Fisura anal: cómo identificar y tratar esta patología
Autore:La fisura anal es una patología muy habitual de consulta a los médicos especialistas en Coloproctología. Destaca por provocar episodios de hemorragia y dolor en el ano. En Top Doctors contamos con el Dr. Javier de Oca Burguete, coloproctólogo experto en cirugía de fístula anal, quien nos explica cómo aparecen las fisuras anales.
Fisura anal: características tratamiento
La fisura anal es una patología muy frecuente y que origina un elevado número de consultas con el especialista de referencia, un médico proctólogo. Esencialmente consiste en un pequeño corte o herida, la cual aparece en el margen anal, que en su comienzo puede ser muy superficial pero que con el transcurso del tiempo puede La mayor parte de las veces, la fisura se localiza en la vertiente posterior del ano. Es decir, si imaginamos el ano como un reloj estaría situada a las seis.
¿Cómo y por qué aparece una fisura anal?
La aparición de una fisura anal va estrechamente ligada a determinados trastornos en los hábitos deposicionales. Generalmente, el estreñimiento o la presencia de heces muy duras son las causas que más se asocian con la aparición de una fisura, aunque ésta también puede desencadenarse cuando las heces son muy líquidas y/o muy frecuentes.
Otras causas menos frecuentes son el parto, la enfermedad de Crohn y las relaciones sexuales anales. La edad de presentación es muy variable y no es infrecuente la presencia de fisuras anales en los bebés y en los ancianos.
Principales síntomas de que se padece una fisura anal
Los síntomas más frecuentes son el dolor y el sangrado. El primero de ellos se desencadena durante la defecación y suele prolongarse unas horas. La hemorragia se manifiesta casi siempre por la presencia de sangre en el papel higiénico, aunque en otras ocasiones pueden ser gotas de sangre que caen al inodoro tras la deposición e incluso llegar a una hemorragia importante, lo que lógicamente genera alarma en el paciente. Otros síntomas que pueden acompañar a la fisura son el picor en la zona anal y la presencia de una pequeña verruga junto a la propia fisura.
El diagnóstico debe efectuarlo siempre un especialista proctólogo, quien examinará al paciente y eventualmente solicitará una colonoscopia para descartar otras enfermedades.
Cómo tratar la fisura anal y cómo mejorar sus síntomas
Más del 50% de las fisuras anales mejoran con medidas convencionales como son los baños de asiento en el bidet, la regulación de la dieta y el uso de pomadas. Entre estas últimas, las más comúnmente usadas son aquellas que contienen Gliceril Trinitrato, Diltiazem o las pomadas epitelizantes. Este esquema de tratamiento debe prolongarse por espacio de 6 a 8 semanas.
El tratamiento quirúrgico queda reservado para aquellos casos en los cuales las medidas conservadoras han fracasado o en los que se ha producido una recidiva del cuadro tras un período de mejoría.
Entre todas las opciones quirúrgicas, la más clásica consiste en practicar una sección pequeña de una parte del esfínter interno, lo que facilita la relajación general del aparato esfinteriano y alivia los síntomas. Dicha operación no tiene porqué originar ningún trastorno en la capacidad del paciente de retener las heces, es decir, en la continencia. La intervención se puede llevar a cabo mediante cirugía de día. La recuperación es muy rápida y el paciente puede volver a su vida normal en un breve periodo de tiempo.