¿Cómo medimos el éxito de una cirugía de la obesidad?

Autore: Dr. Francisco Tamayo Pozo
Pubblicato: | Aggiornato: 03/01/2023
Editor: Margarita Marquès

La cirugía bariátrica es el conjunto de técnicas quirúrgicas orientadas a corregir la obesidad, una enfermedad crónica que tiene muchos riesgos para la salud. Normalmente, la cirugía de la obesidad se plantea cuando la enfermedad empieza a ocasionar problemas de salud y del estado de ánimo.

 

En este sentido, el Dr. Francisco Tamayo cuenta con más de 30 años de experiencia en la realización de cirugías bariátricas.

 

¿Cuándo se considera que una persona tiene obesidad?

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una persona tiene obesidad cuando el IMC es igual o superior a 30. Cuando el IMC es superior a 40 se considera obesidad mórbida.

 

Aunque la cirugía de la obesidad es el método más eficaz para corregir esta enfermedad, es importante saber que exige un compromiso por parte del paciente para conseguir cambiar el estilo de vida. En este sentido, es fundamental que la cirugía vaya acompañada del cuidado de la alimentación y la realización de actividad física.

 

La cirugía de la obesidad se plantea cuando la enfermedad
empieza a ocasionar problemas de salud y del estado de ánimo

 

¿Cuáles son las razones más comunes para someterse a esta cirugía?

Las razones más comunes son:

  • Mejorar su calidad de vida física y psíquica
  • Mejorar o curar las enfermedades asociadas a la obesidad
  • Mejora la autoestima

 

¿Quién se puede someter a una cirugía de la obesidad?

Las intervenciones quirúrgicas para tratar la obesidad están indicadas en personas que tienen un Índice de Masa Corporal (IMC) superior a 40. También están indicadas en personas con un IMC superior a 35 en caso de tener patologías asociadas a la obesidad, como las siguientes:

  • Diabetes
  • Hipercolesterolemia
  • Hipertensión arterial
  • Problemas articulares
  • Apnea del sueño

 

¿Cómo medimos el éxito de una intervención?

Podemos usar parámetros objetivos como el porcentaje del sobrepeso perdido, así como la mejoría o curación de las enfermedades asociadas, o parámetros más subjetivos como la mejoría de la autoestima y de la calidad de vida del paciente: ¿Vistos los resultados le ha valido la pena la intervención? ¿Se volvería a operar? ¿Aconsejaría la intervención a un amigo suyo? Las respuestas a estas preguntas aclaran el grado de satisfacción del paciente tras la intervención. Es importante señalar que la percepción del paciente y del cirujano en cuanto a lo se puede considerar éxito de la cirugía en muchos casos no coincide. Sorprendentemente, nos podremos encontrar pacientes felices pese a resultados mediocres y a pacientes desencantados con unos resultados aceptables para el cirujano.

 

En algunos casos, se enfoca la intervención como si de una cirugía estética se tratara, siendo la motivación principal el mejorar la figura corporal. Con la cirugía no se pretende alcanzar el peso ideal, sino conseguir una pérdida de peso mantenida en el tiempo que suponga tanto la mejora de las enfermedades asociadas como el aumento de la calidad y expectativa de vida, para lo cual no es necesario alcanzar el peso ideal. La cirugía bariátrica no es una operación de “estética”, es una operación para ganar salud.

 

Los cirujanos consideramos exitosa una intervención cuando se consigue una pérdida igual o mayor al 50% del sobrepeso mantenida a los 5 años de la intervención. El sobrepeso es la diferencia entre el peso real y el peso ideal. Es decir, si un paciente pesaba 120 kg en el momento de la intervención siendo su peso ideal de 60 kg, el sobrepeso en este caso será de 60 kg por lo que se podría considerar exitosa la intervención si a los 5 años se  mantuviera una pérdida de al menos 30 kg.

 

A mayor sobrepeso, mayor cantidad de kilos se deberán perder para alcanzar un resultado exitoso. Si un paciente pesa 200 kg siendo su peso ideal de 80 kg, tiene un sobrepeso de 120 kg. Un resultado exitoso sería una pérdida mínima de 60 kg mantenida a los 5 años.

 

Estos criterios sirven como referencia, pues en definitiva, lo más importante es que el paciente sienta que la operación le ha mejorado, y ante la pregunta ¿Se volvería a operar de obesidad? la respuesta sea afirmativa, en cuyo caso e independientemente de la “calculadora” podremos considerar la cirugía exitosa.

 

Vemos que el factor tiempo es importante, por lo que se debería de huir de aquellas técnicas que consiguen pérdidas de peso iniciales en el primer año, muchas veces basadas en seguimientos nutricionales estrechos, pero que no han demostrado ser eficaces en mantener esas pérdidas de peso con el paso de los años.

 

Para aquellos pacientes en los que no se alcance un resultado óptimo, en algunos casos, existe la posibilidad de una segunda intervención, es lo que se denomina “cirugía de conversión” en la que se busca modificar o cambiar la técnica original. En el caso de la gastrectomía vertical existen claras opciones, no así en el bypass gástrico en cuyo caso una nueva intervención para corregir un mal resultado es más compleja y de resultado más incierto.

 

¿Cuáles son las técnicas más utilizadas?

En la actualidad, hay dos técnicas que se realizan a gran escala: la manga y el bypass gástrico. Ambas han demostrado su eficacia a largo plazo.

 

Por un lado, la manga gástrica es un proceso apto para la mayoría de los pacientes, siendo la técnica más realizada a nivel mundial. Se trata de un procedimiento restrictivo que disminuye la capacidad gástrica y busca reducir la ingesta de alimentos. Consiste en extirpar el 80 % del estómago, quedando el estómago con forma de tubo.

 

Por otro lado, el bypass gástrico está especialmente indicado en paciente con diabetes tipo 2 y en pacientes con reflujo gastroesofágico severo. Se trata de un procedimiento mixto, que combina el efecto restrictivo con el malabsortivo. En esta intervención, la mayor parte del estómago no se extirpa, sino que se anula, así como parte del intestino delgado.

 

Antes de someterse a la intervención, es importante que el paciente pierda entre el 5 y el 10% de su peso. La técnica utilizada siempre se va a elegir en función del grado de obesidad y las enfermedades de cada paciente.

 

En la actualidad, todas las técnicas se realizan por abordaje laparoscópico, de manera que se reduce el riesgo de complicaciones y el tiempo de recuperación, ya que el paciente recibe el alta hospitalaria pasados dos días.

*Tradotto con Google Translator. Preghiamo ci scusi per ogni imperfezione

Dr. Francisco Tamayo Pozo
Chirurgia generale

*Tradotto con Google Translator. Preghiamo ci scusi per ogni imperfezione

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