Patología del manguito rotador: ¿qué es y en qué consiste?

Written by: Dr. Javier Hernández López
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Edited by: Yoel Domínguez Boan

La lesión del manguito rotador se trata de la causa más habitual de dolor de hombro con la edad y afecta a una gran parte de la población. La patología del manguito rotador afecta principalmente a los tendones del hombro, aunque en casos avanzados el cartílago articular se puede ver afectado secundariamente, conociéndose esta circunstancia como “artropatía de manguito”.

 

 

¿Cuáles son las causas de las lesiones del manguito rotador?

El espectro de patología que afecta a los tendones del hombro va desde la tendinosis o degeneración leve hasta las roturas completas y retraídas mucho más graves. La causa principal del deterioro de los tendones es la degeneración por la edad, que habitualmente se ven agravadas por actividades repetitivas como las relacionadas con trabajos físicos o actividades deportivas intensas.

 

No obstante, las roturas de los tendones del hombro —en su mayoría— no tienen un inicio traumático o definido en el tiempo, sino que el tendón se va rompiendo de forma gradual, poco a poco, incluso a lo largo de los años, por lo que el paciente no es consciente de cuándo se lo ha roto, sólo de cuándo le ha empezado a doler el hombro.

 

Los siguientes factores pueden aumentar el riesgo de padecer una lesión del manguito rotador:

 

  • La edad. Con el paso de los años va aumentando el riesgo de sufrir una lesión del manguito rotador. Sus desgarros son más habituales en personas mayores de 40 años.
     
  • Algunos deportes. Los atletas que realizan movimientos repetitivos con los brazos regularmente, como por ejemplo lanzadores de béisbol o jugadores de tenis, corren un mayor riesgo de tener una lesión del manguito rotador.
     
  • Trabajos en la construcción. Algunos oficios, la de un pintor o un carpintero, requieren movimientos de brazos repetitivos que pueden dañar el rotador con el tiempo.
     
  • Antecedentes familiares de lesión de manguito rotador.
     
  • Factores genéticos o enfermedades crónicas como la diabetes, enfermedades reumáticas, los tratamientos oncológicos, el colesterol elevado y el consumo de tabaco.
     

A pesar de que no todas las roturas son iguales, la mayor parte de las lesiones del manguito rotador empiezan en un lugar concreto. Concretamente, se producen un centímetro por detrás de la parte anterior del tendón supraespinoso, y desde allí van progresan y se agrandan paulatinamente, creando una especie de agujero, aunque muy lentamente.

 

Se estima que la mitad de las roturas progresan de una manera identificable en los dos años siguientes, siendo las más grandes las que mayor riesgo de progresión tienen.

 

Por el contrario, existe un grupo inferior de pacientes que padecen una rotura traumática relacionada con una lesión definida, ya sea debido a una caída —normalmente con el brazo en separación— o por una contracción excéntrica, tras la cual notan dificultad para elevar el brazo.

 

La lesión de manguito rotador es una de las más habituales del hombro
La lesión de manguito rotador es una de las más habituales del hombro
 

 

¿Qué incidencia tienen las lesiones de manguito rotador?

Aunque suena sorprendente, una rotura del manguito rotador es mucho más frecuente de lo que se piensa. De hecho, entre la población general, se estima que entre el 15 y el 20% de los mayores de 60 años tienen roturas completas de algún tendón del maguito rotador, normalmente el supraespinoso.

 

La incidencia de lesiones del maguito rotador aumenta con la edad, por lo que por encima de los 80 años la mitad de las personas tiene roto al menos uno de los tendones del hombro, aun sin notar síntomas.

 

En el momento en el que un paciente con más de 65 años percibe dolor en el hombro y se demuestra que tiene una rotura en el manguito, en el 50% de los casos tendrá una lesión similar en el hombro contrario, a pesar de no tener síntomas.

 

 

Síntomas de la lesión del manguito rotador

El dolor producido por una lesión en el manguito rotador puede:
 

  • Ser descrito como un dolor sordo en la zona más profunda del hombro.
     
  • Alterar el sueño, especialmente si el paciente duerme sobre el hombro afectado.
     
  • Dificultar tocarse la espalda o peinarse.
     
  • Venir acompañada de debilidad en el brazo.
     

En otras fases más avanzadas, el dolor puede aparecer incluso aunque el paciente no mueva el hombro, siendo además muy habitual el dolor nocturno, que puede ser únicamente postural o más intenso, imposibilitando la conciliación del sueño. En otros casos, al margen del dolor, los pacientes reportan pérdida de movilidad asociada al dolor y en casos de roturas grandes, pérdida de fuerza.

 

Como tal, no existe una correlación entre la intensidad del dolor y de la gravedad de la rotura, ya que es habitual ver a pacientes con roturas muy pequeñas no retraídas que presentan mucho dolor y limitación funcional, frente a otros con roturas más grandes que mantienen una buena funcionalidad en el brazo.

