¿Qué es exactamente la otitis externa?
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¿Qué es la otitis externa?
La otitis externa es un proceso inflamatorio de la piel que tapiza el conducto auditivo externo. El oído medio no se ve afectado.
Hay distintos tipos de otitis externas, la mayoría son procesos agudos provocados por una infección por microorganismos, aunque hay casos como el eccema en que es simplemente inflamatorio, sin mediar gérmenes. Este caso es una condición crónica de la piel y tendrá reagudizaciones a lo largo de la vida, pero el caso de las otitis externas infecciosas se resuelve habitualmente en una semana con tratamiento.
En la piel del conducto conviven de forma natural ciertas bacterias y hongos. Si hay condiciones que rompan el equilibrio entre ellas, se producirá la proliferación dando lugar a una infección.
En verano son muy frecuentes las otitis externas bacterianas, conocidas como “oído del nadador”. Las otitis externas micóticas son las producidas por la proliferación de hongos, también llamadas “otomicosis”.
El calor, la humedad y ciertos productos de piscinas cambian el pH de la piel del conducto lo que, añadido a la maceración de la piel por esas condiciones, favorece el crecimiento de estos gérmenes.
¿Qué síntomas padece la persona que presenta otitis externa?
Los síntomas dependen del tipo de otitis externa. Así, en la otitis externa eccematosa predomina el picor, en la bacteriana el dolor y en la micótica el picor y supuración.
¿Cómo se trata la otitis externa?
El tratamiento depende de la causa de la otitis, aunque hay un principio común para todas ellas: mantener el oído seco y ventilado. No debe mojarse durante el tratamiento ni una o dos semanas tras él.
La otitis externa eccematosa se tratará con corticoides tópicos, en formulación de gotas o emulsiones. Habitualmente en dos semanas hemos controlado la fase aguda. Como mantenimiento podremos usar aceites o leches hidratantes aplicados a la entrada del oído. En primavera y otoño suele haber mas reagudizaciones de este proceso.
La otitis externa bacteriana precisa de tratamiento tópico (en gotas) con antibiótico y antiinflamatorio. Hay productos en el mercado que incluyen ambos componentes. Como suelen doler bastante es aconsejable usar analgésico-antiinflamatorio por vía oral, como el ibuprofeno. Salvo raros casos, en que se afecte el pabellón auditivo por la inflamación, no es necesario el tratamiento con antibióticos orales. Hay veces que la inflamación es tan grande que cierra el conducto e impide que las gotas lleguen a hacer efecto; en estos casos introducimos una especie de esponja sobre la que pondremos las gotas.
En la otomicosis lo principal es la limpieza exhaustiva de todo el material que llena el conducto. De lo contrario el tratamiento no será efectivo. La medicación será antiinflamatorio más antifúngico en gotas, asociando analgésico-antiinflamatorio por vía oral en caso de presentar dolor. Hay que revisar y limpiar frecuentemente el oído hasta su curación, de lo contrario recurrirá. Salvo raros casos de persistencia, no necesita tratamiento con antifúngicos tópicos.
¿Se puede prevenir la otitis externa?
La otitis externa puede prevenirse. Hay que evitar las automanipulaciones del oído, no se deben usar bastoncillos de algodón para otra cosa que no sea limpiar los pliegues del pabellón auditivo; no se deben introducir en el conducto. Mantener el conducto libre de cerumen previene también las otitis. Si se tiene tendencia a acumular cerumen será necesaria la limpieza periódica por parte de su otorrinolaringólogo.
El exceso de humedad favorece la otitis externa, por lo que en aquellas personas que practican deportes acuáticos con asiduidad será recomendable usar tapones anatómicos. También hay productos en el mercado en forma de spray que ayudan a desecar el agua que haya entrado tras el baño si no se han usado tapones.
Hay anomalías el conducto auditivo, como la estenosis o las exóstosis, en que el conducto es irregular, estrecho y tiende a acumular agua en caso de entrada, favoreciendo la otitis. En estos casos también serán aconsejables las revisiones y limpiezas periódicas por parte de su médico otorrinolaringólogo.
