Alcoholismo: la importancia de concienciar sobre sus múltiples riesgos

Autore: Dr. Pedro Antón Fructuoso
Pubblicato:
Editor: Top Doctors®

Es una evidencia que el consumo de alcohol está muy generalizado en España, ya que aproximadamente un seis de cada diez adultos consume bebidas alcohólicas de forma más o menos regular (76% de varones, frente a 53% de mujeres). Se considera que en torno al 2,5% de la población general presenta un problema de alcoholismo (dependencia alcohólica), siendo un 5% la cifra aproximada de bebedores excesivos habituales. El Dr. Antón Fructoso, experto en Psiquiatría, habla de esta adicción y de cómo saber si se padece.

 

Qué es el alcoholismo

Entendemos por alcoholismo el trastorno crónico de la conducta que se manifiesta por la preocupación excesiva por el alcohol, los efectos nocivos sobre la salud física y psíquica, por la pérdida de control cuando el paciente empieza a beber, la actitud autodestructiva en las relaciones interpersonales y en las distintas situaciones de la vida. A diferencia de otras drogas, se requieren periodos prolongados de una ingesta abusiva de alcohol para que una persona se convierta en alcohólica.

 

En la actualidad se distinguen dos tipos de problemas por el consumo de alcohol: el abuso o consumo perjudicial y la dependencia del alcohol.

 

El abuso de alcohol se manifiesta cuando se consume habitualmente esta sustancia por encima de los límites establecidos (se consideran dosis abusivas más de 60 gr/día para el varón y más de 40 gr/día para la mujer). En estos casos, no hay una dependencia clara y la vida parece normal, pero comienzan las intoxicaciones etílicas que son la principal manifestación del abuso.

 

En la embriaguez suele aparecer inicialmente una sensación de relajación y euforia agradable (con cierta desinhibición), pero el individuo sufre un alargamiento en el tiempo de reacción y enlentecimiento de los reflejos (con las dificultades consiguientes, por ejemplo para conducir vehículos). Si la embriaguez progresa se alteran los niveles de conciencia pudiendo llegar al coma.

 

Comportamiento de un paciente adicto al alcohol

La dependencia del alcohol va más allá del abuso. Supone que el organismo se ha habituado al alcohol desarrollando la tolerancia. Es decir, necesita dosis crecientes de alcohol para producir el mismo efecto. Al existir la dependencia, si se disminuye o se suprime la ingesta habitual de alcohol se producirá el síndrome de abstinencia (puede ser leve, con ansiedad e irritabilidad, como le ocurre a algunos alcohólicos por la mañana, hasta que ingieren la primera copa; o puede ser de intensidad grave, con náuseas y vómitos, temblores, alteraciones perceptivas o convulsiones que requieren un tratamiento urgente). Estos pacientes han perdido el control sobre los consumos, generalmente en cantidades importantes, aunque minimicen el problema y su vida se organiza en torno al alcohol. No pueden dejarlo aunque lo intenten.

Seis de cada diez adultos españoles consumen alcohol de forma regular.

 

Cómo diagnosticar un paciente con alcoholismo

El paciente alcohólico frecuentemente tiende a minimizar su problema y, en ocasiones, lo puede negar, a pesar de las evidencias que existen por sus reiterados consumos. Esta actitud defensiva del paciente hay que desmontarla y situarlo en su realidad conflictiva con el alcohol. Hay una serie de preguntas clave (el test CAGE para el diagnóstico del alcoholismo), que ayudan a identificar el problema:

  • ¿Ha pensado alguna vez que debería reducir su consumo de alcohol?
  • ¿Se ha enfadado porque la gente ha criticado su consumo de alcohol?
  • ¿Se ha sentido culpable o mal por haber bebido?
  • ¿Ha tomado una copa por la mañana al despertar para aliviar la resaca o la tensión?

 

Si existen 2 o 3 respuestas afirmativas, hay que sospechar problemas con el alcohol. Si la puntuación es de 4, la dependencia al alcohol es constatable.

 

Causas de la adicción al alcohol

Una vez aceptada la enfermedad conviene indagar en los factores que han podido influir en su desarrollo. Es fácil comprobar que existan en las motivaciones del alcoholismo determinados factores ambientales que están provocando un estrés persistente en el paciente (de tipo económico, laboral o familiar, donde el alcohol es un recurso para apaciguar el estrés.

 

Otros factores están más relacionados con la personalidad del paciente. Así, por ejemplo, los sentimientos de soledad y desesperanza pueden influir de forma importante en la génesis de la dependencia al alcohol. Las personas que acusan una cierta dependencia afectiva viven la soledad con mucha angustia y acuden al alcohol para “superar” el insoportable malestar, del mismo modo el sentimiento de desesperanza (actitud negativa o de fracaso ante el futuro) influye de manera importante en la aparición de la dependencia al alcohol.

 

Tratamiento para pacientes con dependencia al alcohol

Es evidente que el tratamiento se debe realizar mediante una psicoterapia comprensiva del paciente, analizando los elementos biográficos que puedan haber influido en el desarrollo de la enfermedad y así poder aportar determinadas orientaciones y establecer objetivos que ayuden a superar la dependencia. Junto a la actividad psicoterápica es necesaria también la terapia farmacológica, generalmente con fármacos ansiolíticos y antidepresivos, además de vitaminas. Suele ser eficaz la utilización de fármacos interdictores, que producen una respuesta aversiva rápida al consumo de alcohol.

 

Cómo medir el consumo de alcohol perjudicial

Conviene tener claro dónde están los límites del consumo de riesgo y del consumo perjudicial del alcohol. Para ello se suele utilizar la Unidad de Bebida Estándar (UBE), equivalente a 10 gr. de alcohol puro (un vaso de vino o una caña de cerveza, equivaldría a 10 gr -1 UBE-); una bebida destilada equivale a 20 gr. (2 UBE), una botella de vino a 70 gr. (7 UBE), etcétera.

 

Según estas medidas, para una población adulta sana y bien alimentada, el consumo seguro para el varón sería entre 0-40 gr/día y para la mujer entre 0-20 gr/día. El consumo de riesgo para el varón oscilaría entre 41-60 gr/día, y para la mujer entre 21-40 gr/día. El consumo perjudicial para el varón sería de más de 60 gr/día y para la mujer de más de 40 gr/día.

 

Como se puede apreciar, los umbrales de riesgo en la mujer son más bajos. La vulnerabilidad de la mujer está constatada por su fisiología: menor peso, menor proporción de agua en su organismo (para diluir el alcohol) y mayor materia grasa en sus tejidos (le cuesta más eliminar el alcohol, ya que es liposoluble). Todo ello hace que la mujer sea por sí misma un factor de mayor vulnerabilidad, de tal forma que a igual consumo, mayor tendencia que los varones a sufrir problemas físicos (hepáticos y neurológicos) y generar más rápidamente la adicción al alcohol.

*Tradotto con Google Translator. Preghiamo ci scusi per ogni imperfezione
Dr. Pedro Antón Fructuoso

Dr. Pedro Antón Fructuoso
Psichiatria

*Tradotto con Google Translator. Preghiamo ci scusi per ogni imperfezione


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