Reflexiones sobre una buena dieta para bajar de peso

“Una dieta de este tipo debe de ser: cómoda, racional, natural y personalizada”.

O sea, que sea fácil, usando solo alimentos, variada, equilibrada y saludable y que esté confeccionada en relación a la persona que la va a llevar.

“Una dieta para bajar de peso debe de ser saludable, comiendo variado y de todos los nutrientes”.

Esto es más sano que quien no sabe comer o no se preocupa de lo que come. Todos deberíamos comer: frutas y verduras a diario, hidratos de carbono los días de más actividad física y algunos alimentos conocidos con unos mínimos.

“No debemos pasar hambre con la dieta”.

Yo digo “prohibido pasar hambre”, porque nos cansaríamos pronto y porque nuestro metabolismo se frenaría, colocándose en modo de ahorro. Tenemos que controlar la apetencia por algunos alimentos (apetito), pero no el hambre.

“Llevar dieta no es dejar de comer ni es comer poco”.

Casi todos comemos más de lo que debemos y de lo que necesitamos. Pero cuando menos comamos menos hambre tendremos.

“Para que la dieta se lleve con facilidad, hemos de tener una buena motivación y una buena organización”. 

Conviene hacernos una lista de nuestros motivos para bajar de peso, apoyada en la que se da en la consulta; y, hacer otra lista de cuáles son nuestras dificultades, para ir corrigiéndolas poco a poco.

“Para confeccionar una dieta hemos de apoyarnos en tres elementos: la actividad física actual, los hábitos en el comer y el uso que hacemos de los alimentos”.

Para que sea lo más cómoda posible y si estamos haciendo actividad física que no nos sintamos mal esos días; así es como hacemos una dieta personalizada.

“Privarse de comida sirve para mantenerse; para bajar de peso hemos de llevar dieta”.

Muchas personas piensan que privándose bajarán de peso, pero puede que no estén, en su forma de comer, cerca de lo que sería su dieta personalizada.

“En la dieta no hace falta pesar los alimentos; solo bajarnos algo del nivel al que estamos acostumbrados”.

Será pues una dieta hipocalórica cualitativa. Hay tres alimentos que si conviene poner control; estos son: pan, fruta y aceite. También habrá unos alimentos permitidos en cantidades libres y otros prohibidos.

“Un buen esquema de dieta sería no tomar azúcar ni dulces, las cenas flojas y los hidratos los días de mas actividad física”.

Con estos cambios podría ser suficiente para la mayoría de las personas. Pero hay quienes necesitan más orientaciones, documentación, explicaciones e incluso menús. O sea, una dieta.

“La distribución de comidas puede ser como queramos, como tengamos por costumbre, pero es muy importante que las cenas sean flojas”.

Conviene que la cena no lleve fruta ni hidratos compuestos. Estas podrán ser: solo proteínas, solo verduras, solo frutas o verduras con proteínas; en ninguna hay pan ni hidratos. Las cenas de frutas hacer máximo tres a la semana y no los días de la comida de hidratos. Hay personas que desayunan y almuerzan todo junto o no meriendan o tienen turnos de trabajo alternos; en principio, se puede seguir así.

“Están establecidos, como saludables, unos porcentajes básicos de los nutrientes: 15% de proteínas, 30% de grasas y 55% de hidratos”.

Los variaremos según los resultados que busquemos respecto a musculación, a bajar de peso o al aporte de energía. El porcentaje de hidratos incluye, por supuesto: hidratos simples (frutas y verduras) e hidratos compuestos (arroz, patatas, legumbres y harinas = pasta y pan).

“En el control de seguimiento de la dieta debemos revisar el cumplimiento y la efectividad”.

O sea, el como la está haciendo y los resultados obtenidos. Hacemos una serie de preguntas para ambos fines.

“Conviene repasar todos los documentos de la dieta de vez en cuando, porque hay personas que creen llevarla bien y no ser así en la realidad”.

Con éste seguimiento hacemos un repaso de: la actividad física, los hábitos de comida y el cómo usa los alimentos.

“En esta fase de seguimiento de la dieta hay que hacer un repaso de todos los alimentos que se están tomando”.

Hay personas que, a pesar de las indicaciones, no los están usando bien y no son conscientes de ello. Con este repaso vemos los errores y las dificultades.

“La dieta de base, de comienzo no es para siempre, no es la definitiva”.

Hemos de pasar, cuando haya mejor peso, a dietas más amplias; o sea, de mantenimiento.

“Cuando la persona va teniendo ya un mejor peso, vamos añadiendo alimentos de forma programada y progresiva para ir pasando a dietas de mantenimiento”.

Si lo hacemos así, veremos que sigue bajando de peso, pues habremos corregido la tendencia a seguir aumentando que conlleva el tener un sobrepeso.

“Dietas de mantenimiento son las que se usan para conseguir estabilizar un buen peso”.

Se construyen añadiendo alimentos nuevos o aumentando algunos de los ya utilizados, de forma programada y progresiva, a la dieta de comienzo.

“Es mejor bajar más deprisa de volumen que de peso, porque así no se pierde masa muscular”.

Las diferencias entre unas personas y otras están en relación a la edad, la actividad física y la celulitis. Todo esto lo vamos viendo en las consultas.

“La ansiedad, en muchas ocasiones, hace que comamos más o piquemos más”.

Conviene entonces añadir algunas pautas de tratamiento para frenar esa ansiedad por la comida (psicólogo, relajación, acupuntura, medicación, etc.).