Feminización de la voz y expresiones faciales: la importancia del código emocional

La voz es indisociable de la emoción porque está implícitamente presente en el mensaje que la acompaña, le da forma y sentido. Las emociones nos guían y caracterizan nuestra personalidad e identidad. Contribuyen a nuestra percepción del mundo, a la manera de discernirlo y a expresarnos según nuestro propio código emocional.

Lo que nos distingue del mundo animal o vegetal es justamente esa capacidad para producir un mensaje impregnado de sentimientos e intenciones que nos permite expresarnos y compartir las emociones que nos habitan. Esta necesidad de comunicar nuestros sentimientos con nuestro entorno es el origen del desarrollo del lenguaje y de la comunicación. 

La logopedia emocional: la voz no puede disociarse de lo emocional

La logopedia emocional sitúa a la voz en el centro del ejercicio vocal. Durante el entrenamiento de feminización de la voz enriquecemos nuestra aptitud para transmitir emociones con la voz, pero también con el rostro, con los ojos, las expresiones faciales, etc., con el fin de nutrir el proceso de comunicación y desarrollar nuestra aptitud para explorar nuestras intenciones comunicativas y cómo las transmitimos.

Para ello, es importante distinguir la expresividad de la expresión:

- La expresividad es la capacidad de transmitir emociones. Hay una voluntad subjetiva de compartir un mensaje. Se trata de un acto voluntario e intencionado.

- La expresión es un factor objetivo. En este caso, las expresiones faciales son movimientos musculares efectuados con el rostro: levantamiento de cejas, sonrisa, apertura de la boca, etc. 

Por ejemplo, la expresión sería la sonrisa, pero la expresividad implicaría nuestra capacidad para expresar sarcasmo a través de esa sonrisa.

El código emocional

Cada uno de nosotros posee un código emocional ligado a su personalidad, a quiénes somos, a la manera que tenemos de percibir y expresar el mundo. Este código emocional es propio a cada uno de nosotros y difiere de una persona a otra. Sin embargo, no existe un código emocional único para todo el mundo, sino que cada uno de nosotros percibe, siente y expresa sus emociones en función de su propia personalidad, identidad y emocionalidad, todo ello impactado e influenciado por nuestras experiencias, así como por nuestra educación, nuestra genética, nuestras vivencias y nuestra cultura.

Todos somos diferentes y evolucionamos de manera diferente. Es lo que nos hace únicos y lo que nos empuja a defender nuestra unidad, así como lo que enriquece nuestra existencia y mixticidad.

El trabajo emocional de feminización de la voz

Durante las sesiones de logopedia destinadas al entrenamiento de feminización de la voz emocional, se constata rápidamente que cada aprendiz es único. Experimentan sus emociones de manera distinta a pesar de que exista un código facial emocional general que ayuda a la comprensión del mensaje y a su correcta interpretación.

La feminidad y la masculinidad no se expresan de la misma manera. Sin entrar en generalidades, los seres femeninos disponen de una percepción del entorno más profundo, más intenso y más sensible, aunque, por supuesto, hay seres masculinos con las mismas características expresivas. Existen, por lo tanto, rasgos expresivos femeninos de espectro general que pueden entrenarse y desarrollarse teniendo en cuenta los puntos evocados anteriormente, la personalidad de la aprendiz, su educación, cultura y vivencias.

Durante mis sesiones, oriento a mis aprendices a dar forma a sus expresiones faciales. Los acompaño durante el proceso para que consigan desarrollar su expresividad y emocionalidad de manera femenina en función de quiénes son, de cómo perciben el mundo y, sobre todo, de cómo desean que el mundo les perciba. Aporto mi ayuda para que tomen conciencia de su cuerpo, de su rostro y de cómo pueden lograr transmitir emociones a través de ellos. Durante este proceso, mis aprendices logran conocerse mejor y descubrir su lado más emocional, llegando a expresarse libremente sin sentirse cohibidos o encerrados dentro de un código emocional impersonal. El objetivo del trabajo de la voz emocional consiste en explorar su mundo interior de manera libre, femenina y personalizada.

Liberar la feminidad y la emoción

Mi objetivo durante el entrenamiento de feminización de la voz no consiste en enseñar la feminidad o las emociones, ya que se trata de conceptos innatos, propios a cada uno de nosotros y sobre todo evolutivos. Mi rol consiste en guiar con el fin de descubrir su expresividad emocional y de que se abran al mundo para dejar transparentar su feminidad y su emocionalidad.

Considero extremadamente importante dar libre rienda al aprendiz en todo lo que concierne la expresión de la feminidad. Para ello, pongo a su disposición herramientas y ejercicios, así como una relación basada en la confianza mutua y en la posibilidad de ser libres para expresarnos explorando todo nuestro potencial y quiénes somos. 

En conclusión, durante el entrenamiento, no solo trabajamos o entrenamos la voz como conjunto de sonidos, sino que tenemos como principal objetivo ayudar al aprendiz a explorar su emocionalidad para conseguir una voz y una forma de hablar coherentes y en total adecuación con su personalidad, su identidad y sus emociones.