4 claves del glaucoma

Escrito por: Dr. Juan Lillo Sopena
Publicado: | Actualizado: 20/02/2020
Editado por: Top Doctors®

¿Qué es el glaucoma?

El glaucoma está causado principalmente por el aumento de la presión intraocular, la cual, en condiciones normales oscilaría entre 10 y 21 mmHg. La presión intraocular puede aumentar con el paso de los años, y según determinadas circunstancias. Este aumento puede ser de forma aguda o crónica, causando una atrofia progresiva del nervio óptico, lo cual provoca una pérdida progresiva de la visión periférica y, con el paso del tiempo, de la visión central.

 

La mayoría de los casos de glaucoma no se detectan hasta que el daño es permanente e irreversible, debido a que normalmente la alteración es gradual e indolora.

 

El glaucoma es una de las causas principales de ceguera en el mundo.

 

Las revisiones anuales son muy importantes para la prevención del glaucoma.

 

¿Qué tipos de glaucoma existen?

  • Glaucoma crónico: es el más habitual. Este tipo de glaucoma no muestra ninguna sintomatología hasta que la pérdida de campo visual es considerable.
  • Glaucoma agudo: poco común. Causa un dolor de gran intenso, inicialmente súbito, provocando una pérdida importante de la visión. Normalmente viene acompañado por náuseas y vómitos. Debe tratarse de forma urgente.

 

¿A quién afecta el glaucoma?

El glaucoma suele aparecer a partir de los 40 años de edad y es una patología bastante habitual.

 

La población con mayor riesgo de padecer glaucoma es aquella que tiene antecedentes familiares, ya que la patología tiene un componente hereditario.

 

Es por estos motivos que, a partir de los 40 años, es importante someterse a revisiones oftalmológicas anualmente.

 

¿En qué consiste el tratamiento?

Lo más importante para el paciente es la prevención. Por este motivo se debe subrayar la importancia de seguir controles anuales a partir de los 40 años.

 

En cuanto se diagnostica la patología se pueden seguir 3 tipos de tratamiento:

  • Tratamiento médico: se emplean colirios para reducir la presión intraocular. En la mayoría de casos, esto es suficiente para controlar el glaucoma. Es vital que el paciente siga las instrucciones de la medicación, ya que cuando no se aplique las gotas, la presión subirá y el glaucoma no estará bien controlado.
  • Láser: se emplea en algunas situaciones, cuando el tratamiento médico no es suficiente para controlar la enfermedad.
  • Cirugía (trabeculectomía): se realiza cuando, pese a emplear las medidas anteriores, se sigue produciendo una pérdida progresiva del campo visual. Se basa en crear una nueva vía de salida para el líquido que se genera en el ojo y, de esta forma, lograr que se reduzca la presión.

 

Por Dr. Juan Lillo Sopena
Oftalmología

El Dr. Lillo es un prestigioso especialista en Oftalmología. Cuenta con más de 25 años de experiencia en la profesión y una extensa formación en distintos ámbitos de la especialidad. A lo largo de su trayectoria ha realizado más de 5.000 intervenciones quirúrgicas. Paralelamente a su labor asistencial ha desarrollado una importante tarea divulgativa, participando en diversos congresos, y tiene numerosos estudios publicados. Actualmente dirige su propia consulta privada. 

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