Mamoplastia de aumento: el antes y el después

Escrito por: Dr. Daniel Vázquez Fernández
Publicado: | Actualizado: 15/02/2023
Editado por: Albert González

La mamoplastia de aumento, conocida comúnmente como aumento de pecho, es una cirugía que se realizan algunas mujeres para agrandar y estilizar la forma de sus pechos.

 

Los motivos que empujan a una mujer a recurrir a esta operación quirúrgica son:

• Mejorar la figura del cuerpo de una mujer que considera que sus senos no son lo suficientemente grandes.

• Aumentar el volumen de los senos, tras sufrir una reducción después del embarazo.

• Equilibrar la medida entre ambos pechos.

• Reconstruir los senos tras una mastectomía.

 

La mamoplastia de aumento es una de las operaciones estéticas con mayor grado de satisfacción de las pacientes. El motivo es que los cambios son apreciables a simple vista, lo cual genera autoconfianza al llevar prendas como escotes o vestidos ajustados que antes le producían inseguridad. Antes de tomar la decisión de operarse debe pensar que su apariencia no cambiará por completo ni conseguirá que las personas le traten de un modo distinto. Por ello, es necesario comentar con su cirujano qué espera obtener de este procedimiento quirúrgico. La paciente debe ser consciente de lo que supone y tener claro que no logrará la perfección.

 

El proceso de la operación

 

Planificación para la cirugía: la primera consulta

Se realiza un análisis del tamaño y la elevación de los senos, así como de su tono de piel, para decidir qué técnica quirúrgica es la idónea para la paciente.

 

Es de vital importancia no ocultar información a su cirujano, ya que este necesitará tener el máximo de datos posible para evaluar posibles riesgos de dicha cirugía. Además, debe informarle detalladamente de la medicación, las vitaminas, etc., que haya tomado recientemente.

 

Una vez dispongamos de toda la información, informaremos a la paciente qué tipo de anestesia utilizaremos, cuál será el coste de la cirugía, etc.

 

Por último, en la consulta inicial también valoramos el tamaño que desea la paciente. Para ello, contamos con unos simuladores que muestran una idea muy aproximada del resultado final. La comparación y apreciación de tamaño a través de fotografías de internet son técnicas poco efectivas que pueden generar confusiones.

 

Nuestro simulador tiene en cuenta factores que hacen a cada persona única como: las caderas, la caja torácica, los hombros, etc. Gracias a esta tecnología nos aseguramos que el tamaño de la prótesis no queda desproporcionado ni tampoco pequeño. También disponemos de simuladores 3D que ayudan a medir con exactitud los cuerpos y valorar sus asimetrías minuciosamente.

 

Preoperatorio: empiezan los cuidados

Cuando ya está decidida la fecha de intervención se realiza el preoperatorio. Este se compone de analítica, electrocardiograma, exploración completa, y en algunos casos también, ecografía o mamografía y radiografía de tórax.

 

Su cirujano le pautará a partir de ese momento las directrices de comidas que deberá seguir la paciente, incluyendo recomendaciones de medicamentos y vitaminas que deberá evitar o tomar habitualmente.

 

Desde este momento, en caso de que la paciente sea fumadora, esta deberá dejar el tabaco o limitar al máximo su consumo.

 

Es importante además, contar con alguien que la recoja después de la cirugía y que pueda cuidar de ella unos días, por si fuese necesario.

 

Realización de la cirugía

El cirujano decidirá en función de la anatomía de la paciente el método más adecuado para introducir el implante y la ubicación del mismo. La incisión se realizará en el pliegue del seno, debajo de éste, alrededor de la areola del pezón o a través de la axila. Se procura dejar el menor rastro de cicatrices posible. Por lo general, se aconseja la incisión periareolar, porque además de dotar de más control y mejor visión de la zona logra que la marca sea prácticamente invisible. Desde la axila el proceso es más doloroso, ya que hay que hacer un túnel hasta el sitio donde irá alojado el implante. Además, al tener menos visibilidad de la zona el aspecto resultante puede ser menos natural.

