¿Cuándo la ansiedad se convierte en un problema?

Escrito por: Dra. Sandra Bravo Herrero
Publicado: | Actualizado: 15/12/2022
Editado por: Mireia Frias

Cada vez se oye más como las personas sufren de ansiedad generalizada en la sociedad de hoy en día, cada vez más rápida e inmediata. Ante esta situación, se ha empezado a hablar mucho más de la salud mental y se está empezando a normalizar el hecho de tener ansiedad, de manera puntual o recurrente. Pero, ¿cuándo se vuele un problema? Hablamos con la psiquiatra Sandra Bravo Herrero sobre la ansiedad y cómo podemos gestionarla.

 

¿Cómo definiría la ansiedad?

La ansiedad es el estado de alerta o activación que ocurre como una reacción normal ante un peligro o amenaza. El cuerpo reacciona ante algo que considera que puede ponernos en peligro, activando nuestro organismo. Esto, históricamente, ha ayudado a salvaguardar nuestra integridad física. Así, ante un peligro como pudiese ser encontrarnos con un depredador o una amenaza real, el cerebro activa nuestro sistema nervioso simpático, haciendo que el cuerpo se prepare para luchar o para huir (segregamos adrenalina, el corazón se acelera para bombear más sangre, se dilatan las pupilas, se dilatan nuestros bronquios…). Este sistema de defensa sigue actuando, actualmente, ante un estímulo que consideremos una amenaza, aunque esta no suponga un riesgo físico, sino mental o, incluso, ante situaciones que no son realmente amenazas, pero que nosotros vivimos como tal.

 

La ansiedad es un mecanismo de defensa, pero deja de ser positivo en el momento
en que nos limita en nuestro día a día

 

¿Hasta qué punto puede ser bueno tener ansiedad?

Como menciono, la ansiedad es un mecanismo de defensa y, por tanto, sirve para ayudarnos a enfrentarnos a situaciones complicadas. Puede ser positivo, tener cierta ansiedad antes de un examen, ya que nos ayudará a estar más activos, mantenernos más despiertos para estudiar… También ante cualquier amenaza real. Por ejemplo, si un ladrón intenta robarnos, la respuesta fisiológica hará que el cuerpo se prepare para salir corriendo.

El problema es cuando la ansiedad deja de ser un mecanismo de defensa y comienza a aparecer de forma más constante o ante estímulos que no son realmente amenazantes o cuando se convierte en algo tan intenso o tan duradero que realmente supone una limitación en nuestra vida diaria.

 

¿Qué factores de riesgo pueden generar ansiedad?

Por desgracia, es muy común padecer ansiedad. Aun así, hay ciertas situaciones que pueden hacer que seamos más propensos a padecer problemas de ansiedad. Por ejemplo, hay una predisposición genética. Es decir, será más probable que tengamos ansiedad si hay antecedentes de ansiedad en nuestra familia. Pero también hay otros factores que pueden influir: una mala alimentación, desorganización de los horarios y rutinas, una mala higiene del sueño, una vida más sedentaria, un consumo importante de cafeína, teína o bebidas energéticas, etc.

 

¿Cómo se puede gestionar una situación de ansiedad si nos causa angustia o nos paraliza?

Hay algunas pautas básicas para intentar reducir el estado de ansiedad. Por ejemplo, establecer una adecuada rutina e higiene de sueño, buscar actividades gratificantes que nos ayuden a mantener la cabeza ocupada con algo que nos guste, realizar ejercicio moderado frecuentemente, llevar una alimentación saludable, evitar las bebidas estimulantes… Pero, normalmente, si el nivel de ansiedad es muy elevado y nos limita o nos paraliza, probablemente, además de estos consejos, también se requiera visitar a un profesional que nos dé pautas personalizadas para poder afrontar y evitar estas dificultades. Muchas veces puede ser de ayuda acudir a un psicólogo clínico o un psiquiatra formado en algún tipo de psicoterapia, que podrá ayudar con la terapia y pautas concretas. En otras ocasiones, además de la psicoterapia, será necesario un abordaje farmacológico por parte de un psiquiatra para poder reducir ese nivel de ansiedad tan elevado y eso nos permita poder trabajar mejor posteriormente en la terapia, cuando estemos más relajados y más permeables a ello.

 

¿Cuándo es bueno acudir a un especialista?

Siempre que la ansiedad sea limitante. Es decir, siempre que consideremos que no estamos pudiendo hacer nuestra vida habitual o que la ansiedad no nos está permitiendo hacer nuestras actividades o nos interfiera con ellas o que incluso afecte a nuestras relaciones personales. En cualquier momento en el que veamos que la ansiedad está siendo tan elevada o tan frecuente que nos está limitando, lo recomendable es acudir a un profesional para solicitar ayuda.

 

¿Cómo puede ayudar la terapia a la gestión de este tipo de emociones?

La terapia nos va a ayudar a conocernos mejor, a entender qué cosas nos provocan esa sensación de ansiedad, identificar los problemas y el origen de estos, así como buscar la forma de enfrentarnos a ellos o de sobrellevar estas situaciones sin que nos lleguen a afectar tanto. Nos podrá ayudar también con pautas para evitar que se desencadene la ansiedad o, para poder mitigarla o frenarla en caso de que ocurra. Nos dará estrategias y conocimiento para enfrentarnos a la ansiedad.

Mi recomendación es que la persona que esté pasando por esta situación tan complicada, acuda a un profesional con quien desarrolle un buen vínculo y que esté formado en psicoterapia y farmacoterapia para poder tener todos los recursos posibles en la misma persona en caso de que llegue a precisarlos.

*Перевод с переводчиком Google. Мы приносим извинения за любые несовершенства

Por Dra. Sandra Bravo Herrero
психиатрия

*Перевод с переводчиком Google. Мы приносим извинения за любые несовершенства

профиль

Valoración general de sus pacientes


  • Похожие виды терапии










  • Este sitio web utiliza Cookies propias y de terceros para recopilar información con la finalidad de mejorar nuestros servicios, para mostrarle publicidad relacionada con sus preferencias, así como analizar sus hábitos de navegación. El usuario tiene la posibilidad de configurar sus preferencias AQUI.