Lentes intraoculares: la solución eficaz y poco agresiva a las cataratas

Las cataratas seniles son la opacificación de una lente intraocular biconvexa que pierde su transparencia debido principalmente al envejecimiento de su estructura.

Dejando aparte las cataratas congénitas, que son debido a malformaciones en el desarrollo fetal del globo ocular, que puede manifestarse desde pequeñas opacificaciones cristalinianas que no impiden la visión, a graves alteraciones del cristalino que obligan a la cirugía en la infancia para poder garantizar un mínimo de visión.

La catarata senil

La catarata senil, es una patología que aparece en el individuo en edad avanzada, aunque también puede manifestarse en adultos jóvenes, y que puede ser motivada por enfermedades metabólicas, como la diabetes, o debido a tratamientos crónicos por ejemplo de corticoterapia, o porque el organismo ha sufrido una fuerte agresión, secundario a una enfermedad crónica.

El resultado de ello es la pérdida de la transparencia de la lente cristaliniana, lo que obliga a la cirugía reponiendo dicha lente por otra lente intraocular que suple las funciones del cristalino.

El avance tecnológico permite el tratamiento de la catarata

Antes, esta cirugía era muy agresiva para el ojo y por eso se recomendaba que hasta que el deterioro visual no fuera muy manifiesto no se recurriera a la cirugía, ya que no se empleaban las lentes intraoculares sustitutivas de la función visual y obligaba a una corrección óptica que era un tanto invalidante.

Desde finales de la década de los años 70 del siglo pasado, empezaron los avances médico-quirúrgicos que permitieron implantar lentes intraoculares con cada vez mejores resultados anatómicos.

Esto nos ha llevado a la época actual, en la cual gracias a la tecnología tenemos a nuestra disposición instrumental médico quirúrgico y prótesis intraoculares (lentes intraoculares) que suplen la función visual del cristalino natural. Esto se logra por medio de cirugías de tipo mínimamente invasivas, que favorecen una rápida recuperación visual tanto en visión lejana como en visión próxima, pudiendo prescindir de corrección óptica después de la cirugía, dependiendo siempre del tipo de lente intraocular que se implanta.  

¿Cuándo se lleva a cabo la cirugía de la catarata?

Debido a la mínima agresión quirúrgica y la rápida recuperación visual del paciente, actualmente se varía el criterio que estaba establecido en la población de que hasta que no se tiene una fuerte disminución visual, no se operara. Gracias a los buenos resultados quirúrgicos, por encima del 99% de éxito, si no existe otra patología ocular aparte de la opacificación del cristalino.

La cirugía actualmente se plantea ambulatoriamente (sin ingreso hospitalario) y bajo anestesia tópica o peribulbar, con sedación anestésica, lo que facilita la rápida recuperación del paciente. En pocas semanas se recupera la función visual y puede hacerse “vida normal” poco tiempo después de la cirugía.

Si además adjuntamos las lentes de última generación, difractivas trifocales, que nos permiten compensar los defectos ópticos existentes, para prescindir posteriormente de la corrección óptica, se puede plantear la cirugía de cataratas cuando el paciente empiece a notar los efectos de la perdida de trasparecía del cristalino y no esperar a que el deterioro visual sea muy manifiesto.

Para más información, consulte con un especialista en Oftalmología.