Lesiones deportivas: cómo evitarlas

Con la inactividad se produce una reducción de las propiedades mecánicas de los tejidos y una inhibición de los sistemas de control motor, lo que conlleva a una alteración de la capacidad de absorber impactos, alteración de la estabilidad articular y un aumento de la fatiga. De esta manera, tras haber estado inactivos, nos lesionamos más fácilmente.

¿Cómo podemos evitar lesiones tras estar meses confinados?

Iniciar los entrenamientos de manera progresiva, no ponernos metas muy altas a corto plazo y olvidarnos como nos encontrábamos en los momentos previos al parón, no queramos estar al mismo nivel.

Ponernos en manos de profesionales preparadores físicos para evitar lesiones y muy importante el calentamiento previo y estiramientos postentrenamiento  y diarios.

¿Cuáles son las lesiones más frecuentes?

• Tendinopatias o inflamaciones tendinosas principalmente de Aquiles y de tibial posterior por disminución de la capacidad de soportar el estrés de ligamentos y articulaciones que provocan que estos tendones tengan que soportar más trabajo del habitual por alteraciones biomecánicas, además de estar ellos mismos con menos capacidad viscoelástica.
• Fascisitis plantares que además en esta época son más habituales por el cambio de calzado y con cambios de peso corporal.
• Sobrecargas y roturas meniscales en rodillas, relacionadas también con la disminución de la capacidad de absorber impactos en la rodilla por pérdida de capacidad muscular y ligamentosa que tan importante es en la rodilla.
• Dolores lumbares derivados de aumento de peso más inicio de actividad con sobrecargas y alteraciones posturales que suelen provocar contracturas paralumbares muy limitantes.

¿Cómo podemos distinguir una lesión muscular de una articular?

Una lesión muscular limita o duele con la contracción, es decir, con la movilidad activa y más si esta es contraresistencia. Una lesión articular suele limitar la carga y suele doler con la movilidad pasiva e incluso en reposo.