¿Cuáles son las enfermedades de encías más comunes?

Autore: Dr. Agustín Casas Hernández
Pubblicato:
Editor: Lucía Ramírez

Las enfermedades de las encías se encuentran entre las patologías más frecuentes del ser humano siendo las más habituales la gingivitis y la periodontitis.

 

La gingivitis tiene una alta prevalencia, pudiendo afectar a más del 80% de los pacientes. Mientras que las periodontitis avanzadas, que son las más graves, ocupan la sexta posición en el ranking de enfermedades más prevalentes en el mundo y afectan aproximadamente al 10% de la población mundial. Si se tiene en cuenta no solo las periodontitis avanzadas, sino el conjunto global de periodontitis afectaría a casi un 40-50% de la población.

 

Ambas patologías se definen como enfermedades inflamatorias asociadas a un biofilm bacteriano (también llamado placa bacteriana). En el caso de la gingivitis el proceso inflamatorio afectaría únicamente a la encía mientras que en las periodontitis se produce una destrucción progresiva del resto de tejidos periodontales que se encargan de sujetar los dientes (el hueso alveolar, el ligamento periodontal y el cemento radicular). En las periodontitis el proceso es crónico y multifactorial, es decir que está asociado, además de a un biofilm disbiótico, a multitud de factores de riesgo que participan en el inicio, progresión y gravedad de la enfermedad. Algunos de los factores de riesgos con más evidencia científica son el consumo de tabaco o tener prediabetes o diabetes.

 

Las enfermedades de encía más comunes son la gingivitis y la periodontitis

 

La importancia de estas patologías no solo radica en su frecuencia o en el impacto que tienen a nivel oral, del que somos más conscientes, sino que también tiene un impacto significativo en la calidad de vida de los pacientes y en su salud sistémica. Los pacientes con periodontitis tienen más riesgo de tener disfunción masticatoria que afecta directamente a su nutrición, además de las alteraciones estética que provoca. Pero no solo eso, también pueden provocar dificultades al hablar, los indicadores de calidad de vida asociados a la salud oral son menores, los pacientes se sienten vulnerables, sufren más ansiedad, etc…

 

¿Qué signos nos pueden alertar?

El sangrado es el primer signo que debe alertarnos de que la encía está enferma, nos sirve para diagnosticar si padecemos gingivitis o periodontitis. No es normal, como mucha gente cree, que las encías tengan que sangrar al cepillarnos los dientes o al comer. No deben sangrar y si lo hacen es porque están inflamadas, indicándonos que hay un problema en ellas. Solamente hay una única excepción: los pacientes fumadores, aunque las encías estén inflamadas puede no haber sangrado. Esto es debido a la acción directa del tabaco que provoca vasoconstricción de los capilares que evita el sangrado y, por tanto, enmascara la enfermedad. Así que en los fumadores es frecuente que nos demos cuenta de que hay un problema en las encías cuando ya es muy tarde y aparecen otros signos más tardíos.

 

Además, para detectar que padecemos periodontitis existen otros síntomas, pero son tardíos. Es decir, normalmente para que podamos detectar la enfermedad ha tenido que avanzar provocando mucha destrucción de los tejidos de soporte de los dientes. Algunos son la recesión de la encía (el margen de la encía cambia de posición dejando descubiertas las raíces de los dientes que tenían que estar cubiertas por ella) y la movilidad de los dientes (el paciente los nota más flojos). Como consecuencia de esa destrucción progresiva de los tejidos de soporte de los dientes aparecen los espacios entre los dientes que antes estaban cubiertos o nos provoca el desplazamiento de los dientes cambiando de posición y/o favorece la aparición de hipersensibilidad dentinaria. También provoca halitosis, mal sabor de boca y pueden notar dolor, aunque no es muy frecuente.

 

¿Cómo se diagnostica?

Para poder hacer un diagnóstico precoz de las patologías periodontales, es importante realizar revisiones periódicas. Con una exploración clínica realizada por el especialista en Odontología se puede diagnosticar la enfermedad en estadios precoces. El sondaje periodontal es una exploración sencilla con la que se determina si ha habido destrucción de los tejidos que sostienen los dientes. Para ello utilizamos la sonda periodontal, que es un instrumento milimetrado con el que se va valorando diente por diente la posición de los tejidos de sostén de los dientes y se determina si se ha producido algún tipo de pérdida (clínicamente se denomina “determinar la pérdida de inserción”). Además, nos ayuda a identificar la presencia de bolsas periodontales alrededor de los dientes, localizaciones que se van produciendo a medida que la enfermedad avanza y donde es más fácil que se desarrolle un biofilm disbiótico y se cronifique la enfermedad.

 

¿Qué diferencia hay entre gingivitis y periodontitis?

Aunque ambas patologías son enfermedades inflamatorias, la gingivitis es la inflamación que afecta únicamente a la encía, a la parte más superficial de los tejidos periodontales, no afectando al resto de tejidos. Además, tras el tratamiento adecuado de remoción de la placa bacteriana y una mejora en las técnicas de higiene oral se consigue restituir la encía a un estado de salud sin ningún tipo de secuelas posteriores.