 

El cirujano levantará el tejido y la piel del seno mediante la incisión para crear una bolsa. En algunos casos, lo hará directamente detrás de su músculo pectoral. Por tanto, realizando la incisión debajo de las areolas se reducen las posibilidades de una contracción capsular y también dota de mayor naturalidad a la transición entre el tórax y la parte superior del pecho. Además, hace que el implante sea menos intrusivo en una mamografía. Normalmente se dejará un drenaje durante 24 horas para evitar que quede sangre en la cavidad.

 

Antes de la cirugía tendrá ocasión de discutir con su cirujano los pros y los contras del procedimiento escogido para realizar los implantes. El tiempo estimado de la intervención es de una a dos horas. Para cerrar las incisiones se usan suturas y unas tiras de sujeción con el nombre de esteri-strips.

 

Para terminar, se coloca un vendaje compresivo sobre sus senos que ayudará a bajar y curar la inflamación. Este vendaje se retira en un plazo de dos días aproximadamente.

 

Postoperatorio: hacer reposo y evitar los esfuerzos

Una vez haya sido operada es probable que sienta cansancio y la zona dolorida. Puede aliviar el dolor y la molestia tomando medicamentos que le haya recetado su doctor.

 

Los primeros días, los vendajes suelen ser adhesivos, más adelante estos se sustituyen por unos sujetadores específicos. Es completamente normal sentir hinchazón al principio. Esta sensación irá disminuyendo poco a poco.

 

Se recomienda que los dos días inmediatamente después de la cirugía la paciente esté en reposo total y evite realizar esfuerzos o levantar peso. A los tres o cuatro días, ya se pueden realizar tareas sencillas de casa y salir a la calle, pero para conducir deberá esperar una semana. Estos tiempos pueden variar según la persona, ya que el grado de dolor e inflamación es variable en cada persona.

 

A las dos o tres semanas de la operación se retiran las suturas esteri-strips. Mientras se tengan estas, debe procurarse no frotar las tiritas, secarlas con un secador y poner iodo. A pesar de retirar las suturas, la inflamación puede perdurar de tres a cinco semanas antes de desaparecer por completo.

 

La primera semana se recomienda el uso de cremas trombolíticas como el Menaven Gel, ya que ayudarán a mejorar el hematoma. Después se aconseja utilizar cremas reafirmantes y antiinflamatorias.

 

Dependiendo de cuál sea su puesto de trabajo, usted debería ser capaz de reincorporarse a los pocos días. Trate de seguir las indicaciones de su cirujano sobre cuándo debe retomar el ejercicio y la rutina laboral.

 

Es posible que durante dos o tres semanas sus senos sean sensibles a la estimulación directa, por lo que conviene evitar el contacto físico.

 

Las cicatrices mostraran un tono rosado durante un plazo aproximado de seis semanas, además de mantener el mismo tamaño o ampliarse durante varios meses después de la operación. Con el tiempo las cicatrices comenzaran a desaparecer, aunque nunca terminarán de hacerlo por completo.

 

Transcurrido el primer mes se aconseja a la paciente que se realice masajes para minimizar el riesgo de encapsulamiento. Además, es importante seguir realizando mamografías de rutina después del aumento del seno, aunque es importante informar de ello al radiólogo de los implantes, para que utilice una técnica que permita ver el tejido mamario en su totalidad.

 

Toda cirugía puede conllevar riesgos

Aunque el aumento de pecho es una operación relativamente sencilla tiene riesgos asociados y complicaciones que podrían aparecer como consecuencia de dicha intervención.

 

En cuanto a complicaciones, el problema más habitual sería la retracción capsular que ocurre a un 1-2 % de las pacientes operadas. Esto sucede porque la cápsula o cicatriz que se forma alrededor del implante comienza a comprimirlo, ocasionando que el seno se endurezca al tacto.

