Tratamiento láser intradiscal: reducir el dolor y evitar la cirugía

El tratamiento con láser intradiscal suele estar indicado para lesiones en el disco intervertebral, hernias, protrusiones o ciática. Además, es un procedimiento útil para la estenosis espinal discogénita, síndrome de dolor discogénito, síndrome de la articulación sacroilíaca y de las facetas vertebrales crónicas, artrosis lumbar y síndrome facetario.

El objetivo de este tratamiento es muy claro: aliviar el dolor, tratando de resolver el factor que lo causa. Un 62% de los pacientes tratados con láser van a evitar llegar a una intervención quirúrgica de columna, con todos los riesgos que ello conlleva.

¿En qué consiste el tratamiento con láser intradiscal?

La aplicación precisa del tratamiento con láser en el núcleo pulposo, que es el centro del disco intervertebral, genera, a través de una vaporización, una reducción significativa de la presión intradiscal, así como una retracción térmica del tejido del disco intervertebral.

De esta manera se logra una reducción en la compresión dolorosa de la raíz del nervio. Gracias a su increíble interacción en agua y hemoglobina, así como, su penetración núcleo del disco, hace posible que estos procedimientos que se llevan a cabo de manera segura y precisa, incluso en proximidad de estructuras anatómicas delicadas.

La precisión microquirúrgica está garantizada por las características técnicas de las fibras láser, que permiten la eficacia quirúrgica, facilidad en la manipulación por parte del especialista en Unidad del Dolor y máxima seguridad, haciendo posible un acceso preciso, correcto y la intervención en el disco intervertebral en columna vertebral cervical, torácica y lumbar.
 

Los beneficios del tratamiento con láser intradiscal

Una de las principales ventajas que puede obtener aquellos pacientes que presentan hernia discal, ciática o lumbalgia son la reducción del dolor en pocos días, incluso en algunos casos, de forma inmediata.

Sin embargo, no solo se busca el alivio del dolor, sino también la curación del problema que lo origina. De este modo, se consigue, a través de un proceso cómodo e indoloro, la incorporación a la vida normal, social, familiar, laboral y deportiva en pocos días y consiguiendo una importante y notable mejora de la calidad de vida.

Además, se trata de una técnica mínimamente invasiva, ya que se trabaja mediante una pequeña aguja por la que se introduce la sonda láser, sin tener que recurrir a invasivas y complejas técnicas quirúrgicas, que lamentablemente en ocasiones no son resolutivas.

Por último, los resultados pueden ser permanentes y se traducen en un alivio del dolor y mejora de la calidad de vida.