 

En cambio, las consecuencias de las periodontitis son más graves. En la periodontitis se afectan el resto de los tejidos que soportan los dientes, es decir el cemento, hueso y el ligamento periodontal. En periodontitis, los tejidos que se han perdido no se pueden recuperar y los dientes van perdiendo su soporte. De hecho, si se deja que evolucione libremente provoca la pérdida de los mismos.

 

La periodontitis es una enfermedad compleja de manejar porque es multifactorial. Hay muchos factores de riesgos, como el hábito del tabaco o la diabetes, que participan en el inicio, desarrollo y gravedad de la enfermedad, y que hay que tener en cuenta e incorporarlos al tratamiento. De forma tradicional se ha considerado que las periodontitis solo se dan en personas que no se cepillan los dientes o que tienen muy mala higiene, pero esto no siempre es así debido a la participación de otros factores de riesgo. Está claro que las bacterias participan en el desarrollo de la enfermedad, pero no solo ellas, hay que tener en cuenta el resto factores de riesgo participantes.

 

¿Qué tratamientos se realizan?

El tratamiento es algo diferente si estamos ante un paciente con gingivitis o con periodontitis, siendo el tratamiento de la periodontitis más largo y complejo.

 

En el caso de un paciente con gingivitis, lo primero que hay que determinar es la causa de la inflamación en la encía. Suele deberse a un aumento del biofilm provocado por una mala higiene oral. Se comenzaría determinando que factores han provocado ese aumento de la placa bacteriana, por ejemplo, si se está realizando el cepillado de forma correcta. Aunque también hay que determinar otros posibles factores que podrían estar favoreciendo el desarrollo de la enfermedad como la toma de determinados medicamentos o cambios hormonales.

Una vez establecida la causa y dadas las recomendaciones oportunas para que no vuelva a suceder, el tratamiento suele ser la remoción de ese biofilm por mecanismos mecánicos. Tiene varios nombres dependiendo de cada profesional, como limpieza, profilaxis, tartrectomía, etc. Independientemente del nombre, en todos ellos hay que eliminar ese exceso del biofilm que está provocando la inflamación de la encía. En este sentido, hay diferentes formas de realizarlo, desde la última tecnología con aeropulidores hasta los tradicionales aparatos de ultrasonidos o realizarlo de forma manual con curetas.

 

El tratamiento periodontal suele ser mucho más complejos y se desarrolla en diferentes etapas o pasos:

 

  • Tras la fase diagnóstica, la primera etapa es determinar los factores de riesgo que pueden estar participando en el inicio y progresión de la enfermedad, tanto el paciente como el profesional tienen que ser conscientes de ellos e intentar evitarlos. Además, se debe recomendar la promoción de hábitos saludables que nos ayuden mejor a controlar la enfermedad. Es muy importante que los pacientes dejen de fumar, hagan ejercicio de manera regular, eviten el sedentarismo y tengan una alimentación saludable.

 

  • A continuación, se comenzaría con la terapia básica de raspado y alisado radicular (aunque no está bien utilizado, también se denomina vulgarmente curetaje), que consiste en desestructurar el cálculo (conocido como sarro) que se suele encontrar por debajo de la encía, en las bolsas periodontales. Se puede desestructurar tanto con instrumental ultrasónico como manual, así como realizar con diferentes protocolos, desde todo en la misma sesión, en dos días consecutivos, o cada cuadrante una vez por semana hasta completar los cuatro. Normalmente según las preferencias del profesional y de la situación del paciente se elige una u otra forma de realizarlo. El objetivo es que una vez eliminado ese cálculo las bolsas periodontales se reduzcan en tamaño.

 

  • Entre cuatro y seis semanas después de esta primera fase, se realiza la reevaluación.  En esta cita se vuelve a medir con nuestra sonda periodontal el estado clínico de las encías, sobre todo la existencia de bolsas periodontales. En pacientes con bolsas periodontales entre 4-6 mm solo con la terapia básica de raspado y alisado radicular suele ser suficiente para poder controlarse, pero si son superiores de 6 mm no suele ser suficiente y entonces se tendría que pasar a la siguiente fase.

 

  • En aquellos casos de periodontitis más grave puede ser necesario pasar a la fase quirúrgica y tener que realizar cirugías periodontales. Estas cirugías tendrían como objetivo reducir quirúrgicamente el tamaño de las bolsas periodontales. Su finalidad es que alrededor de los dientes no existan estos espacios entre la encía y el diente, ya que son localizaciones propicias donde se puede desarrollar de nuevo un biofilm patogénico que favoreciera otra vez el desarrollo de la patología.

 

  • Sin embargo, la parte más importante de cualquier tratamiento periodontal, es lo que se denomina el mantenimiento periodontal. Son visitas con una frecuencia periódica que pueden variar desde cuatro a dos veces al año según las características de la enfermedad en cada paciente. En ellas se va a controlar la situación periodontal del paciente, se va a revisar la presencia de factores de riesgo y se va a proceder la eliminación del biofilm que se hubiera formado en ese tiempo. Como la enfermedad es crónica su tratamiento también debe serlo.
*Tradotto con Google Translator. Preghiamo ci scusi per ogni imperfezione
Dr. Agustín Casas Hernández

Dr. Agustín Casas Hernández
Odontoiatria e stomatologia

*Tradotto con Google Translator. Preghiamo ci scusi per ogni imperfezione


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