Cuestiones sobre el vértigo

Los seres vivos vivimos en un mundo formado por cuatro dimensiones. Las tres primeras nos relacionan con el espacio, mientras que la cuarta lo hace con el tiempo. Para mantenernos orientados y estables en el espacio y tiempo, hemos desarrollado la capacidad de equilibrio, que nos permite enfrentarnos a fuerzas como pueden ser la gravedad u otros movimientos de traslación.

El equilibrio se consigue gracias a un complejo proceso neuromuscular, que permite desarrollar una especie de coordenadas mentales del entorno y de nuestro cuerpo.

El origen del vértigo se encuentra en la palabra latina “verteré”, que significa “dar la vuelta o girar”. Como tal, el vértigo representa una falsa sensación de movimiento de nuestro cuerpo o de nuestro entorno. El vértigo se trata de un signo que está directamente relacionado con numerosas enfermedades, por lo que se convierte en una señal de alarma que nos manda el cerebro cuando se produce alguna alteración que impida o dificulte mantener este equilibrio. En muchas ocasiones, cuando el vértigo es muy intenso, se asocia directamente a otras manifestaciones, como puede ser la sudoración, mareos, náuseas, vómitos, bajada de tensión y hasta crisis de ansiedad o ataques de pánico.

¿Qué produce el vértigo?

Como tal, el vértigo se produce cuando no existe una correspondencia entre nuestro sistema interior de coordenadas con la información que perciben los sensores que se ocupan de nuestro equilibrio. Uno de ellos es el sistema vestibular, que está integrado por el nervio del equilibrio, el laberinto del oído y las neuronas cerebrales que procesan la información del equilibrio.

Causas principales del vértigo

A lo largo del tiempo se han enumerado más de cien enfermedades que tienen la capacidad de provocar vértigo. Entre ellas, se incluyen lesiones del oído, lesiones infecciosas, cerebrales, metabólicas… No obstante, menos de una decena son las más frecuentes, y suponen casi nueve de cada diez casos.

Es, por lo tanto, muy importante que el médico — a través de la información transmitida por el paciente y las pruebas realizadas— sea capaz de distinguir si el vértigo afecta o no al cerebro. Cerca del 15% de los pacientes que presentan cuadros graves de vértigo agudo (náuseas, vómitos, giros de objetos con una duración de horas…) pueden estar padeciendo trombosis o una hemorragia cerebral. No obstante, la tecnología médica desarrollada en las últimas dos décadas permite realizar un diagnóstico correcto y rápido, por lo que es relativamente sencillo hacer un tratamiento adecuado.

Importantes estudios epidemiológicos han señalado que el vértigo puede aparecer entre un cinco y un diez por ciento de la población a lo largo de la vida.

El vértigo paroxístico posicional benigno es el más habitual, y se produce por el desplazamiento de los otolitos en los canales semicirculares del laberinto del oído. Esto produce el vértigo, que se da bruscamente por ejemplo al levantarse o al cambiar de posición en la cama. El tratamiento de este tipo de vértigo es sencillo, “recolocando” los otolitos en su lugar original.

La segunda causa principal de vértigo hoy en día es la migraña, que tiene la capacidad de crear un dolor de cabeza muy intenso, siendo más habitual en las mujeres. Un buen número de estos pacientes desarrollan vértigo durante sus crisis de migraña, lo que sumado al fuerte dolor de cabeza dificultan bastante a quien lo padece. Las medidas dietéticas y el tratamiento anti migraña debería ser suficiente para curar este vértigo.

La enfermedad de Menière es otro de los trastornos frecuentes que se asocian al vértigo. Es característico de esta enfermedad el vértigo asociado a los acúfenos en un oído, así como a la brusca pérdida de audición. Actualmente existen numerosas opciones de tratamiento, ya sean médicos o quirúrgicos que permiten que el paciente lleve una vida prácticamente normal.

¿De qué manera debe actuar una persona con vértigo?

Un paciente que presenta vértigo agudo debe visitar a su médico de familia para que le realice una valoración. Si esta valoración nos conduce hacia un origen cerebral, el paciente será remitido al servicio de urgencias, en donde se le realizarán pruebas radiológicas y exploratorias.

Si el origen del vértigo es distinto, cada enfermedad tendrá su tratamiento adecuado. Es por esto que se aconseja remitir al paciente a un otorrino especialista en vértigo. Son las llamadas unidades de Otoneurología, que disponen de técnicas específicas de exploración para el estudio de pacientes con vértigo.