Bulimia nerviosa: ¿qué síntomas nos pueden alertar?

Autore: Dr. José Gimillo
Pubblicato:
Editor: Lucía Ramírez

Descrita por G.F.M. Russell en 1980 como un trastorno, que a diferencia de la anorexia nerviosa no presenta manifestaciones clínicas escandalosas y que en la mayoría de los casos es compatible con una adaptación social aceptable.

Este anómalo comportamiento de alimentación se acompaña de métodos compensatorios inapropiados, destinados a evitar la ganancia de peso (provocación del vomito, uso excesivo de laxantes, diuréticos o enemas, realizar ejercicio físico intenso, ayunos de uno o más días, etc.).

Todo ello se encuentra muy influido por una sobrevaloración por parte de la persona de la silueta o el peso corporal, con excesivo énfasis en el miedo a ganar peso, el deseo de adelgazar o la insatisfacción respecto al propio cuerpo. Con frecuencia hay antecedentes de anorexia nerviosa.

 

La bulimia produce síntomas depresivos y baja autoestima

 

¿Qué tipos existen?

Los dos tipos clínicos que encontramos dependen de la conducta compensatoria elegida:

  • Tipo purgativo: durante el episodio bulímico el individuo tiene conductas de purga.
  • Tipo no purgativo: durante el episodio bulímico el individuo utiliza el ayuno o el ejercicio excesivo.

La bulimia se asemeja a una adicción, en la que la sustancia de abuso es la comida.

 

¿En qué momento debemos preocuparnos?

La aparición de cualquiera de estos síntomas nos alertará de estar ante un posible cuadro de bulimia:

  • Control alimentario nulo con “atracones”.
  • Episodios de atracones con sentimiento de pérdida del control sobre la ingesta.
  • Conductas compensatorias de control del peso mediante conductas restrictivas (dietas estrictas, ayuno, ejercicio excesivo) o purgativas (vómito autoinducido, laxantes, diuréticos y enemas).
  • Percepción de su imagen corporal con insatisfacción.
  • Alteración de la percepción de la forma y del peso corporal.
  • Evitación de situaciones sociales por causa de su imagen corporal.
  • Miedo intenso a ganar peso y su vida gira en torno a esa preocupación.
  • Exagerada influencia del peso y la silueta en la autoestima.
  • Sentimientos de culpa, disgusto o vergüenza tras la ingesta.
  • Ansiedad después de comer.
  • Existencia de comidas prohibidas que pueden ser desencadenantes de un atracón.
  • Suele presentarse un estado nutricional normal, con un peso corporal normal o un 10% por encima o por debajo.
  • En ocasiones encontramos irregularidades menstruales o amenorrea.

 

¿De qué forma condiciona la vida de la persona?

La bulimia nerviosa produce importantes alteraciones en la esfera física y emocional también.

Alteraciones emocionales

  • Frecuentes síntomas depresivos y baja autoestima.
  • Elevada ansiedad con desarrollo de temores a las situaciones sociales.
  • Tendencia al abuso y dependencia de sustancias como el alcohol o los estimulantes.
  • Mayor tendencia a conductas compatibles con el trastorno de personalidad límite, constituyendo los casos más graves y que son denominados “bulimia multi-impulsiva” (mentiras, hurtos, promiscuidad sexual, tentativas de suicidio, autolesiones, etc.).

Alteraciones físicas

  • Peso: no presentan una alteración significativa del peso, que se encuentra dentro del margen normal.
  • Dientes: los vómitos frecuentes pueden dar lugar a una pérdida importante y permanente del esmalte dental sobre todo los incisivos que aparecen rotos o carcomidos.
  • Glándula parótida: que puede inflamarse consecuencia de los vómitos y que encontramos engrosadas.
  • Dorso de la mano: pueden encontrase callos o cicatrices producidos al introducir los dedos en la boca para producirse el vómito (signo de Russell).
  • Esófago: esofagitis producidas por los vómitos y también desgarros esofágicos producidos en los esfuerzos para vomitar.
  • Desequilibrios hidroelectrolíticos producidos por las purgas.
  • Estómago: dilatación y también roturas gástricas agudas que pueden ocasionar la muerte.

 

¿Cuál es el tratamiento?

Siempre que sea posible el tratamiento debe ser ambulatorio para así mantener la integración social y académica del paciente.

  • Tratamiento psicofarmacológico

Antidepresivos IRS o antiepilépticos como topiramato.

  • Psicoterapia

Existen diferentes tipos de terapias:

-Psicoterapia psicodinámica individual: su objetivo es ayudar al paciente a superar el curso de su adolescencia y conseguir su integración social.

  • Psicoterapia de grupo: dirigidas a las pacientes bulímicas (“Grupo de pacientes”) o a la familia (“Grupo de padres”). Su orientación podrá ser psicodinámica o bien cognitivo-conductual.
  • Terapia cognitivo – conductual complementaria: destinada a disminuir los atracones y los vómitos a corto plazo.

