Cómo reconocer el cáncer de testículos

Escrito por: Dr. Fernando Monreal García de Vicuña
Publicado: | Actualizado: 07/02/2020
Editado por: Margarita Marquès

Existen casos en los que aparece un bulto en el testículo y algunos en los que el testículo aumenta de tamaño, pero no todo bulto en el testículo es un tumor. Cuando un especialista se encuentra ante uno de estos casos, debe determinar si se trata de un proceso benigno o maligno.

 

Su tratamiento es la cirugía con extirpación del testículo por vía inguinal

 

Diferencias dentro de los procesos benignos

El hidrocele es el proceso escrotal benigno que se produce con más frecuencia y suele afectar al 1% de los varones. Se trata de una acumulación de líquido alrededor del testículo y se diagnostica fácilmente a través de una ecografía. Cuando se realiza la exploración física, puede contemplarse una bolsa escrotal aumentada de tamaño, dura, tensa e indolora.

 

Cuando ocasiona molestias o representa un efecto antiestético para el paciente, se plantea llevar a cabo un tratamiento que consiste en pinchar el hidrocele y evacuarlo. Sin embargo, esta técnica tiene un índice de fracasos del 50%.

 

De esta manera, la técnica definitiva es la cirugía, en la que se realiza una técnica especial que puede realizarse con anestesia local y sedación, sin necesidad de ingreso hospitalario. En el postoperatorio es frecuente que exista una inflamación importante, dejando el escroto duro durante un tiempo variable, que puede sobrepasar el mes.

 

El espermatocele es un quiste que contiene esperma y que se origina en la cabeza de la parte superior del testículo. No se conocen bien las causas por las que se origina, pero se recomienda su extirpación solamente cuando es grande y da síntomas.

 

El varicocele son venas dilatadas que aparecen en la estructura alargada que se encuentra por encima de los testículos. Son varices que aparecen en la bolsa escrotal, por encima de los testículos.

 

Por otro lado, existe la hernia inguinal que, en ocasiones, pueden introducirse en la bolsa escrotal simulando un tumor, debido a la presencia del contenido intestinal.

 

Por último, los quistes de epidídimo y cordón espermático son relativamente frecuentes, y tienen las mismas indicaciones quirúrgicas que las del espermatocele.

 

Tumores malignos

Los tumores malignos son más habituales en testículos que no han descendido a la bolsa escrotal. Generalmente, este tumor solo asiente en un solo testículo, aunque en un 1-2% puede hacerlo de forma bilateral.

 

Este tipo de tumor es el más frecuente entre los jóvenes, después de la leucemia y los linfomas. De hecho, suele aparecer entre los 20 y 40 años.

 

Existen varios tipos de tumores testiculares, pero el más frecuente el llamado seminoma (35%). Generalmente se presentan como un bulto o nódulo, a nivel del testículo, no doloroso, y de consistencia dura.

 

Inicialmente, la ecografía es la mejor prueba diagnóstica, porque permite la detección de lesiones dentro del parénquima testicular que no pueden detectarse con la palpación. Hoy en día existe un altísimo porcentaje de curaciones en el cáncer de testículo, pero requiere un diagnóstico temprano.

 

Causas de los tumores malignos           

Como la mayoría de los tumores se desconocen las causas por las que pueden aparecer células cancerígenas a nivel testicular. Sin embargo, se ha observado que son más frecuentes en aquellos pacientes que han desarrollado el SIDA.

 

¿Qué tratamiento hay que seguir?

Su tratamiento es la cirugía con extirpación del testículo por vía inguinal. Posteriormente, en función del grado de malignidad y de lo avanzado y extendido del tumor se planteará realizar tratamiento complementario con quimioterapia o radioterapia.

 

La extirpación de un testículo no implica disminución de la virilidad, ya que el testículo restante, mantiene la producción normal de la testosterona, la hormona masculina.

 

Autoexploración escrotal

Es conveniente realizar una autoexploración escrotal después de la ducha o baño caliente, cuando la piel del escroto se encuentra más relajada. Se aconseja tomar un testículo con una mano y hacerlo rodar o deslizar entre los dedos índice y pulgar. De esta forma, será posible saber si existe algún bulto o nódulo.

 

Después debe palparse el cordón espermático hacia la zona inguinal y repetir el proceso en el testículo contralateral. Cualquier anomalía encontrada deberá consultarse con el especialista.

*Перевод с переводчиком Google. Мы приносим извинения за любые несовершенства

Por Dr. Fernando Monreal García de Vicuña
урология

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