La terapia fotodinámica, una terapia innovadora para tratar enfermedades de la piel

La terapia fotodinámica (TFD) es un tratamiento poco invasivo que se utiliza para tratar enfermedades de la piel y tratamientos estéticos cutáneos.  Dentro del ámbito de las enfermedades de la piel, la TFD se usa para tratar el acné, la rosácea, carcinomas o la enfermedad de Bowen, entre otros problemas de la piel. En el campo de la dermatología estética se utiliza para tratar el fotoenvejecimiento cutáneo.

¿Cómo se realiza la terapia fotodinámica?

Para llevar a cabo la terapia se aplica en la piel un agente sensibilizante que reacciona con la piel. Después, se expone la piel a una luz con una longitud de onda específica. Esta luz reacciona junto con las células sensibilizadas y se destruyen. Las células que reaccionan a la fotoradiación son las que tienen alguna patología, ya que tiene más capacidad para captar las ondas. Por este motivo, es un tratamiento que se usa para tratar células afectadas por alguna patología o tumor.

Este tratamiento está siendo más investigado para conocer con profundidad los procesos bioquímicos que se llevan a cabo. Por eso, cada vez se usa más para tratar enfermedades de la piel. Gracias a los avances de los últimos años se ha perfeccionado la técnica para que sea menos invasiva y más eficaz.

La terapia fotodinámica también se utiliza para el tratamiento del fotoenvejecimiento cutáneo, que aparece en las pieles claras por la gran exposición al sol. Para que la terapia sea efectiva y de resultados hay que calibrar la luz de forma correcta y escoger los mejores productos fotosensibles para cada piel en particular. En cualquier caso, es necesario consultarlo con un especialista en Dermatología.