¿Qué puedo hacer si sufro de cervicalgia?

A nivel sintomatológico existen una gran cantidad de síntomas. todos ellos podrían tener una explicación neurofisiológica como dolor de cuello, rigidez, limitación del movimiento, cefaleas, mareos, acúfenos, parestesias, náuseas, dolores del raquis, dolores y crujidos en la articulación temporomandibular, dificultades al tragar e incluso dificultades leves respiratoria.

La cervicalgia es una de las patologías más frecuentes en cuanto a la discapacidad que provocan y, por ello, a las bajas laborales que provocan. Se calcula que el 25% de los pacientes que tratamos en nuestras consultas padecen una cervicalgia. Afecta a más del 10% de la población, no siendo esto de extrañar ya que la columna cervical es la región articular más compleja del cuerpo a nivel biomecánico.

La cervicalgia o dolor cervical tiene varias posibles etiologías. No suele ser una patología grave pero es ciertamente limitante. También es frecuente que su origen responda a una sobrecarga muscular o sobrevenga tras un latigazo cervical. Normalmente responde bien a los tratamientos, pero si el dolor es intenso, prolongado o empeora, puede ser signo de un problema más serio y debe ser evaluado por el médico

¿Qué factores pueden provocar dolor de cuello?

Tal y como apuntábamos, sus causas son diversas. Es también posible que se desarrolle como consecuencia de posturas sostenidas delante del ordenador o mala ergonomía en el puesto de trabajo. Además, podemos tener sintomatología cervical procedente de problemas en nuestra articulación temporomandibular.

¿Cuáles son sus principales síntomas?

Suele dar dolor localizado en el cuello, principalmente al trapecio y la musculatura posterior del cuello, y, a veces, se extiende a la cabeza y brazos. Puede dar también mareos y vértigos.

¿Qué posturas producen más dolor de cuello?

El fisioterapeuta Raúl San Segundo considera que la postura que más puede producir dolor, desde el punto de vista de la cervicalgia de origen muscular, es la mantenida. Debemos intentar mover el cuello cada hora aunque sea sólo unos movimientos para relajar la musculatura y el tejido fascial.

Además, las posiciones en hiperextensión cervical no son nada favorables para la salud articular pudiendo favorecer el cierre de los agujeros de conjunción e irritar las raíces nerviosas.

¿Qué hábitos pueden ayudar a prevenir el dolor de cuello?

Hábitos como hacer ejercicios de estiramiento todas las semanas, mantener una buena ergonomía en el trabajo, mover el cuello cada hora un minuto para aliviar la tensión muscular y hábitos de higiene postural, entre otros.

¿De qué modo debe tratarse este dolor?

Lo primero es determinar la causa del dolor en la consulta del médico de familia o el traumatólogo. Una vez determinada la causa, pasamos con nuestro fisioterapeuta para su evaluación y tratamiento.

Debemos intentar determinar si es una cervicalgia de origen muscular, si es de origen articular, si es la consecuencia de una alteración postural, si es consecuencia de un bruxismo y debemos derivarlo al estomatólogo u odontólogo para poner una férula.

Si es de origen muscular; se trata con técnicas que tengan en cuenta el tejido miofascial como estiramientos, punción seca, reeducación postural, ejercicio terapéutico, masaje terapéutico. Si es de origen articular; con técnicas manipulativas, articulares, movilización rítmica. Todo ello, adaptado a cada caso, a cada situación del paciente y a cada patología.

Es imprescindible entender y saber lo que el paciente necesita.