 

La situación más grave a la que se puede llegar en estos casos es a un hombro pseudoparalítico, en el que el paciente no puede alzar el brazo, aunque pocos pacientes llegan a esta situación, ya que la mayor parte de las roturas se compensan con la función del resto de los tendones.

 

Si los tratamientos conservadores fracasan habrá que realizar una cirugía
 

 

¿Con qué pruebas se diagnostica una lesión en el manguito rotador?

Si el dolor en el hombro se debe a una caída y viene acompañado de una pérdida de fuerza, se recomienda que no pase mucho tiempo hasta la consulta médica, ya que se pueden descartar fracturas o luxaciones, y si mediante las radiografías se puede descartar la afectación ósea, es entonces cuando se puede sospechar de una lesión en el manguito rotador.

 

En ocasiones, con una exploración física ya se resalta la pérdida de fuerza que sugiera la presencia de una rotura tendinosa, aunque si existen dudas se recomienda realizar pruebas diagnósticas como la ecografía o la resonancia magnética. La mayor parte de las roturas agudas traumáticas deben repararse con tratamiento quirúrgico.

 

No obstante, son más habituales los casos de pacientes que acuden a la consulta porque sienten un dolor progresivo sin un desencadenante claro. En este caso, se realiza una evaluación sistemática de los antecedentes personales y médicos del paciente, un inicio aproximado, el tiempo de evaluación, cosas que alivian o agravan la molestia… En la exploración, el médico localizará el dolor, el rango, el patrón de movimiento o la fuerza, entre otros; y a partir de aquí responderá a la pregunta de si el dolor procede realmente del hombro y el grado de afectación funcional.

 

Una vez realizada la exploración, se solicitan las pruebas diagnósticas pertinentes para confirmar la sospecha diagnóstica, siendo la ecografía y la resonancia las pruebas utilizadas.

 

En el caso de la resonancia, aportan una información más completa, ya no solo de los tendones, sino sobre la posible atrofia de la musculatura, el estado del cartílago… Es habitual que se pida también una radiografía, que aporta información complementaria.

 

Una vez que se han descartado otras casusas del dolor de hombro, se evaluará la posible afectación tendinosa. El espectro, en este campo va desde la tendinosis a roturas completas o parciales, que pueden afectar a más de un tendón.

 

 

¿Cómo se tratan las lesiones del manguito rotador?

En un principio, el tratamiento inicial de las lesiones del maguito rotador no precisa la cirugía, y pueden incluir alguna de las siguientes opciones:
 

  • Descanso evitando movimientos sobre la cabeza.
     
  • Fisioterapia para fortalecer la musculatura.
     
  • Medicamentos antiinflamatorios para controlar el dolor.
     
  • Infiltraciones de cortioides o PRP.
     

En el momento en el que los tratamientos no quirúrgicos no tienen éxito, existen distintas opciones quirúrgicas para reparar desgarros de manguito rotador.

 

El tratamiento principal es la artroscopia, que consiste en suturar el tendón o tendones rotos y llevarlos nuevamente a su zona habitual, que se ha preparado previamente. La cirugía se realiza en la mayor parte de las veces por vía artroscópica, a través de cuatro o cinco pequeñas incisiones, aunque en ocasiones puede requerirse cirugía abierta.

 

Para reparar los tendones dañados suelen utilizarse una serie de anclajes que se quedan en el hueso y que no producen molestias. Además de la reparación de los tendones rotos, en la cirugía se realizan otras cosas para mejorar la sintomatología, como eliminar la bursa o actuando sobre el tendón del bíceps, que puede estar deteriorado y puede ser una fuente de dolor. Puede ser preciso cortarlo simplemente, lo que elimina el dolor sin deterior la función del brazo o hacer una tenodesis, es decir, cortarlo y fijarlo más abajo.

 

En otras ocasiones, pacientes mayores presentan también artrosis acromioclavicular, que puede necesitar que se haga una resección en el extremo distal de la clavícula. Sea lo que sea, estas intervenciones secundarias se llevan a cabo en la misma operación si son necesarias.

 

 

¿Qué debo hacer tras la cirugía de manguito rotador?

Es fundamental que el paciente siga de forma adecuada todas las indicaciones postoperatorias que el cirujano le haya pautado, ayudando así a la recuperación y evitando las posibles complicaciones.

 

  • Una jornada de hospitalización.
     
  • Varias semanas con tratamientos con analgésicos.
     
  • Seis semanas con ejercicios pasivos.
     
  • Diez o doce semanas con movimientos asistidos.
     
  • En torno a tres meses de ejercicios de fortalecimiento de la zona.
     
  • En torno a los tres o cuatro meses después de la operación, el paciente se sentirá mucho mejor que antes de la operación.
     
  • Cuando se ha cumplido un año tras la intervención, el paciente habrá recuperado la fuerza, aunque ésta puede no ser completa.
     

Si desea más información, consulte con un especialista en Traumatología y Cirugía Ortopédica.

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By Dr. Javier Hernández López
Orthopaedic Surgery

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