Los síntomas del vaginismo son la incapacidad de mantener relaciones sexuales o realizar la penetración vaginal sin causar dolor. La afección normalmente se de detecta durante la adolescencia y la edad temprana adulta, con el inicio de la menstruación y de las relaciones sexuales.
¿Cuáles son las causas del vaginismo?
La causa del vaginismo no es el resultado de una vagina pequeña o estrecha, las mujeres con esta afección tienen el mismo tamaño de vagina que otras mujeres, pero los músculos internos son propensos a contraerse involuntariamente. Las causas subyacentes pueden incluir uno o más de los siguientes factores:
Preocuparte de que tu vagina sea demasiado pequeña
Preocuparte de que el sexo vaya a ser doloroso o te cause daño
Historial de abusos sexuales
Haber causado daño previo a la vagina, una episiotomía
Condiciones dolorosas de la vagina o las áreas circundantes
Tu primera relación sexual fue dolorosa y/o incómoda
Problemas con tu pareja
Miedo a quedarte embarazada
¿Qué tratamiento existen para el vaginismo?
El tratamiento para el vaginismo depende de la causa subyacente. Los tratamientos pueden incluir:
Dilatadores vaginales: son una serie de conos cilíndricos de diferentes tamaños que se utilizan en la comodidad de tu propia casa para que te acostumbres progresivamente a insertarte algo dentro de la vagina. Puede durar días o meses, y el paciente debe ir a su propio ritmo.
Ejercicios del suelo pélvico: son recomendados junto con el tratamiento anterior, por lo que la paciente se acostumbra a la sensación de contraer y relajar los músculos, con el objetivo de poder elegir voluntariamente relajarse mientras mantiene relaciones sexuales, por ejemplo. A veces, una máquina de biofeedback puede ser utilizada con un ginecólogo. Este dispositivo permite informar a la paciente cuándo está contrayendo (en el caso de que ella no lo sepa) y para que se acostumbre a la sensación y aprenda a dominarla.
Terapia sexual: la terapia psicológica es una opción recomendada, especialmente si la causa subyacente es un trauma sexual. Se pueden emplear análisis dinámicos, asesoramiento o terapias cognitivo-conductuales.
Cirugía: en casos en donde puede haber habido un trauma quirúrgico previo, o un bloqueo que causa un estrechamiento de la vagina, puede que sea necesaria la cirugía. A la paciente se le administrará anestesia y se le extraerá una pequeña cantidad de tejido.
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