Bruxismo: una patología directamente relacionada con el estrés

El bruxismo es un trastorno que consiste en rechinar o apretar los dientes, normalmente mientras la persona que lo padece está dormida, y habitualmente se trata de un movimiento inconsciente.

El bruxismo desencadena en problemas en los dientes, como pueden ser desgastes, sensibilidad al frío o al calor, movilidad, pérdida de dientes, articulación en el cóndilo, problemas musculares (contracturas, dolor de cuello, apertura limitada de la mandíbula…).

Debido a que el bruxismo es nocturno, el paciente puede no darse cuenta a tiempo de los desgastes, signos y síntomas propios de esta patología, por lo que recomendamos acudir a revisión al menos una vez al año con su dentista.

Factores de riesgo del bruxismo

El factor de riesgo más frecuente del bruxismo es el estrés. Existen otros factores muy relacionados como la patología, como son la edad (frecuente en niños pequeños durante el recambio dentario), el tipo de personalidad (hiperactiva o agresiva), por ingesta de medicamentos (el bruxismo se asocia a efectos secundarios de algunos antidepresivos, medicamentos psiquiátricos, drogas…), y factores hereditarios (familiares que tengan o hayan tenido bruxismo).

Al margen de la férula, ¿cuál es la solución al bruxismo?

El tratamiento del bruxismo es necesario para restablecer el equilibrio entre los músculos, los dientes y las articulaciones.

Como tal, el tratamiento se centra principalmente en el uso de una férula de descarga. Esta férula tiene que estar bien ajustada y hacer revisiones frecuentes para chequear ciertos aspectos de la misma.

Existen muchos y distintos tipos de férulas, pero no todos son válidos.
Para disminuir el estrés antes de dormir, es recomendable no usar pantallas como móviles, tablets, y TV, momentos antes de dormir, así como infusiones, meditación…

En casos más graves, puede recurrirse al tratamiento de fisioterapia para disminuir las contracturas musculares asociadas al bruxismo, y el control del estrés mediante medicamentos ansiolíticos (afortunadamente son el menor de los casos). 

Para más información sobre el bruxismo y sus efectos, consulte con un especialista en Odontología.