Fisura anal aguda: la consulta de Proctología más frecuente por telemedicina durante el COVID-19
Autore:A diferencia de lo que la mayoría de la población supone, la causa más frecuente de dolor y sangrado anal no son las hemorroides. La fisura anal, una ulceración oval o en forma de lágrima en la línea media posterior del márgen anal, también ha sido la causa más común de la sintomatología anteriormente referida durante mi experiencia en telemedicina proctológica durante la pandemia por COVID-19. La telemedicina es la prestación de servicios médicos a distancia. Para su implantación se emplean tecnologías de la información y las comunicaciones.
La mayoría de las fisuras, se atribuyen a la rasgadura traumática del anodermo durante un esfuerzo defecatorio vigoroso. Sin embargo, existen otras causas menos comunes, consecuencia de diversas patologías, que habitualmente asocian sintomatología atípica. Durante el confinamiento, se ha producido una alteración del ritmo de vida de la población que ha derivado en cambios del tránsito intestinal como consecuencia de la alimentación y el sedentarismo. En algunos casos, esta alteración se ha traducido en cuadros de estreñimiento asociado a defecaciones dificultosas que han sido el origen de afecciones proctologicas como la fisura anal.
La telemedicina ante una aparición de sintomatología típica de fisura, asociada a una historia clínica dirigida a través de las plataformas de videoconsulta y, en ocasiones, autografías, ha podido suplir en muchos casos la necesidad de una exploración física. De este modo, muchos pacientes que por miedo a consultar estaban padeciendo la insidiosa sintomatología de la fisura anal, han podido ser tratados y protegidos de la pandemia.
Hipotéticamente, una fisura aguda y su dolor asociado causan espasmo e hipertonicidad del músculo del esfínter anal interno, lo que reduce el flujo sanguíneo e impide la capacidad de curar la herida ulcerada. La persistencia de la fisura provoca más dolor, el cual genera a su vez más espasmo en lo que se ha acuñado como el "ciclo de la fisura". La mayoría de las terapias para la fisura anal tienen como objetivo la hipertonicidad del esfínter para romper el ciclo de la fisura, mejorar el flujo sanguíneo y promover la curación.
De este modo, mediante una serie de recomendaciones terapeúticas expuestas a través de las plataformas de videoconsulta, es posible un tratamiento óptimo de la fisura anal aguda. Además de una combinación de suplementos de fibra con una ingesta adecuada de agua, ablandadores de heces y baños calientes. Su coloproctólogo le recomendará si es preciso el fármaco que mejor se adecue a su caso particular. La cirugía se reserva únicamente para los casos de fisura anal crónica refractaria al tratamiento médico.