¿Por qué la elongación ósea?

Seguramente en algún momento hayas oído hablar sobre la elongación ósea. Consiste en producir una fractura controlada en el hueso y mediante dispositivos mecánicos (fijadores externos o clavos endumedulares) producir un nuevo hueso.

Se puede elongar un hueso hasta 8-10 cm

Existen casos donde podemos hacer la exeresis del hueso enfermo y restaurar la longitud de nuevo. Por ejemplo en accidentes graves o diabetes con riesgo de amputación de pies, entre otros.

No obstante, es importante conocer cuándo es posible aplicar la elongación ósea y para qué tipo de problemas puede servir. Algunos de los casos más frecuentes son:

• Acondroplasia
• Tallas bajas esenciales
• Diferencias de longitud de extremidades de más de 3 cm por enfermedades congénitas o por accidentes.

La Dra. Laura Soria recuerda que es un procedimiento complejo y se debe valorar cada caso de forma individual. Todos los niños a partir de 7 años y que presenten alguna de las patologías anteriores pueden ser candidatos al alargamiento.

Sin embargo, no olvidemos que el ritmo de crecimiento en los niños es mayor que en los adultos. Las excepciones son:

• Hueso que haya estado infectado, se ha de comprobar previamente que está libre de infección para realizar el alargamiento.
• Enfermedades metabólicas o displasias óseas que pueden recibir tratamiento médico.

¿En qué consiste el procedimiento?

Actualmente existen modelos de fijadores donde el alargamiento puede ser guiado por ordenador, lo que asegura un alto nivel de precisión. Otro mecanismo de elongación son clavos endomedulares magnéticos que se introducen dentro del hueso.

Este sistema es muy prometedor, puesto que las complicaciones de la intervención y estéticamente son muy aceptados. En cuanto al proceso de recuperación, en el caso de los fijadores dependerá, en gran medida, de la psicología del paciente, ya hay niños que nadan en piscinas con los fijadores externos y otros prefieren esperar.

En el caso del clavo endomedular existen un modelo llamado PRECISE que permiten poner el pie en el suelo desde el primer día y por tanto realizar vida absolutamente normal. Este último destaca por el poco dolor que produce el alargamiento, el ritmo de crecimiento del hueso suele ser de 1 mm/dia y las cicatrices para su inserción muy pequeñas.