Síntomas de la trombofilia
Los principales síntomas de la trombofilia son:
- Hinchazón y tensión en las piernas
- Dolor en el pecho cuando respira profundamente
- Alteración del color de la piel
- Presencia de circulación venosa superficial en las extremidades
Diagnóstico de trombofilia
El examen para el diagnóstico de trombofilia es el ecocolordoppler que evalúa los movimientos del flujo sanguíneo utilizando una sonda que utiliza el efecto Doppler y resalta las variaciones sospechosas que podrían corresponder a un trombo. El ecocolordoppler es un examen no invasivo con pocas contraindicaciones; por estas razones, puede repetirse incluso aunque haya pasado poco tiempo para tener bajo control el flujo sanguíneo.
¿Cuáles son las causas de la trombofilia?
Las causas de la trombofilia pueden ser congénitas o adquiridas, según el tipo de trombofilia:
- Organismo genéticamente predispuesto a desarrollar coágulos sanguíneos en los vasos sanguíneos (congénitas)
- Neoplasias malignas (adquiridas)
- Cardiopatías (adquiridas)
- Enfermedades de la sangre (adquiridas)
- Colagenopatías (adquiridas)
- Síndromes nefróticos (adquiridas)
- Parálisis de las extremidades inferiores (adquiridas)
¿Se puede prevenir?
La trombofilia puede prevenirse si se cuida la salud adoptando de un estilo de vida sano y se realiza un screening adecuado para identificar patologías cardiovasculares, especialmente para aquellas personas que han tenido episodios de trombosis recurrentes, trombosis neonatal sin motivo, trombosis arterial antes de los 30 años , trombosis en la familia o abortos repetitivos.
Tratamientos para la trombofilia
El principal tratamiento para la trombofilia es una terapia basada en anticoagulantes orales que bloquean la formación de trombos y controlan el estado de los que ya existen. Cuando se inicia una terapia a base de anticoagulantes, se tienen que realizar análisis de sangre periódicos (tiempo de protrombina y tromboplastina) para comprobar cómo se coagula la sangre y ver si el paciente está tomando los fármacos correctos.
¿A qué especialista hay que dirigirse?
En el caso de la trombofilia, es aconsejable dirigirse a un especialista en hematología.