Tratamientos que pueden mejorar la vida de los pacientes con Alzheimer

Written by: Dra. María del Carmen Pérez Vieitez
Published: | Updated: 24/02/2020
Edited by: Alicia Arévalo Bernal

La demencia no tiene curación pero el tratamiento farmacológico puede mejorar los síntomas y disminuir su progresión. Si el tratamiento comienza cuando los síntomas son todavía leves, la capacidad funcional del paciente será significativamente mayor.
 

Tratamiento de los síntomas leves del Alzheimer

Los inhibidores de colinesterasa se recetan para el tratamiento de los síntomas de grado leve a moderado de la enfermedad de Alzheimer. Este tipo de medicamentos pueden ayudar a retrasar los síntomas o impedir que empeoren por un tiempo limitado. Además pueden ayudar a controlar algunos síntomas relacionados al comportamiento.

Por ejemplo, uno de los síntomas que pueden moderar es el de la pérdida de memoria, ya que frenan la degradación de la acetilcolina, un compuesto químico importante para la memoria. A medida que la enfermedad de Alzheimer progresa, el cerebro produce cada vez menos acetilcolina y estos medicamentos aumentan sus niveles.
 

Tratamiento de los síntomas severos del Alzheimer

Un medicamento conocido como Memantina se prescribe para el tratamiento de los síntomas de grado moderado a severo de la enfermedad de Alzheimer. Su principal efecto es retrasar la progresión de algunos de los síntomas y permitir a los pacientes mantener sus funciones diarias (capacidad de ir al baño independientemente) por un tiempo más largo del que hubieran tenido sin usar el medicamento.

Este medicamento funciona regulando el glutamato, un importante compuesto químico en el cerebro, que cuando se produce en cantidades excesivas puede conducir a la muerte de células del cerebro.
 

Dosis y efectos secundarios del tratamiento

Se empieza administrando a los pacientes una dosis baja del medicamento y se aumenta gradualmente, teniendo en cuenta la respuesta del paciente. Cuanta más alta es la dosis, más alta es la probabilidad de sufrir efectos secundarios.

La supervisión de los pacientes cuando empiezan a tomar un medicamento es fundamental.
 

Otras opciones farmacológicas no contrastadas

La Vitamina E y la selegilina han mostrado algunos beneficios, debido a sus propiedades anti-oxidantes, en el ritmo de progresión de la enfermedad. Pero pueden tener efectos adversos significativos, por lo que no está recomendado su uso de manera generalizada.

El extracto de Ginkgo biloba puede ser de utilidad en algunos pacientes, pero ha tenido resultados contrapuestos, por lo que no es posible determinar las indicaciones precisas para su utilización.

Los suplementos hormonales con estrógenos pueden mejorar el rendimiento cognitivo en mujeres con síntomas de la menopausia, pero no en otras circunstancias.
 

Consideraciones del tratamiento contra el alzheimer

En términos generales, los anticolinesterásicos retrasan en torno a medio año el deterioro cognitivo de los pacientes, y el beneficio suele mantenerse a largo plazo.

Puede darse la situación de que la mejoría no se manifieste en las pruebas neuropsicológicas administradas en consulta, pero sí en las actividades de la vida diaria (nivel de atención y de participación).

La duración recomendable del tratamiento contra el alzheimer no está consensuada por los especialistas, pero en general se tiende a mantenerlo mientras la tolerancia del paciente sea buena, incluso en las fases avanzadas.

 

Alabar los logros que consiguen en el día a día mejora el estado anímico de los pacientes y su grado de motivación ante nuevos retos o tareas planteadas.


 

Tratamiento de los trastornos Psicóticos

Los neurolépticos tratan los síntomas psicóticos (alucinaciones, ideas delirantes y falsas percepciones), que aparecen cuando la demencia es moderada.

El efecto adverso más relevante de los neurolépticos es la sintomatología semejante a la observada en la enfermedad de Parkinson: temblor, rigidez, discinesias, distonía, acatisia
 

Tratamiento de contra la Ansiedad

La ansiedad es frecuente en enfermo de alzheimer, por lo que habitualmente se emplean las benzodiacepinas para su control. Sin embargo, la utilización de estos fármacos debe reservarse para momentos puntuales, debido a su efecto sedante, el empeoramiento de la marcha que producen o el riesgo de dependencia física.

Los fármacos anticolinérgicos y la memantina, empleados en el tratamiento de los síntomas cognitivos, han mostrado beneficios en los trastornos conductuales, y pueden disminuir las necesidades de otro tipo de fármacos.
 

Tratamiento de la Depresión

Las causas de los trastornos del estado de ánimo en los pacientes de Alzheimer pueden ser variados, pudiendo estar relacionados con el propio proceso de la enfermedad o con otros factores como la percepción del deterioro cognitivo y funcional por el propio paciente.

Los antidepresivos clásicos pueden tener un efecto negativo a nivel cognitivo, por lo que hoy en día la tendencia es evitarlos.

En la actualidad se emplean por norma general inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, con una eficacia moderada y una buena tolerancia. La trazodona, tiene también un efecto ansiolítico y disminuye los problemas de conducta por la noche.
 

Tratamiento de Trastornos del sueño

La alteración en los ritmos biológicos que experimentan los pacientes obedece a causas múltiples, por lo que su abordaje debe adaptarse y ser variado. Las benzodiacepinas, la trazodona y la melatonina han sido beneficiosas en algunos estudios.
 

Terapias no farmacológicas

La rehabilitación cognitiva busca estimular aquellas funciones relacionadas con el proceso degenerativo del alzheimer, al mismo tiempo que desarrolla estrategias de compensación a través de la utilización de los recursos cognitivos preservados, para así mantener el mayor grado de funcionalidad e independencia posible. Es común en los enfermos de Alzheimer tener baja autoestima. En este contexto, alabar los logros que consiguen el día a día mejora el estado anímico de los pacientes y su grado de motivación ante nuevos retos o tareas planteadas.

Asimismo, adecuar las actividades que realizan los pacientes a su capacidad funcional disminuye el nivel de estrés que suelen soportar, y ayuda a evitar problemas de conducta. Para ello es fundamental conocer con precisión el estado concreto de cada paciente, por medio de una evaluación neuropsicológica suficientemente amplia.

Por otro lado, el ejercicio físico practicado con regularidad ha demostrado ralentizar el deterioro cognitivo de las personas con Alzheimer. También la terapia ocupacional mejora el rendimiento motor y la capacidad para llevar a cabo actividades cotidianas.

Existen también otras terapias diseñadas principalmente para mejorar la agitación psicomotriz, tales como la musicoterapia, la aromaterapia, el masaje o el entrenamiento para el baño asistido.

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By Dra. María del Carmen Pérez Vieitez
Neurology

Prestigious specialist in neurology, Dr.. Pérez Vieitez is an expert in d emencia, headache and neuropathic pain. He completed a Master's Degree in how ADHD affects life throughout the Psychiatry Foundation in 2015. Since 2006 he is responsible for the Dementia Consultation. In addition, since 2001 she is a specialist in Neurology at the Dr. Negrín Hospital in Las Palmas de Gran Canaria. Throughout his career, he has published numerous articles of national and international scope and has participated in various conferences nationwide.

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