El autocuidado es clave para prevenir la ansiedad

¿Es lo mismo ansiedad que miedo o angustia?

No, no es lo mismo, aunque tienen similitudes entre los tres conceptos que puede dar lugar a equívocos.

A grandes rasgos podríamos decir que la ansiedad es una emoción normal que nos prepara para la acción ante una determinada situación. El problema es cuando nuestro organismo reacciona de manera ansiosa cuando no es necesario o cuando una vez finalizada la acción nuestro organismo sigue activado.

El miedo se caracteriza por un sentimiento de angustia, de nerviosismo ante un peligro. Dicho peligro puede ser real o imaginario, pero, en ambos casos nuestro organismo reacciona con un nivel muy alto de activación, la respuesta fisiológica que se produce es la misma ante  un miedo real o imaginario.

La angustia es un estado de intranquilidad, es sentirse inquieto, triste, apático.

Como vemos son conceptos diferentes, pero que muchas veces pueden darse a la vez y retroalimentarse unos a otros.

¿Hasta qué punto puede determinar nuestra vida tener ansiedad?

Tener ansiedad puede determinar nuestra vida hasta niveles de incapacitación para las tareas más rutinarias del día a día.

Es importante destacar que la ansiedad no es mala, de hecho, es necesaria en nuestro día a día. La ansiedad nos prepara para la acción, ¡imaginad no tener ansiedad ante un coche que se salta un paso de peatones!, sería posible que sufriésemos un terrible accidente, la ansiedad cumple la función de preparar a nuestro organismo para poder dilatar las pupilas y tener mejor visión, contraer músculos para correr, bombear sangre más rápido, mayor aporte de oxígeno, etc. La ansiedad nos prepara para entregar un informe a tiempo, estudiar un examen, correr una carrera, no perder el autobús…

Cuando nuestro organismo crea o mantiene la ansiedad ante situaciones que no son necesarias o imaginarias es cuando pasa a ser patológica, no podemos dormir, taquicardias, preocupación excesiva, dolores de cabeza, problemas estomacales, somatizaciones, etc.

El estado de ansiedad mantenida en el tiempo es lo que repercute en los problemas que conocemos como “Trastornos de Ansiedad”.

Sería invalidante según como afecte a nuestro día a día, ya que dentro de los trastornos de ansiedad podemos encontrar fobias, ansiedad generalizada, fobia social, pensamientos obsesivos, problemas relacionales, claustrofobia…

La afectación a nuestra vida vendría dada por la intensidad y el trastorno que nos esté afectando.

¿Qué señales nos pueden indicar que sufrimos ansiedad si no sabemos identificarla?

La ansiedad puede manifestarse a través de tres grandes bloques:

A nivel físico: Es la que más conocemos y más asusta a la mayoría de las personas, serían taquicardias, mareos, vómitos, visión borrosa, sudoración excesiva, músculos contraídos…

A nivel conductual: Anhedonia, aislamiento, cansancio, pérdida o aumento del apetito, conductas adictivas como abuso de alcohol o tabaco, hiperactividad, irascibilidad, rabia…

A nivel cognitivo: Disociación, despersonalización, rumiaciones, pensamientos obsesivos, dificultad para mantener la concentración…

¿Qué pautas servirían para intentar prevenir la ansiedad?

Sin duda alguna el “AUTOCUIDADO”. Hoy en día no dedicamos tiempo a cuidarnos a nosotros mismo, ni nuestras relaciones personales, sociales y familiares. Las personas somos seres sociales, tener una red de apoyo social y familiar es una buena manera de prevenir trastornos de ansiedad.

Cuidar nuestra alimentación, intentar comer los menos alimentos procesados posibles, menos grasas y azúcares, no abusar del alcohol, incrementar el consumo de alimentos frescos, frutas, verduras.

Mantener de manera regular actividad física, tanto para prevenir ansiedad como para regularnos en épocas de estrés.

Trabajar a nivel mental, lecturas de crecimiento personal, lecturas que mantengan una adecuada actividad cognitiva y nos ayuden a “desconectar”.

“Ponernos a dieta de redes sociales”.

Pedir ayuda a nuestro entorno cuando vamos viendo que no nos sentimos bien, teniendo en cuanta la sintomatología ansiosa que nos va dando pequeños avisos, y si vemos que es necesario pedir ayuda profesional.

Sabemos que factores como ahora la pandemia han influido a la aparición de la ansiedad. ¿Qué otros factores sociales pueden influir en ella?

La pandemia ha sido algo tan grande que ha influido mucho, depende de cada casa en muchas familias ha habido “pérdidas”. Las más graves quienes hayan perdido un familiar, pero, ha habido pérdidas asociadas como la salud, laborales, económicas y la seguridad, el sentirnos tremendamente vulnerables y con las sensación de no tener ningún control.

Otros factores sociales que pueden influir son las nuevas maneras de relacionarnos tras la pandemia.

Se ha incrementado el teletrabajo perdiendo en muchas empresas el contacto social, muchos cursos y formaciones han pasado a ser online, podemos ver las consecuencias en las nuevas maneras de relacionarnos, no sabemos si saludar con un beso, dando la mano, mantener distancia en una cola de supermercado… podríamos poner infinidad de casos que de una manera indirecta influyen en la ansiedad.

¿Hay personalidades propensas a sufrir ansiedad?

En principio sí, pero bien es cierto que los nuevos estudios disminuyen la importancia de la personalidad y hacen más hincapié en cómo podemos trabajar en nosotros mismos para paliar los puntos débiles que tenemos todos en nuestra personalidad, en nuestra psique.

Evidentemente me refiero a cuando no hay patologías previas. Cada vez se habla más de la plasticidad del cerebro, de cómo podemos trabajar en nosotros mismos.

Imaginemos alguien con tendencia a la migraña. Esa tendencia va a estar pero en la mayoría de las personas si controlan horarios de sueño, cierta actividad física, ventilación de espacios, no abusar del alcohol y diversos factores asociados a cada personalidad , es posible, que consigan tener bastante controladas las migrañas.

Alguien que tenga cierta tendencia a la Ansiedad debería, a grandes rasgos, cuidar sus relaciones sociales, practicar deporte, cierta rutina de horarios, no abusar de tabaco, alcohol… dejarse guiar por profesionales que le ayudasen a descubrir que factores de su personalidad influyen en el manejo y en el mantenimiento de la ansiedad.

¿Qué tipo de tratamiento se le puede ofrecer a una persona que sufre ansiedad?

En principio la Terapia Cognitivo-Conductual y terapias de tercera generación como “aceptación y compromiso” tienen una alta efectividad en los trastornos de ansiedad.

Aun así, las personas somos diferentes y lo que le va bien a uno no le va bien a otro, es por ello importante buscar un buen profesional experto en procesos de ansiedad que tenga en cuenta la personalidad y la biografía de cada persona para realizar el tratamiento más adecuado.

Se trata de hacer “un traje a medida” de cada individuo realizando una doble intervención, una interviniendo sobre el síntoma o los síntomas que incapaciten a la persona y otra sobre qué ha hecho que la persona desarrolle un trastorno de ansiedad.

¿Quieres más información acerca de la ansiedad? Pide cita con Javier Álvarez Cáceres, especialista en Psicología.