Las compras también provocan adicción

La adicción a las compras es una de las adicciones comportamentales, que son aquellas que se desarrollan llevando a cabo una actividad. También conocidas como compras compulsivas, se caracterizan porque el afectado no puede controlar sus impulsos de comprar, o al no comprar siente ansiedad, estrés y agresividad.

Así, un comprador compulsivo entiende el hecho de comprar como una necesidad básica y la prioriza por encima de otras actividades, tratando de cubrir una posible carencia mediante las compras compulsivas.

Adicto a las compras: ¿soy un comprador compulsivo?

Se conoce al comprador compulsivo cuando es incapaz de controlar el impulso que le lleva a comprar. Dicha adicción puede estar ligada a un producto o servicio determinado, siendo el tipo más común el de las personas adictas a la moda.

El perfil más común de adicto a las compras son personas vulnerables (jóvenes en muchos casos) que se encuentran en una etapa de formación y cuentan con una cierta estabilidad económica, aunque no existe un patrón identificativo exacto. En muchas ocasiones la adicción viene motivada por la búsqueda de aceptación social e identificación dentro de un grupo.

Suelen gastar grandes cantidades de dinero o un porcentaje elevado de sus ingresos en compras, en estar a la última moda y con artículos más reconocidos, ya que el reconocimiento social les reconforta más allá de pensar cuanto les supone en dinero. En ocasiones los adictos pierden la noción del dinero que gastan y acaban arruinados o acumulando deudas y préstamos para cubrir esta adicción.

Algunos síntomas o rasgos comunes de la adicción a las compras son:

• Autoestima baja
• Sensación de satisfacción al comprar
• Problemas con las habilidades sociales
• Sensación de culpabilidad
• Desvirtúan lo que tienen de lo que necesitan
• Sensación de vacío al no comprar, así como síntomas de ansiedad y depresión
• Bipolaridad
• Frustración constante y trastornos conductuales

Tratamiento para la adicción a las compras

La adicción a las compras trae serias consecuencias económicas y psicológicas para el comprador compulsivo. El tratamiento mediante la Psicología y la reeducación para modificar conductas presentan un alto nivel de efectividad estos pacientes.

Algunos consejos para evitar la adicción a las compras son:

1. Reconocer la adicción: cuando comprar se ha convertido en una conducta habitual en el día a día, existe un problema. También es síntoma de adicción sentir un deseo irresistible de comprar cualquier cosa que se encuentre y después tener sentimiento de culpa. Reconocer el problema es el primer gran paso para solucionar esta adicción.
2. Saber diferenciar le necesario: los adictos a las compras suelen autoengañarse con que necesitan todo lo que compran. Ayuda preguntarse antes de realizar la compra: “¿realmente necesito esto?, ¿cuándo le daré uso?, ¿tengo otros objetos parecidos?”, así se demuestra a la adicción que no necesitamos todo lo que nos gusta.
3. Identificar los momentos de vulnerabilidad: es importante sincerarse con uno mismo y pararse a distinguir en qué momentos suele invadirnos el sentimiento compulsivo de comprar, llegar al fondo de la cuestión y plantear qué se puede cambiar al respecto.
4. Evitar las tentaciones: Existen estrategias para no caer en las tentación de comprar compulsivamente, como llevar el dinero justo para lo que se necesita, ir a comprar acompañado, evitar las ofertas y rebajas, o no llevar la tarjeta de crédito.
5. Listas de necesidades: antes de salir a comprar, elaborar una lista de las cosas que realmente se necesitan para evitar gastos innecesarios.
6. Llevar las cuentas al día: llevar una planilla mensual con el recuente de los gastos fijos, ingresos, la cantidad de ahorro y el dinero disponible para compras y caprichos. Es una forma muy visual de darse cuenta si se está comprando demasiado y evitar arruinarse o endeudarse.
7. Ayuda profesional: Será necesario acudir a un especialista en tratamiento de adicciones cuando la privación de poder realizar compras provoque un nivel de ansiedad que no sea capaz de dominar o afecte a la rutina diaria.