 

La retracción capsular puede tratarse rompiendo la cápsula desde fuera o mediante una intervención en la que se reseca parcial o completamente la cápsula engrosada y cambiando la prótesis. No es habitual llegar a la reintervención, ya que con masajes o medicamentos se suelen solucionar la mayoría de las cápsulas.

 

Esta intervención, al igual que cualquier procedimiento quirúrgico, puede inflamar la zona operada y generar dolor e hinchazón, además de generar hematomas que desaparecen a los pocos días.

 

Algo improbable pero que puede ocurrir, porcentaje inferior al 1 por mil, es que la mujer desarrolle una infección alrededor del implante. Las afectadas suelen presentar los síntomas una semana después de la intervención, aunque transcurrido este tiempo no se puede descartar su aparición. En determinados casos, puede requerirse quitar el implante durante varios meses hasta que la infección remita, pudiendo entonces poner un nuevo implante.

 

Es probable que sus pezones tengan mayor o menor sensibilidad de la habitual durante algún tiempo. Asimismo pueden notar un acorchamiento ligero cerca de sus incisiones, que desaparece normalmente pasado un tiempo.

 

No existen evidencias científicas de que los implantes de seno puedan afectar a la fertilidad, al embarazo o a la lactancia. No obstante, si dentro del año anterior a su aumento de senos usted ha amamantado a un bebé podría producir leche materna después de la cirugía. El malestar producido por esta circunstancia puede solucionarse mediante medicación que le haya prescrito su doctor.

 

En raras ocasiones, los implantes mamarios pueden romperse o tener alguna fuga. Podrían romperse si usted sufre algún accidente o por la compresión que existe entre el implante y su seno. En caso de tratarse de prótesis de suero fisiológico, el implante se desinflará transcurridas unas horas y su cuerpo absorberá el suero. Si la prótesis que se rompe está rellena de gel de silicona usted no notará cambios si se rompe la cubierta, pero si la cápsula se rompe por una presión o golpe intenso, el gel de silicona puede circundar en el tejido. El gel ocasionaría a su vez una nueva cápsula alrededor e incluso en casos aislados emigraría a otra parte del cuerpo. Esta rotura es fácilmente visible porque altera la forma o tacto del seno y lo puede ver la propia paciente o el cirujano en alguna de las revisiones anuales. Ambas roturas pueden acarrear una segunda operación y la sustitución del implante deteriorado.

 

Se han realizado múltiples estudios en España y el resto del mundo acerca de si existe algún vínculo claro entre los implantes de silicona y lo que los doctores llaman desórdenes del tejido conjuntivo y no se ha encontrado ninguna conexión entre ambos.

 

Tampoco hay indicios de que los implantes puedan ocasionar cáncer de mama, pero si es cierto que éstos pueden cambiar la manera en que se le realizará la mamografía para detectar un posible cáncer. Por ello, es importante que cuando solicite una mamografía rutinaria se asegure de que el centro de radiología está al corriente de las técnicas que se requieren para hacer una mamografía a pechos con implantes de forma segura. Por otro lado, las pruebas de ultrasonidos pueden ser útiles para evaluar y detectar las prótesis.

 

Existen estudios que certifican que el cáncer de mama se detecta antes en algunas mujeres con prótesis mamarias, debido a que éstas se hacen más autoexploraciones permite poder actuar más rápidamente.

 

A pesar de la poca probabilidad de que pueda sufrir estos riesgos derivados de la cirugía es de vital importancia que discuta con su médico acerca de todos ellos. De este modo, podrá estar segura de haber asimilado las consecuencias y los riesgos que podrían afectarle por su implante de prótesis.

*Перевод с переводчиком Google. Мы приносим извинения за любые несовершенства

Por Dr. Daniel Vázquez Fernández
пластическая хирургия

*Перевод с переводчиком Google. Мы приносим извинения за любые несовершенства

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