Terapia EMDR: cómo desaprender vivencias adquiridas en la infancia
Written in association with:La terapia EMDR es una terapia llamada de 3ª generación avalada por la OMS (Organización Mundial de la Salud). Sus siglas responden a “Eye Movement Desensibilization Reprocessing”. Consiste en una estimulación bilateral, interviniendo los ojos del paciente y los dedos del terapeuta. El psicólogo invita al paciente a seguir sus dedos con la mirada, provocando un estado similar al sueño REM (sueño reparador). Gracias a ese estado el paciente realiza una apertura de aprendizajes nuevos que sustituyen a esos estados de ansiedad o malestar anteriores.
Es un proceso, es decir, no es inmediato, aunque dentro de ese proceso a veces sí se elaboran respuestas nuevas de manera repentina. Desde que el paciente transmite su sintomatología y se le pide que centre la atención en los tres sistemas (fisiológico, cognitivo y emocional) hasta que evoluciona a sensaciones de bienestar con sus pensamientos funcionales, pasa por las etapas necesarias hasta llegar a tal fin. El efecto es estimular nuevas redes de conexiones neuronales que activen respuestas fisiológicas más adaptativas. Estas nuevas respuestas sustituirán maneras de afrontamiento asociadas a estrés.
Vivencias de la infancia pueden dejar huella en nuestro cerebro y nuestra personalidad
Alguna vivencias de la persona (no tienen por qué ser traumas concretos) causan un cambio a nivel estructural por sobreestimulación de una respuesta determinada, sobre todo en el cerebro, que aún se encuentra en desarrollo o primitivos (menores de 21 años). Por ejemplo, si un niño tiene una madre/padre sobreprotector, el aprendizaje inconsciente que se le queda al hijo es: “el mundo es peligroso”, “si mi padre se adelanta a una tarea es porque yo no soy capaz de hacerlo”. Ese día a día provocará que su cerebro se adapte a esa verdad y se convertirá en universal y absoluta. En el mundo del niño esa verdad es la que se le muestra, reafirmándole ese estilo educativo todos los días.
Este ejemplo se puede decir que es una vivencia del niño que le condicionará su vida adulta porque todas sus experiencias posteriores se asentarán entorno a esta verdad. Hay una esencia de realidad externa: “alarma, si mi madre no está cerca estoy en desprotección” y por el contrario: “si mi madre está cerca sí estoy seguro”. Esa esencia reconduce una ruta de conexiones en el cerebro más estimuladas y dejará otra ruta de conexiones neuronales desierta. “Sensación de seguridad”: esta verdad condicionará la personalidad, que cargará con ello hasta la edad adulta. Si el cerebro no ha colocado de manera funcional este aprendizaje la terapia EMDR es muy eficaz para desaprender (desensibilizar) respuestas disfuncionales que no nos sirven en nuestra vida adulta. Este ejemplo se puede extrapolar a personalidades exigentes, perfeccionistas, inseguras, con baja autoestima…
¿Para qué casos está indicada la terapia EMDR?
La terapia EMDR está indicada para los siguientes casos:
- El trauma puntual. Esto es un acontecimiento en un momento determinado donde pudo estar nuestra vida en peligro: un accidente de coche o una experiencia traumática más prolongada en el tiempo, evocadora de estrés.
- El trauma crónico. Son exposiciones a situaciones de estrés durante periodos de tiempo largos. Si el cerebro está en desarrollo los aprendizajes son más profundos. Si cuando suceden las situaciones estresantes la persona ya es adulta, los síntomas negativos son más fáciles de eliminar.
- También está indicada para aprendizajes inconscientes adquiridos en la infancia o heredados de nuestros progenitores y que, en la edad adulta, están entorpeciendo la calma. Esos aprendizajes inconscientes involucionan a síntomas tipo obsesiones, tristeza, ansiedad o cambios de humor. Es habitual que el paciente no los conecte con aprendizajes pasados.
¿Qué ventajas ofrece la terapia EMDR a los pacientes?
La principal ventaja es que garantiza la superación del problema a tratar desde el origen. Se profundiza en la raíz del síntoma y los cambios que ocurren en la vida del paciente serán porque realmente la ruta de conexiones neuronales está cambiando. Este tipo de terapias son capaces de mover estructuras cerebrales a nivel de conexiones sinápticas. La consecuencia para el paciente es que los aprendizajes funcionales se convierten en un estilo de vida inconsciente que sustituyen al repertorio de respuestas desadaptativas con las que contaba el paciente antes de someterse a una terapia de tercera generación como es el EMDR.
¿Cuánto dura la terapia EMDR?
La duración de la terapia es algo impredecible que no se sabe hasta que se ha visitado al paciente una serie de sesiones. Depende absolutamente del funcionamiento o desadaptación que tenga la persona.
Ojalá se pudiera decir que son todas de corta duración, pero no es así. Hay terapias que han durado una sesión y, el paciente, cuando acude a consulta la siguiente semana está totalmente recuperado.
Hay terapias que duran un tiempo impredecible de años porque las estructuras del cerebro (en base a la gravedad de la experiencia sometida en un tiempo anterior) están muy deterioradas y los aprendizajes son muy inconscientes. Se dice que el daño está a nivel reptiliano (el cerebro más antiguo de nuestro sistema nervioso).
Los pacientes medios acuden a consulta una media de entre 3 y 8 meses. Este dato no ayuda a predecir el tiempo que se tardará en resolver un problema determinado.
Los trastornos de personalidad, TOCs o síntomas psicóticos tienen una terapia de larga duración pero hay que tener en cuenta que son cuadros para los que hace 10 años no existía solución a manos de la Psicología. La única salida eran las terapias paliativas a través de medicación psiquiátrica. Si este tipo de perfil psicológico no desiste en su tratamiento es capaz de llevar una vida digna, algo que antiguamente era inviable.