¿Qué papel juega la cardiología deportiva?

El chequeo cardiológico es una herramienta imprescindible para quienes practican deporte con asiduidad. Por eso, la cardiología deportiva no deja de ser cardiología preventiva en primera instancia.

Su deber es evitar el riesgo del paciente durante la práctica deportiva valorando si el paciente tiene contraindicaciones para realizar actividad física y si los tiene cuál es el alcance de estas contraindicaciones de cara a fomentar la práctica deportiva sin riesgo. Cabe mencionar que uno de los pilares de la prevención cardiovascular es fomentar la actividad física y el ejercicio físico, no sólo es una manera de prevenir complicaciones cardiovasculares, sino que también forma parte del tratamiento de muchas patologías cardiacas por no decir de casi todas.

Otro aspecto importante es la valoración de pacientes que tienen problemas durante la práctica deportiva, ya sea falta de progresión en sus entrenamientos o intolerancia a esfuerzos con fatiga inminente e incapacidad de sostener esfuerzos. En el primer caso, una valoración completa puede identificar el problema y proponer modificaciones en el entrenamiento para evitar el estancamiento y maximizar la eficiencia deportiva.

En el segundo caso, un programa de entrenamiento acondicionado y adaptado al paciente puede lograr superar esta situación al entrenar la base que es la eficiencia cardíaca y, posteriormente, desarrollar las capacidades de esfuerzo desde las de menos intensidad a las de mayor intensidad.

Habitualmente toma unas 6-8 semanas en tener una respuesta favorable con tres días de entrenamiento semanal y tras concluir este programa el paciente está listo para realizar cualquier tipo de entrenamiento. Además, un cardiólogo especializado en deporte puede ayudarte a medir tus capacidades de esfuerzo y planificar estrategias de entrenamiento para sacar el máximo provecho de ellas.

¿Por qué necesario someterse a un chequeo?

Tenemos que saber que la progresión de la enfermedad cardiovascular es silente. La arterioesclerosis, que sería la causa de la mayoría de problemas cardiovasculares y que consiste en el depósito de placas de colesterol que obstruyen las arterias que entregan sangre oxigenada a los tejidos, puede estar ocurriendo y no darnos síntomas en nuestra rutina cotidiana, pero tras poner al corazón a un nivel de exigencia mayor puede resultar en una situación de falta de riego que podría desencadenar eventos desafortunados.

Además, los factores de riesgo cardiovascular como la hipertensión y el colesterol elevado tienen que ser controlados periódicamente para evitar la aparición de complicaciones futuras.

Si desglosamos el chequeo cardiaco en todos sus componentes, primeramente tendremos una entrevista que identificará problemas actuales y componentes que aumenten el riesgo cardíaco. En segundo lugar, un ecocardiograma que permitirá ver la estructura y función del corazón, sus válvulas y los grandes vasos y nos permite detectar cicatrices de infartos previos, miocardiopatías o aneurismas por ejemplo.

Y finalmente, el paciente será sometido a la prueba de esfuerzo que consiste en llevar tu corazón a un máximo estrés realizando esfuerzo con una intensidad que aumenta progresivamente mientras se monitoriza la tensión arterial y el ritmo cardíaco a través de un electrocardiograma. De esta manera, se valora la función del corazón, su respuesta al esfuerzo y se puede detectar signos de isquemia o de falta de riego sanguíneo al corazón por obstrucción de las arterias coronarias que le dan flujo al mismo.

¿Podemos entrenar nuestro corazón?

Por supuesto, lo importante es entrenar nuestra propia capacidad para aumentarla progresivamente. En aquellas personas que no logran tolerar esfuerzos lo que ocurre es que intentan entrenarse en capacidades muy superiores a las suyas causando sobreentrenamiento y fatiga precoz. Con un entrenamiento guiado, atendiendo a las propias capacidades de cada paciente, se puede evitar esta situación y lograr aumentar la propia capacidad.

En esto campo, el doctor Portugal del Pino tiene mucha experiencia con pacientes que normalmente presentan frecuencia cardíaca elevada al reposo, frecuencias cardíacas muy altas a mínimos esfuerzos y persistencia de frecuencias cardíacas elevadas al terminar el ejercicio con recuperaciones prolongadas.

¿Puede que determinados resultados contraindiquen al 100% la práctica deportiva?

Desafortunadamente, hay algunas patologías que efectivamente lo contraindican o contraindican muchos deportes. También es cierto que la mayor parte de las patologías que vemos, una vez estabilizadas, ya no son una contraindicación como por ejemplo: la miocarditis, la pericarditis o la angina inestable.

Pero es cierto que hay otras como algunas miocardiopatías o crecimientos de los grandes vasos son patologías que pueden evolucionar a peor u ocasionar situaciones que pueden poner en riesgo la vida misma de los pacientes.