La interesante historia de la anestesia

Autore: Dr. Antimo De Salve
Pubblicato:
Editor: Top Doctors®

La práctica de la anestesia es un procedimiento en la medicina que se lleva haciendo incluso desde antes de Cristo. Hipócrates, el primero de los médicos, utilizaba en su época una esponja soporífera la cual impregnaba una potente mezcla de opio, belladona y mandrágora para dormir o aletargar a sus pacientes.

Además, a lo largo de la historia, distintas civilizaciones han utilizado ciertas alternativas como el alcohol, la marihuana o incluso el frío para neutralizar el dolor.

 

Horace Wells y la primera intervención sin dolor

 

Pero si nos remontamos al origen de lo que hoy en día entendemos como anestesia moderna, la primera intervención indolora que se haya registrado fue en 1844, cuando el dentista Horace Wells extrajo una muela en la localidad estadounidense de Hartford. Wells había comenzado a experimentar con el gas anestésico, también conocido comúnmente como el gas de la risa por el efecto de carcajeo que produce cuando se inhala.

La idea de Wells de usar el gas anestésico para neutralizar el dolor vino a raíz de que el dentista había acudido a una exhibición pública del gas, donde uno de los asistentes que lo había inhalado era golpeado en una pierna y no era capaz de sentir ningún dolor. Este hecho le dio la respuesta al principal problema que sufría por aquel entonces la odontología: las extracciones indoloras.

El 11 de diciembre de 1844, Wells consiguió convencer a uno de sus colegas para administrarle el gas anestésico mientras otro colega de profesión le extraía una muela del juicio. El efecto del gas fue el esperado y la cirugía no le causó ningún tipo de dolor. El experimento fue todo un éxito.

 

Los experimentos de William Morton

 

El Dr. Wells realizó varías extracciones experimentales más con éxito y para enero de 1845, fue a informar de sus progresos a William Morton, un antiguo aprendiz suyo. Ambos consultaron al químico Charles T. Jackson y éste les aconsejó dejar de usarlo, pues consideraba que el método que Wells había estado practicando era sumamente peligroso.

Sin embargo, Morton continuó experimentando con el gas por su cuenta, aunque no con gas de la risa, sino con éter. Tras algunos ensayos que no dieron el resultado que Morton esperaba, el 30 de septiembre de 1846, el antiguo aprendiz de Wells consiguió extraer de forma exitosa un molar a Eben Frost (un músico de Boston) sin causarle ningún dolor.

 

Morton, inventor de la anestesia moderna

 

Aunque Morton no había sido el primero en suministrar una sustancia que pudiera aliviar o reducir completamente el dolor, sí que fue el primero en hacerlo delante de un público en el lugar y momento perfectos.

El odontólogo hizo inhalar éter a Gilbert Abott, que tenía un tumor congénito en el cuello. Una vez inconsciente, Morton llevó a cabo la operación sin ningún contratiempo. Desde aquel momento, se le recodaría como el inventor de la anestesia moderna, eclipsando así todo otro mérito del que había sido su mentor, Horace Wells.

Pero al darse cuenta de que nadie reconocía su descubrimiento, Morton trató de patentar su propia fórmula de anestesia. Sin embargo, viendo que el único producto genuinamente anestésico de su solución era el éter, nadie quiso comprárselo.

*Tradotto con Google Translator. Preghiamo ci scusi per ogni imperfezione

Dr. Antimo De Salve
Unità del dolore

*Tradotto con Google Translator. Preghiamo ci scusi per ogni imperfezione

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