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El Dr. López Bran, jefe del servicio de Dermatología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, explica las diferentes razones endógenas (genéticas) y exógenas (ambientales, dietéticas o higiénicas) que provocan la resecación sistemática de la epidermis, la clave de nuestra belleza.
En muchas ocasiones nos preguntamos por qué se nos cae el pelo. La principal causa de pérdida de cabello, tanto en hombres como en mujeres, es la llamada alopecia androgenética o calvicie común, que nos afecta a un porcentaje muy elevado de hombres y cada día a un mayor número de mujeres. La alopecia androgenética necesita dos factores determinantes: una predisposición genética a sufrirla y un factor hormonal, representado fundamentalmente por los andrógenos. Existen una serie de factores que pueden agravar el proceso de alopecia o de calvicie común, cuando ya está en marcha, o incluso desencadenarla cuando está latente. El estrés, las alteraciones emocionales, la ansiedad, la depresión, cualquier factor que altere nuestro organismo puede ayudar a que el proceso de pérdida del pelo se agrave. Otra causa frecuente de pérdida de pelo es la llamada alopecia areata, conocida vulgarmente con el nombre de pelada, y que se caracteriza por una pequeña placa o múltiples placas, generalmente en el cuero cabelludo, en pequeñas áreas, pérdidas de pelo en áreas circunscritas, que pueden llegar a afectar al cuero cabelludo en su totalidad, la llamada alopecia areata total, o incluso otras zonas del organismo en las que hay pelo, pudiendo perder el pelo en todo el cuerpo la llamada alopecia areata universal. Una pérdida de pelo muy frecuente en las mujeres es la alopecia ferropénica, debida a la disminución del hierro en los depósitos de nuestros tejidos. Puede ser debida a un defecto en la ingesta de hierro, a un trastorno en la síntesis del mismo, una pérdida excesiva con la administración. Asimismo, desde hace algunos años asistimos a un aumento del número de mujeres que sufren la llamada alopecia frontal fibrosante, caracterizada por la pérdida de pelo en las cejas y en toda la línea de implantación anterior frontotemporal. Se trata de una alopecia que generalmente se inicia en el entorno menopáusico y constituye un auténtico reto terapéutico para los dermatólogos. Pero los dermatólogos tenemos soluciones, tanto para detener el proceso de caída, como para fortalecer el pelo que todavía mantenemos con tratamientos médicos. Cuando los resultados del tratamiento médico no sean todo lo exitosos que esperamos, podemos recurrir a tratamientos quirúrgicos, implantes, injertos de pelo, que en el momento actual proporcionan excelentes resultados definitivos naturales, todo ello siempre que haya zona donante suficiente para repoblar las áreas calvas.
Realizamos trasplantes de pelo no agresivos, sin cicatrices visibles, con resultados naturales y definitivos, todo ello utilizando la tecnología más avanzada y con equipos profesionales de experiencia acreditada durante muchos años. Para poder realizar un buen trasplante es necesario tener una buena zona donante. En los hombres la zona donante es la herradura que va de una oreja a la otra y en las mujeres la zona de la nuca. Esta zona donante tiene una longitud, una anchura, una densidad por centímetro cuadrado y ello es lo que va a poder condicionar el número de unidades foliculares que vamos a poder obtener para trasplantar. Sin una buena zona donante no será posible realizar un buen trasplante. Y aquí tienen un claro ejemplo: con mucha frecuencia me preguntan mis pacientes ¿y usted por qué no se trasplanta? Porque lamentablemente tengo una muy mala área donante, pelo muy finito, cuero cabelludo muy fino y con muy poca vascularización, poca densidad, con lo cual el llevar pelo de mi área donante al área receptora, al área calva, sería probablemente un fracaso.
Para lograr el mejor trasplante capilar posible es fundamental el binomio que combina la tecnología más avanzada y un equipo profesional experimentado y acreditado. Deberíamos respetar diez claves: - La adecuada selección del paciente. - Una correcta evaluación de su zona donante y de su zona receptora o zona calva. - Identificar las expectativas y gestionarlas en función de las posibilidades que tenemos. - Diseño acorde con la edad y la cara del paciente. - La preparación correcta de la zona donante y de la zona receptora o zona calva. - Una extracción homogénea y precisa, utilizando la tecnología robótica más avanzada. - La conservación de las unidades el tiempo que están fuera del organismo, al igual que se conserva un órgano sólido cuando va a ser trasplantado, como un corazón o un pulmón o un riñón, etcétera. - La activación de las unidades para que tengan energía el tiempo que tardan en establecer el entramado con su lecho receptor. - Una implantación rápida, pero cuidadosa, evitando traumatizar las unidades. - Los cuidados posoperatorios supervisados por su dermatólogo, su cirujano de confianza, son claves a esa siembra que hemos realizado y que debemos acompañar del correcto abono para así lograr una cosecha estupenda, que es lo que buscamos, paciente y cirujano.
En los últimos años se han producido importantes avances en injertos capilares que permiten lograr resultados definitivos y naturales, que además han perdido la agresividad de los trasplantes antiguos. Los principales avances se han producido fundamentalmente en la extracción de las unidades foliculares. Empleando la tecnología robótica más avanzada logramos una extracción de un gran número de unidades foliculares, sin dejar cicatrices visibles y preservando zona donante por si en el futuro necesitamos un nuevo trasplante, ante el avance de la alopecia. El diseño, un diseño natural de la zona repoblada empleando tecnología láser de última generación, nos permite lograr un resultado muy natural que rejuvenece la imagen del paciente devolviéndole a unos años antes. Además, hemos logrado un importante avance en la conservación de las unidades una vez extraídas y en el tiempo que tardan en implantarse de nuevo en la zona receptora, la zona calva, logrando un crecimiento de casi 98-100 por cien de las unidades trasplantadas. Y por supuesto, los cuidados postoperatorios en manos de su dermatólogo de confianza van a lograr que los resultados de su trasplante sean los mejores posibles.