Artrosis de rodilla: un desafío en la movilidad y el bienestar

La artrosis de rodilla es una condición médica crónica que afecta a millones de personas en todo el mundo, representando una de las principales causas de discapacidad y deterioro de la calidad de vida en la población adulta.

Esta enfermedad degenerativa de las articulaciones, caracterizada por el desgaste del cartílago que recubre las superficies óseas, puede generar dolor, rigidez y limitaciones en la movilidad, lo que impacta significativamente en las actividades diarias y el bienestar físico y emocional de quienes la padecen.

¿Cuáles son los principales factores de riesgo?

La artrosis de rodilla puede tener múltiples causas, siendo la edad avanzada y la carga crónica sobre las articulaciones dos de los principales factores de riesgo.

Otros factores que pueden contribuir al desarrollo de esta enfermedad incluyen la obesidad, lesiones previas en la rodilla, predisposición genética, alteraciones en la biomecánica de la rodilla y ciertas enfermedades metabólicas.

Principales síntomas de la artrosis de rodilla

Los síntomas de la artrosis de rodilla suelen desarrollarse de manera gradual y progresiva. Los pacientes pueden experimentar dolor en la rodilla afectada, especialmente después de periodos de actividad física o al estar de pie durante largos períodos de tiempo.

La rigidez articular es común, especialmente por la mañana o después de períodos de inactividad prolongada. Además, la pérdida de flexibilidad y la aparición de crepitaciones o chasquidos en la articulación pueden ser signos característicos de la enfermedad.

¿Cómo es el diagnóstico?

El diagnóstico de la artrosis de rodilla se basa en la combinación de la historia clínica del paciente, el examen físico y pruebas de imagen como radiografías y resonancia magnética. Estas pruebas ayudan a evaluar el grado de deterioro articular, la presencia de osteofitos (espuelas óseas), el estrechamiento del espacio articular y otros hallazgos característicos de la enfermedad.

¿En qué consiste el tratamiento?

El tratamiento de la artrosis de rodilla tiene como objetivo aliviar el dolor, mejorar la función articular y prevenir la progresión de la enfermedad. En las etapas iniciales, se recomienda la adopción de medidas conservadoras, como la pérdida de peso en caso de obesidad, la fisioterapia para fortalecer los músculos periarticulares y mejorar la movilidad, y el uso de medicamentos analgésicos y antiinflamatorios no esteroides para controlar el dolor y la inflamación.

En casos más avanzados, cuando el dolor y la discapacidad son severos y no responden al tratamiento conservador, pueden considerarse opciones quirúrgicas, como la artroplastia total de rodilla. Durante este procedimiento, se reemplaza la articulación afectada por una prótesis artificial, lo que proporciona al paciente alivio del dolor y mejora significativa en la movilidad y la calidad de vida.

Con un enfoque multidisciplinario que incluya medidas de prevención, tratamiento conservador y opciones quirúrgicas cuando sea necesario, es posible mejorar el pronóstico y brindar alivio a quienes sufren esta enfermedad debilitante. Ante cualquier duda es esencial consultar con un especialista con experiencia.