Los 12 mandamientos de una consulta de medicina estética

¿Qué necesitamos tener en cuenta cuando visitamos centros de Medicina Estética?

• Seguridad.
• Disfrute.
• Felicidad.
• Magia.

Esto es un importante acto de introspección y de cómo me ayuda a emprender mi trabajo un poco mejor cada día…

En el día a día me intento poner en el lugar de cada uno de mis pacientes… Si yo fuese una persona a quien le gustaría mejorar su aspecto o a quien le acompleja alguna zona de su cara, su pelo, su cuerpo, etc. Si yo fuese una persona que quiere prevenir y envejecer lo mejor posible, pero tengo miedo a pasarme o a que no me quede bien, no se me note, o peor aún, ¡quedar peor que antes!…

En mí día a día veo pacientes a los que les surgen todo tipo de dudas e inseguridades y a pacientes que han tenido malas experiencias y sienten miedo… Es normal tener una expectativa o miedo cuando acudes a un médico estético pidiendo que te ayude a mejorar, ya que al fin y al cabo son tu cara, tus ojos, que son tu carta de presentación, tu cuerpo, y tendremos uno o mil complejos en el fondo los queremos (aunque no lo creáis), y a decir verdad, lo más importante es como nos sintamos con nosotros mismos.

Pero a lo que voy… un caso real: Yo, Mery Lamah, tengo 38 años, soy madre de familia numerosa, trabajo muchas horas, me cuido la alimentación, pero apenas me da tiempo de hacer mucho ejercicio. ¡Si tengo suerte 2 veces por semana el spinning y da gracias! Lo cierto es que me empiezo a notar unas ojeras cada vez más hundidas, y la mirada cansada, por lo que decido acudir a mi consulta.

Quiero realizarme un tratamiento médico estético para mejorar y prevenir, enlenteciendo estos signos de cansancio y darle más armonía a mi aspecto, puesto que sé que pasara si no lo hago pronto y, personalmente, me gusta cuidar mi aspecto, aunque sin ser esclava de ello. Eso además, sabemos todas y todos, que nos influye en nuestra autoestima y energía vital directa o indirectamente… ¿Es banal? Puede que para algunas personas sí, ya que cada uno da importancia a las cosas en menor o mayor cuantía; se trata de algo totalmente individual, así que puede ser catalogado como banal, pero en nuestra realidad actual es así…

Es como cuando te pones una ropa con la cual no te sientes cómoda o te ves mal, es como si tuvieses una piedra en el zapato. ¡O esa verruga en tu cuello que llevas un año intentando quitar y que al fin te decides acudir al médico y en 2 minutos ya no está! Qué cambio de sensación, ¿no? ¡De la incomodidad a la comodidad en dos minutos! ¡¡¡Es magia!!! El extremo contrario es cuando te pones una prenda de ropa que te queda como la seda, hecha para ti. Te maquillas, te peinas y te pones ese tacón alto, sientes ese subidón de comerte el mundo y mucha seguridad… Eso es parte del comportamiento de los seres humanos desde hace ya siglos, si no, observad la cultura egipcia o la griega y los cánones en arte y belleza por los que se regían… Yo misma me identifico con este comportamiento, pero acepto que es una realidad y algo natural en la sociedad actual y el siglo XXI y que es parte de nuestro día a día. Lo importante es que no se convierta en un problema real de autoestima, depresiones o ansiedad, ni interfieran significativamente en nosotros y en nuestro entorno. Créanme he visto muchos casos y terminas muchas veces siendo más psicóloga que médico estético (expreso mi admiración a los psicólogos por la capacidad de escuchar y ayudar a resolver problemas). La Medicina Estética y la Psicología van directamente relacionados ¡es una verdad irrefutable!

Todo esto que os cuento que quizá os maree leer es por ayudaros, estéis donde estéis; a la hora de decidir acudir a una consulta de Medicina Estética, lo tengáis muy claro y penséis en Medicina Estética profesional y de alto nivel…

Lo primero preguntarnos a nosotros mismos… ¿Realmente estamos claros de lo que queremos? ¿Qué buscas a la hora de acudir a un profesional de la Medicina Estética? ¿Cuál es tu expectativa? ¿Es real?

Si nos ponemos en marcha y nos detenemos a pensar en las personas que desean realizarse un tratamiento médico estético… ¿qué es lo que quieren realmente?

1. Los pacientes quieren ante todo seguridad.
2. Los pacientes buscan tranquilidad.
3. Los pacientes buscan satisfacción.
4. Los pacientes quieren que los escuchen, que realmente exista una comunicación médico-paciente, fluida con feedback.
5. Quiere que les traten con respeto, que se les mire a los ojos y se les entienda.
6. Quieren que el profesional que les vaya a tratar sea honesto y su tratamiento sea personalizado. No quieren la moda, no todos los rostros son iguales y no todas las personas son iguales. Somos únicos y diferentes, así que nos quedara bien lo que realmente necesitemos.
7. Quieren un lugar físico que tenga buen aspecto, ambiente agradable, limpio, aséptico, con las medidas de seguridad necesarias y permisos sanitarios de un centro médico o consulta médica estética.
8. Quieren las mejores manos utilizando los mejores productos de alta gama del mercado, que tengan ciencia detrás de ellos y que aporten una garantía de seguridad, ya que al fin y al cabo, es algo que estás inoculando a tu organismo.
9. Los pacientes quieren resultados naturales.
10. Quieren que ante un efecto no deseado se les atienda y se les ofrezca solución. Para ello, el profesional debe estar preparado para resolverlo.
11. Los pacientes quieren una experiencia placentera de satisfacción. Que puedan disfrutar y experimentar felicidad.
12. Los pacientes quieren magia y nosotros podemos hacerlo y hacerlo bien…Y, por supuesto, todo esto es posible.

Cuando haces los deberes y te pones en el lugar de tu paciente, tendrás valores como ser humano integral y profesional; Entonces, se llega a buen puerto y se pueden hacer las cosas bien y mejor. Personalmente, sé que me falta mucho por aprender, y un día en la vida que no aprendas algo puede ser un día perdido, pero si algo tengo claro son las cosas importantes en mi vida: mi familia, mi profesión y mis pacientes. Puedo decir que soy una afortunada de la vida en poder ejercer y trabajar en lo que me gusta. Caminos recorridos y muchos por recorrer, al final es hacer el bien y no mirar a quien.