El sobrepensamiento: un disfraz de la ansiedad
Autore:La ansiedad es un mecanismo de adaptación que nos prepara para afrontar situaciones amenazantes. Funciona como un sistema de alarma muy potente. Forma parte de nuestra arquitectura y se ha convertido en una de las emociones más temidas y estigmatizadas por todos nosotros.
Nos queda un largo camino en comprender por qué la ansiedad está llamando a nuestra puerta. Quizá cambiaríamos nuestra visión sobre ella si entendiéramos que está diseñada para mejorar nuestro rendimiento en la adaptación a las exigencias del día a día.

Así pues, de forma proporcionada contar con un mecanismo que nos ayuda a prepararnos ante las amenazas resulta un “súper poder” que puede ser un aliado para generar una respuesta óptima y necesaria.
A pesar de esto, muchas personas sufren un gran deterioro de su vida a causa de los altos niveles de ansiedad que padecen. En los casos más severos, vemos en consulta muchas vidas incapacitadas por ello.
La lista de síntomas de ansiedad es larga. Hoy vamos a conocer el sobrepensamiento. Detrás de cada uno de los síntomas relacionados con la ansiedad hay una explicación y un motivo que esconde un mensaje que nuestra mente y cuerpo nos lanza para que desencriptemos. Entender cómo funciona nuestra mente no es tarea sencilla. De ahí la importancia de acudir a un especialista en Psicología que nos ofrezca un tratamiento psicológico de calidad donde podamos iniciar un proceso que nos acompañe en este autoconocimiento.
¿Qué es el sobrepensamiento o “busy brain”?
En pocas palabras, pensar en exceso. Son ideas que aparecen una y otra vez de manera recurrente, espontánea y que causan un impacto emocional. La frecuencia y la intensidad con la que aparecen pueden convertirse en un síntoma.
El sobrepensamiento aparece en cualquier momento del día, pero recuerda que la ansiedad es una gran diva de Hollywood. Le gusta hacerse notar. Y como toda diva, luce mejor por la noche. Si además el sobrepensamiento se activa por la noche, el cuadro de ansiedad empeorará provocando insomnio, con las consiguientes repercusiones para nuestra salud física y mental.
Si la ansiedad se mantiene con el disfraz de sobrepensamiento de forma sostenida en el tiempo, nos acostumbramos a emplear este recurso como método para solucionar nuestros problemas o para tomar decisiones. Esta es una de las situaciones en las que el síntoma se instala y hace que nos perdamos entre nuestra forma de pensar y el propio síntoma.
¿Por qué pensamos en exceso?
A quién no le suena esto de:
- Revisa bien el examen antes de entregarlo.
- Piensa antes de actuar.
- Piensa bien las cosas antes de hacerlas.
- No te precipites.
- Tómate un tiempo para pensarlo.
- Despacio y con buena letra.
En personas con un perfil alto de impulsividad estos mensajes ayudan a mejorar la capacidad para inhibir respuestas rápidas e inmediatas sin medir las consecuencias. Pero ¿qué sucede para las personas que tienen una personalidad que ya predispone a la reflexión? Que esos mismos mensajes enseñan que es importante dedicar mucho tiempo a pensar como una forma para resolver nuestros problemas, como vía para tomar decisiones…
El sobrepensamiento tiene la funcionalidad de asegurarnos que nuestra decisión tiene una tasa de acierto mayor que si fuésemos impulsivos. Sin embargo, hay una gran diferencia entre reflexionar y sobrepensar.
El sobrepensamiento nos lleva a un bucle obsesivo en el que, si el origen era la ayuda a la gestión de un problema, se convierte en un proceso improductivo que sólo aumenta el nivel de ansiedad. Esta pescadilla que se muerde la cola se retroalimenta y vuelve a llevarnos a la casilla de salida. No se avanza en la solución del problema ni se termina tomando una decisión. El inicio y el final del sobrepensamiento es un bucle. Pierde su funcionalidad y nos desorienta en la respuesta final.
Actualmente, la terapia de aceptación y compromiso es la corriente que arroja la mayor efectividad en el trabajo del sobrepensamiento y de los bucles obsesivos, ya que nos ayuda a mejorar la rigidez psicológica.