Cáncer de ovario: tipos, síntomas y tratamientos

El cáncer de ovario es el quinto tumor mas frecuente diagnosticado en mujeres y el cáncer ginecológico más letal. Afecta a 1 de cada 70 mujeres y es más frecuente entre los 45-75 años de edad. En España se diagnostican alrededor de 3500 casos al año, lo que representa el 5,1% de los cánceres entre las mujeres, por detrás del cáncer de mama, colorrectal y útero. Su elevada mortalidad (unos 1900 casos al año) es debido a que hasta un 70% se diagnostican en etapa avanzada.

¿Qué tipos de cáncer de ovario existen?

En la actualidad se sabe que existen al menos cuatro subtipos histológicos (seroso, mucinoso, células claras y endometrioide) cada uno de ellos con diferentes alteraciones moleculares que comportan una evolución diferente y, por lo tanto, una respuesta distinta a los tratamientos.

¿Qué factores aumentan el riesgo de cáncer de ovario?

Existen ciertos factores que pueden aumentar el riesgo de padecer cáncer de ovario, entre ellos: nuliparidad, endometriosis, menarquia precoz y menopausia tardía, así como factores genéticos. Entre un 10-15% de los cánceres de ovario son de origen hereditario, desencadenados por dos patologías: el Síndrome de Lynch y el Síndrome de cáncer de mama y ovario hereditario.

¿Cuáles son los síntomas del cáncer de ovario?

En estadios iniciales no suele producir ningún síntoma y el diagnóstico suele ser un hallazgo casual en una revisión ginecológica. En fases avanzadas de la enfermedad, la sintomatología es inespecífica; dolor y distensión abdominal, dispepsia, pirosis, aumento de frecuencia de la necesidad de orinar… Los síntomas claros que nos pueden hacer sospechar un cáncer de ovario son: presencia de ascitis, masa anexial, sensación de llenado gástrico rápido y la existencia de una masa abdominal palpable. El cribado para diagnóstico precoz del cáncer de ovario no ha demostrado ser eficaz.

¿Cuál es el mejor tratamiento para el cáncer de ovario?

Ante un cáncer de ovario en estadio avanzado el tratamiento estándar consiste en la realización de una cirugía de citorreducción óptima, con enfermedad residual macroscópica cero seguida de una quimioterapia complementaria con carboplatino + paclitaxel cada 21 días por seis ciclos con o sin bevacizumab seguido de bevacizumab de mantenimiento en pacientes de alto riesgo de recaída.

La llegada de nuevas dianas terapéuticas como son los inhibidores de la PARP está cambiando el panorama de las mujeres con cáncer de ovario, por lo que hoy día es necesario conocer el estatus BRCA de estas mujeres en el momento del diagnóstico.

Actualmente se están desarrollando estudios para el tratamiento que combinan inhibidores de la PARP con antiangiogénicos e incluso con inmunoterapia.