La importancia de trabajar el volumen de la voz

Written by: Mariela Astudillo Ramírez
Published: | Updated: 25/03/2021
Edited by: Cristina Mateo

 

La suavidad y la gestión de la respiración

 

A lo largo de mis 16 años de carrera, he trabajado con personas que han deseado modificar su gesto vocal con el objetivo de conseguir más feminidad, de encontrar una armonía en su voz y en su forma de expresarse. Cabe destacar que, de entre todos los parámetros vocales involucrados en mi entrenamiento, el volumen es uno de los parámetros más alterados a la hora de buscar feminizar una voz.

 

Durante todos estos años, he detectado en varias ocasiones que cuando una paciente desea feminizar su voz por sí misma, baja el volumen cuando habla. Esto pasa por dos motivos: la paciente quiere ocultar las características sonoras que unen su discurso a cierta masculinidad, y por otro lado, busca una suavidad afiliada a la feminidad.

 

Por otra parte, tras muchos años de estudio, investigación y experiencia he averiguado que no sólo se trata de reducir el volumen en el discurso, sino que esa disminución del volumen debe asociarse obligatoriamente a una gestión del soplo y a una articulación más fina y menos marcada. Aquí es donde interviene lo que yo llamo la “suavidad”. Definida como parámetro acústico de la voz o del discurso, permite atribuir un carácter asociado a los conceptos de placer, de calma, de no agresividad, de moderación, de feminidad…

 

Vinculada a la articulación, a la gestión del soplo, a la manera de expresarse, la suavidad se transforma en sinónimo de control, de no tensión, de eutonía muscular. En definitiva, se conseguirá un discurso más femenino cuando se aplique suavidad.

 

La gestión del soplo

 

En relación a la gestión del soplo, es cierto que en el método Astudillo no se trabaja la respiración propiamente dicha. Estoy en contra de los entrenamientos que impacientan a los/las pacientes con sesiones donde se trabaja la postura, la respiración, la relajación, etc. de manera aislada. Bajo mi punto de vista, lo único que consigue este tipo de sesiones es desmotivar al/a la paciente y no consigue los objetivos de feminización o de armonización vocal fijados. Dicho de otro modo, trabajo la gestión del soplo de manera implícita en los ejercicios que propongo durante las sesiones.

 

En efecto, este trabajo es fundamental porque permitirá al/a la paciente controlar su manera de expresarse a través del aire que va a expulsar y a través de la producción de sonido. Habitualmente, trabajo la gestión de la respiración junto a ejercicios en los que se unen el sonido y el aire. La finalidad es, por tanto, alcanzar un discurso, un habla y una forma de expresarse más suave, más relajada, menos abrupta, menos marcada, más fina y más específica.

 

El volumen es uno de los parámetros más importantes sobre los que trabajar. 

 

El grito: un trauma para las cuerdas vocales

 

Tengo muchas pacientes que tienen miedo a ver reaparecer su antigua forma de expresarse cuando afrontan actos reflejos como la tos, la risa, el estornudo o el grito. Es más, muchas pacientes me piden que les enseñe a gritar femeninamente. Sin embargo, es crucial tener en cuenta que el grito representa un traumatismo para las cuerdas vocales y para el aparato laríngeo, y que, por lo tanto, hay que evitarlo.

 

Por ello, en las sesiones entreno la gimnasia laríngea con el fin de aumentar su resistencia y su elasticidad. Asimismo, durante las sesiones trabajo el aumento del volumen durante el discurso, especialmente con las personas que proyectan regularmente su voz, tales como las personas que utilizan su voz profesionalmente: profesores, oradores, etc.

 

Es cierto que, con el método Astudillo, se trabaja de manera profunda la musculatura laríngea y se altera la posición de reposo de la laringe, por lo tanto, se influencia todos los actos reflejos en la paciente sin tener que trabajarlos. Y por supuesto, el grito se encuentra incluido.

 

Recuerdo a una paciente que, unos meses después de trabajar conmigo, me envió un mensaje explicándome una experiencia que acababa de vivir : se había subido en una montaña rusa con un amigo y, aterrorizada, había estado gritando durante todo el viaje. Cuando se bajaron de la atracción, su amigo le dijo que su grito había sido súper femenino, pero ella, víctima del pánico, no se había dado ni cuenta. Cuando mi paciente vio cómo gritaba en unos vídeos grabados por los dueños de la atracción, me comunicó con gran alegría que su grito era efectivamente totalmente femenino y, por supuesto, totalmente natural.

 

Cada día recibo más anécdotas como ésta, lo que demuestra que mi método trabaja de manera profunda el gesto vocal y consigue influir en la expresión de la paciente. Por esa razón, en mis sesiones no dedico tiempo a trabajar estos actos reflejos porque sé que serán implícita y automáticamente feminizados de manera natural. Asimismo, creo que un acto reflejo no puede rectificarse de forma consciente o que, en todo caso, es preferible que se modifique de manera involuntaria.

 

La disminución del volumen: un verdadero obstáculo para la mujer transgénero

 

El 80% de las pacientes que se ponen en contacto conmigo para feminizar o armonizar su voz, presentan una alteración del volumen. Esta disminución de volumen es una verdadera desventaja en sus vidas porque, efectivamente, una persona que no osa hablar con un volumen conversacional o acústicamente perceptible, se verá constantemente enfrentada a una demanda por parte de los oyentes de repetirse en su discurso.

 

También tengo muchas pacientes que prefieren no hablar, que se ocultan tras miradas o gestos para que su voz no sea percibida. A veces, esa disminución de volumen viene arrastrándose durante años y se convierte en un verdadero obstáculo, alcanzando a veces el estado de trastorno que requiere ser rehabilitado.

 

En mis sesiones, siempre trato de restaurar ese equilibrio sonoro, ya que considero primordial que mis pacientes puedan ganar la confianza necesaria para perder el miedo de expresarse en público. Es importante saber que mi objetivo principal es permitir a mis pacientes la libre expresión, sin miedo. Para ello, es imprescindible que cada paciente escuche su voz, perciba de forma natural y sin pensar la expresividad vocal, las emociones, y que esa voz sea completa, que el volumen se adapte a todas las situaciones de su vida cotidiana y, sobre todo, que no represente una desventaja en su vida.

 

En definitiva, el volumen es uno de los parámetros más importantes en el entrenamiento de feminización y la armonización de la voz, por lo que es fundamental trabajarlo, armonizarlo, pero, sobre todo, optimizarlo de acuerdo con la personalidad de la paciente. En efecto, el volumen se encuentra asociado a la personalidad emocional y vocal de la paciente, por lo que siempre debe trabajarse con el objetivo de encontrar una coherencia y una armonía personalizada de acuerdo con la personalidad expresiva de la paciente.

*Translated with Google translator. We apologize for any imperfection

By Mariela Astudillo Ramírez
Speech therapy

*Translated with Google translator. We apologize for any imperfection

View Profile

Overall assessment of their patients


  • Related procedures
  • Facial paralysis
    Deafness
    Parkinson disease
    Ictus
    Movement disorders
    Hearing loss
    Autism
    Speech disorder
    Alterations in language
    Pronunciation problems
    This website uses our own and third-party Cookies to compile information with the aim of improving our services, to show you advertising related to your preferences as well analysing your browsing habits. You can change your settings HERE.