Aprender a ser padres

Autore: Luisa Fernanda Yágüez Ariza
Pubblicato: | Aggiornato: 21/02/2023
Editor: Cristina Mateo

El trabajo de orientación de parentalidad es un área específica y especializada dentro de la psicología infanto-juvenil. Es importante recordar que no se puede ni se debe tratar a un/a menor de edad sin intervenir con su padre y madre o tutores.

 

La orientación de parentalidad se basa en analizar y hacer terapia, solo en caso necesario, sobre la función paterna – materna. Por ejemplo, conocer si se tienen las mismas pautas de crianza, si la formación de valores y las formas de poner normas, límites y manejar las conductas complicadas de los niños/as son acordadas y funcionales.

 

A través de la orientación de parentalidad, acompañamos a los padres y madres en los diferentes retos que plantean sus hijos/as en cada etapa del desarrollo, ayudándoles a entender sus características y necesidades y a superar conflictos o ansiedades propias de cada etapa.

 

 

¿En qué casos es útil recurrir a la psicología para padres?

 

La orientación de parentalidad puede ser útil ante cambios importantes en el núcleo familiar que afecten a los adultos, ya que es importante recordar que todo cambio del entorno afecta a los menores. Nos referimos a cambios como por ejemplo, una enfermedad, pérdida de trabajo, pérdida de algún familiar cercano, (especialmente abuelos o padre – madre – hermano) cambio de vivienda, crisis de pareja, nacimiento de nuevo hijo/a, etc.

 

En aquellos casos que se observe la aparición de síntomas en los hijos/as en coincidencia o como reacción a dichos eventos críticos. Otro motivo importante es la dificultad para encontrar acuerdo como padres, en la gestión de ciertos comportamientos preocupantes de los hijos/as como por ejemplo, trastornos de alimentación, sueño, conducta reactiva, adicciones, rechazo al colegio, problemas de rendimiento escolar, etc.

 

En estos casos analizamos los diferentes enfoques que da al problema cada uno de los padres, encontramos las discrepancias y asesoramos técnicamente en función del problema para que emprendan planes de acción conjunto, sin contradicciones entre ellos y reforzando su papel parental, su autoridad y sobre todo su sensación de eficacia.

 

La orientación puede ser útil en cambios que afecten al núcleo familiar.

 

Los divorcios: un evento estresante en todas las familias

 

Un divorcio afectará al núcleo y estructura familiar. Dependerá de la calidad de la comunicación de la pareja y de su capacidad para separar el conflicto que ocasiona el divorcio, (que siempre es un tema de adultos, de la propia pareja), de su papel como figuras parentales y figuras de protección primordial de sus hijos/as.

 

En ocasiones, los expertos en psicología de la parentalidad recibimos peticiones de asesoramiento, previo al divorcio, donde nos encontramos padres y madres conscientes y preocupados por “hacerlo bien” tanto en la comunicación del propio divorcio, como en lo que se refiere a la convivencia en común y todos los subsiguientes cambios.

 

En otros casos, acuden cuando ya ha ocurrido el divorcio por las secuelas que este está trayendo en sus hijos. Y estas secuelas, generalmente, se manifiestan en síntomas que obedecen a la dificultad de los niños para adaptarse a su nueva vida.

 

Es una irresponsabilidad educar a los hijos sin hablarse, ya que eso les deja grandes secuelas. Excepto en los casos graves donde ha existido violencia en la pareja y que por las medidas de protección se ha suprimido la comunicación, para proteger a la propia mujer y a sus hijos; el resto de los divorcios conflictivos requieren que se intervenga desde equipos interdisciplinares para conseguir restablecer el papel parental y así evitar que los hijos queden expuestos a situaciones de riesgo o desamparo.

 

 

La parentalidad en la adolescencia: algunos consejos

 

La adolescencia, como las demás etapas de la vida de los hijos e hijas, representa un reto para los padres. Es importante que los padres y madres de adolescentes den el salto junto con sus hijos a una modalidad de comunicación y de relación un tanto diferente. Es decir, aprender a ser buenos padres de hijos mayores.

 

Esto conlleva entender su necesidad de mayor independencia, sus miedos ante el futuro, la importancia enorme que cobra el grupo de amigos/as y su necesidad de intimidad. Por su parte, los padres y madres tienen nuevos miedos: a perder el control de sus hijos e hijas, a que fracasen, a que caigan en consumos o adicciones, o a dejarles volar solos.

 

También genera más conflicto el tema de la responsabilidad, la confianza y la adquisición de compromisos por parte de los adolescentes, tanto con sus padres como con sus obligaciones escolares. Será vital que antes de la entrada en la adolescencia ya se mantenga una buena comunicación con los hijos/as, que haya existido una crianza libre de violencia y que se haya trabajado desde la primera infancia en la formación de valores.

 

El trabajo de orientación de parentalidad es muy particular e individual para cada caso.

*Tradotto con Google Translator. Preghiamo ci scusi per ogni imperfezione

Luisa Fernanda Yágüez Ariza
Psicologia

*Tradotto con Google Translator. Preghiamo ci scusi per ogni imperfezione

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