·Terapia basada en la familia (psicoeducación, orientación y consejo familiar)

A todas las familias se les debe proporcionar sesiones de orientación que refuercen su papel de colaboradores en el tratamiento, proporcionándoles información, apoyo y motivación, con el objetivo de conseguir una atmósfera de trabajo positiva.
Al ser los síntomas bulímicos muchas veces desconocidos o infravalorados, el paciente esconde la gravedad de su trastorno y al mismo tiempo su aspecto físico no está muy afectado. Por este motivo, es preciso poner en evidencia de forma abierta el trastorno existente y su gravedad.
Ante la frecuente ambivalencia de la paciente sobre su bulimia y el intento de resolverlo, se pueden producir importantes desacuerdos entre los padres y la hija, por lo que es importante crear una fuerte alianza terapéutica con el terapeuta antes de abordar las conductas bulímicas. Por otro lado, la familia será la encargada de poner límites a la conducta del paciente, por ejemplo, cerrando la cocina con llave, trasmitiendo al terapeuta el peso y la conducta alimentaria del paciente, etc.

·Educación nutricional

Seguimiento de un plan nutricional que ayude a lograr hábitos nutricionales saludables en los que no se restringa la ingesta y se coma con regularidad (intervalos entre cada comida de 3-4 horas, no omitir ninguna comida, introducción paulatina de “alimentos prohibidos”, no computo calórico etc.).

·Hospitalización

-Hospitalización completa

Su objetivo es controlar y tratar alteraciones biológicas, reducir los síntomas alimentarios y eliminar las conductas compensatorias, a fin de proseguir el tratamiento ambulatorio. Se utiliza para romper el círculo vicioso de atracarse y vomitar.

Esta hospitalización, a menos que existan alteraciones psicopatológicas graves, debe ser corta, no superando las dos semanas para no se trasforme la hospitalización en un refugio.

Criterios de ingreso hospitalario completo:

  • Alteraciones electrolíticas.
  • Alteraciones ECG.
  • Hematemesis reciente.
  • Ideación autolítica grave.
  • Presencia de trastornos psicopatológicos graves.
  • Desorganización conductual grave.
  • Autolesiones importantes.

- Hospitalización parcial

Si los síntomas no son graves en lugar de la hospitalización total nos inclinaremos por una hospitalización parcial (hospital de día), la cual podrá tener una mayor duración en el tiempo.

Los objetivos de esta hospitalización parcial serán, además de la normalización de las conductas alimentarias, reducir las alteraciones de la imagen corporal, establecer hábitos de ejercicio físico saludables, mejorar la autoestima y la adaptación general.

 

¿Cómo se puede cambiar la relación con la comida?

La bulimia nerviosa, como en todas las enfermedades psiquiátricas en las que hay una importante alteración conductual que repercute en la situación física del paciente, precisa de un diseño de tratamiento de control externo sobre la alimentación, que rompa el circuito de la recompensa a nivel cerebral. No obstante, hay que tener en cuenta que la bulimia nerviosa puede ser considerada a nivel psicopatológico como una “adicción”, en este caso a la comida.

No obstante, serán las herramientas del conocimiento de los estados emocionales que el paciente adquiere a través de la psicoterapia profunda, lo que progresivamente le va a permitir tener un control interno, es decir emocional sobre sus episodios de descontrol alimenticio y que están relacionados con estados emocionales fuera de su conciencia.

Será el proceso de “mentalización” del mundo emocional del paciente, lo que va a cambiar la relación del paciente con la comida, erradicando de forma progresiva y también definitiva el trastorno alimenticio.

 

¿Cómo evitamos las recaídas?

Entre el 20 - 30% de los pacientes con bulimia tienen recaídas tras ser dados de alta de tratamiento. Una recaída en la bulimia es cuando una persona en recuperación de esta vuelve a tener atracones que intenta compensar saltándose comidas, vomitando, laxándose o haciendo ejercicio para perder peso.

Es importante detectar a través de las señales de alerta el inicio de una recaída, para rápidamente con ayuda terapéutica del especialista en Psiquiatría reconducir rápidamente esta o su posibilidad. La identificación y elaboración, por parte del paciente a través de la psicoterapia profunda realizada, de los estados emocionales que están por debajo del síntoma alimentario actuará como escudo protector de estas recaídas.

Asimismo, es conveniente que el paciente haya desarrollado y mantenido un sistema de apoyo que le permita no aislarse al comenzar a recaer y pedir ayuda a su entorno o al terapeuta, pues aunque el paciente haya sido dado de alta, toda persona con un trastorno de alimentación siempre tiene que tener las puertas abiertas por si lo necesita.

El establecimiento por parte del paciente de hábitos y rutinas en la alimentación, de estudio o trabajo, de socialización y hobbies, colaboran de forma importante en el mantenimiento de la estabilidad alimentaria - emocional de este.

*Tradotto con Google Translator. Preghiamo ci scusi per ogni imperfezione

Dr. José Gimillo
Psichiatria

*Tradotto con Google Translator. Preghiamo ci scusi per ogni imperfezione

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