Por qué un gatillazo no es un problema

Perder la erección antes de llegar al orgasmo no es solo un evento biológico, como lo puede ser perder el apetito mientras comes, sino que hay mucho más en juego.

La erección es algo que implica un fuerte componente emocional. No poder acabar el coito puede frustrar al hombre, hacerle sentir inadecuado para su pareja y para el sexo. En general, el hombre que no logra mantener la erección se siente inútil.

Pero, ¿por qué? ¿Por qué no se puede dejar de hacer el amor cuando eso pase y meterse en otra cosa? El motivo: se ha cargado el sexo de un gran valor social. Es decir, hombres y mujeres han dejado de pensar en lo que es el sexo para utilizarlo como valor para colocarse en la sociedad.

Es lo mismo que ocurre con el trabajo, el número de seguidores en RRSS, la cuenta bancaria, el nivel de estudios, si tenemos más o menos propiedades, etc. Damos valor a estas cosas y las utilizamos como medallas para subir o bajar escalones de la pirámide social en busca de nuestro nivel deseado.

El hecho de organizarnos en sociedad nos ha convertido en los únicos seres que actúan de esta manera con el sexo. En el resto de especies es la fuerza física, la edad o la belleza lo que coloca a cada uno en su escalón piramidal: la fuerza del lobo, la longevidad del elefante, la belleza del pavo real, etc. Ninguno de ellos, sin embargo, sube o baja de grado según su función biológica con el sexo; no se les respeta más o menos por acabar o no el coito. Si el lobo alfa pierde la erección por que escucha un ruido en el bosque, no pensará que es un inútil, y su pareja tampoco.

Así pues, cuando hay dificultad para mantener la erección solo es necesario descartar que no haya un problema médico. Después solo queda comprender el por qué algunas situaciones llevan a nuestro cuerpo abandonar el acto sexual, aceptarlo y actuar en consecuencia.

¡Quitad valor social al sexo!