. La paciente había tenido una vida activa, pero el dolor la estaba limitando en su día a día y eso le angustiaba.

 

Le habían hecho multitud de pruebas y los resultados de la resonancia, la analítica y todo lo que le hicieron eran normales, pese al grado de dolor tan intenso que sufría. Los antiinflamatorios no le controlaban el dolor del todo y le producían hipertensión. Cuando acudió a la consulta pude observar que sufría dolor miofascial con varios puntos gatillo en los músculos electores espinales dorsal y trapecio.

 

Tras recibir solo dos sesiones de tratamiento los cambios fueron notables, hasta el punto que, a día de hoy, no ha vuelto a tener dolor. ¿Te preguntarás cómo he llegado a encontrar la solución para este tipo de dolor? Pues lo que te voy a contar me ha llevado muchos meses de búsqueda y es algo que pocos saben.

 

El colágeno es una proteína fundamental del tejido conectivo que proporciona el soporte necesario a las células de la fascia, denominadas fibroblastos y al resto de órganos. Además, el colágeno no solo da soporte mecánico, sino que actúa como factor de crecimiento y promueve la división celular de fibroblastos y la migración de células madre. Se sabe que la producción de colágeno disminuye mucho con la edad, sobre todo a partir de los 50 años y con la menopausia.

 

 

En mi carrera profesional me he dado cuenta de que los médicos a veces nos equivocamos tratando el dolor con antiinflamatorios. Tratamos el dolor que no deja de ser un síntoma, cuando deberíamos tratar la causa que lo produce siempre que sea posible. Los antiinflamatorios no solucionan el problema de base si se usan de forma prolongada. Además, los antiinflamatorios producen efectos secundarios en el riñón, el estómago y otros órganos, produciendo hipertensión, problemas cardíacos, gastritis y otros muchos problemas.

 

La verdadera causa está en el déficit de colágeno y de los mecanismos reparadores que se producen con la edad. Además, el uso de antiinflamatorios reduce la síntesis de colágeno, inhibe la reparación saludable de los tejidos, la síntesis de colágeno se eleva hasta tres días tras realizar el deporte intenso.

 

En este estudio, se muestra el efecto de los antiinflamatorios en la supresión del colágeno tras el ejercicio. El grupo que no había recibido antiinflamatorios tuvo un aumento muy significativo de la síntesis de colágeno, en cambio, el grupo que había tomado antiinflamatorios no aumentó la síntesis de colágeno y, este efecto de falta de síntesis de colágeno, se observó hasta 12 horas después de tomar antiinflamatorios.

 

Ahora que sabes que el colágeno ayuda a reparar los daños en el tejido y reducir la inflamación te preguntarás si tomar colágeno sería la solución. La respuesta es no. Está comprobado que la mayor ingesta de colágeno en forma de aminoácidos hidrolizados no aumenta la producción de colágeno muscular. No gastes dinero en suplementos esperando que solucionen este problema, ya que no existe ningún ensayo clínico de calidad que muestre la eficacia de los suplementos de colágeno. Fíjate en la cantidad de componentes presentes en una sola pastilla de uno de estos suplementos. Algunos de estos compuestos y vitaminas si se toman en exceso pueden incluso acumularse en el organismo, pudiendo llegar a ser perjudiciales. Además, el colágeno y el resto de vitaminas y minerales están presentes en una alimentación normal, por lo que no se recomienda suplementarlos salvo que sufra alguna carencia nutricional.

 

Ahora que sabes que el dolor de la fascia no se soluciona tomando colágeno y, menos todavía tomando antiinflamatorios, voy a mostrarte cómo tratar la causa del dolor de forma eficaz y así empezar desde hoy un plan que te haga recuperar tu salud. El tratamiento más eficaz para combatir este problema es administrar de forma directa el colágeno en los músculos, las fascias o los tendones que están produciendo el dolor.

 

Los médicos a veces se equivocan tratando el dolor con antiinflamatorios.

 

Colágeno 1: un tratamiento que ofrece resultados

Actualmente, existe un nuevo producto que está ayudando a mucha gente a superar el dolor miofascial: el colágeno 1. La administración directa de este colágeno es la mejor forma de favorecer la reparación del tejido conectivo y aliviar el dolor. El colágeno 1 mejora la elasticidad y la regeneración del tejido, ayudando a que el tejido deje de estar inflamado y disminuya el dolor.

 

El colágeno 1 es un tratamiento biológico que se obtiene de forma natural, sin modificaciones genéticas, el cual es inocuo y no tiene efectos secundarios. Se administra a través de una aguja en los puntos castillos y las fascias de la zona dolorosa, normalmente con la ayuda de un ecógrafo. 

 

La eficacia del colágeno 1 está demostrada en múltiples patologías. En este estudio de 2018 separaron aleatoriamente a los pacientes en tres grupos:

  • Grupo 1: recibió una inyección de colágeno 1 que se repitió a la semana.
  • Grupo 2: se utilizó lidocaína, un tipo de anestésico local. 
  • Grupo 3: fue el grupo de control que recibió un placebo, el suero fisiológico, que no tiene ningún efecto.

 

El grupo 1 tuvo una reducción significativamente mayor del dolor comparada con el grupo 2. El grupo 1 tuvo una reducción del dolor del 54% en dos sesiones y en el grupo 3 hubo una reducción del dolor con dos sesiones del 54%. El grupo 1 también tuvo una reducción significativamente mayor de la contracción muscular involuntaria medida por electromiografía comparada con el grupo 2 y el grupo 3. La reducción de la contracción muscular con dos sesiones fue del 59 %. Este estudio en mi experiencia confirma que las inyecciones de colágeno son el método más eficaz a la hora de reducir el dolor miofascial.

 

Con colágeno 1 mejorarás la estructura muscular y favorecerás la regeneración natural de la zona con un tratamiento biológico sin efectos secundarios. Con este tratamiento puedes empezar por fin a tener menos dolor y prescindir de tomar antiinflamatorios, evitando así los efectos secundarios que estos conllevan, además de ahorrar dinero en suplementos que no funcionan. Por fin puedes tratar eficazmente el problema empleando colágeno 1.

 

Antes de nada, no pienses que este tratamiento es milagroso. Normalmente, se necesitan varias sesiones y los resultados no son inmediatos. Además, este tratamiento no es válido para todo el mundo. Te voy a mostrar los criterios que deberías cumplir para que este tratamiento te resulte eficaz:

  • Tener dolor continuo en un grupo muscular concreto con sensación de rigidez o contractura. 
  • Apreciar algún nódulo tenso al tocar la zona que te duele, el cual al apretarlo duele mucho. 
  • Notar que el dolor aumenta con los movimientos, la fatiga muscular o el estrés.

 

En cambio, este tratamiento no es el idóneo si:

  • El dolor se localiza dentro de las articulaciones.
  • El dolor se deba a una lesión nerviosa que produce hormigueo o calambres en las piernas o las manos.
  • Tienes una inflamación muy llamativa en una zona con el enrojecimiento o hinchazón muy marcados.

 

Es decisión tuya si quieres dejar una vez de tener dolor miofascial. Pide tu tratamiento con colágeno 1 para dar solución a tu problema sin ningún compromiso.

*Translated with Google translator. We apologize for any imperfection
 Redacción de Topdoctors

By Redacción de Topdoctors
Pain Medicine

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