La diabetes y sus distintas formas

Written by: Dra. Beatriz Galván Díaz
Published: | Updated: 17/04/2024
Edited by: Alicia Arévalo Bernal

La palabra diabetes es de origen griego y su significado es algo así como "pasar a través". La enfermedad fue descrita por primera vez en Egipto y se conserva un papiro, denominado de Ebers en dónde se refieren los síntomas principales. Mucho tiempo después se añadió la palabra "mellitus" (que significa dulce), para distinguirla de una forma mucho más rara, la diabetes insípida que es debida a la falta de la hormona antidiurética, generalmente como consecuencia de una lesión en la glándula hipofisaria.

 

La diabetes mellitus - a la que denominaremos desde ahora simplemente diabetes - consiste en una elevación de la glucosa de la sangre debida a una  insuficiente producción de insulina, que es una hormona secretada en el páncreas. La elevación de la glucosa es tanto más importante cuanto más grave es la deficiencia de insulina que tiene un determinado organismo. Las necesidades de insulina de cada persona para mantener la glucosa en sangre dentro de la normalidad varían mucho de una persona a otra, dependiendo de varios factores, entre ellos la edad y la genética, pero sobre todo el peso y la actividad física habitual. De este modo, las personas delgadas y los atletas precisan pequeñas concentraciones de insulina en sangre para controlar apropiadamente la glucosa, mientras que los grandes obesos sedentarios pueden precisar concentraciones de hasta tres y cuatro veces más, lo que se conoce con el nombre de resistencia a la insulina.

 

Las personas delgadas y los atletas precisan pequeñas concentraciones de insulina
en sangre para controlar apropiadamente la glucosa.

 


 

Diabetes tipo 2: características

El hecho de que los obesos y los genéticamente predispuestos precisen mayores concentraciones de insulina, explica su tendencia a la diabetes a medida que la edad aumenta. Efectivamente, el páncreas, sometido a un continuado esfuerzo de fabricación de insulina, termina claudicando con lo que la glucosa en sangre aumenta, apareciendo primero un trastorno denominado tolerancia anormal a la glucosa y finalmente la diabetes propiamente dicha.  Esta descripción corresponde a la forma más común de diabetes, conocida como diabetes tipo 2 o antiguamente como diabetes del adulto o diabetes no dependiente de la insulina. Suele aparecer de forma insidiosa y aunque es mucho más frecuente en personas con exceso de peso, no es exclusiva de éstos. El importante aumento de prevalencia de obesidad en las últimas décadas junto con la longevidad de la población actual, explica que esta forma de enfermedad sea muy común, alcanzando alrededor del 6 % de toda la población española y alrededor del 15 % de los que tienen más de 65 años.
 

El trastorno de la glucosa de la diabetes tipo 2 suele ir acompañado de otras anomalías como:

  • Aumento de la grasa visceral (en el interior del abdomen)
  • Hipertensión arterial
  • Aumento de triglicéridos en la sangre

 

Todas estas alteraciones constituyen en sí mismas factores de riesgo para la enfermedad vascular (circulación de la sangre) y juntas se potencian, por lo que algunos han llegado a denominar a este conjunto - conocido científicamente como síndrome metabólico - "el cuarteto de la muerte".
 

Los primeros años después del diagnóstico se suelen caracterizar por la presencia de una importante secreción residual de insulina, denominada también “reserva”, de modo que el tratamiento casi siempre es con fármacos orales, raramente con insulina. A lo largo de los años, no obstante, no es nada excepcional que esta reserva se agote progresivamente y el paciente requiera la asociación de suplementos de insulina o incluso termine tratándose exclusivamente con esta hormona, como si de una diabetes tipo 1 se tratara.

 

Diabetes tipo 1: características

La diabetes tipo 1 o dependiente de la insulina tiene un mecanismo de producción completamente distinto. En un momento determinado de la vida del individuo - generalmente niño, adolescente o adulto joven - se produce una alteración en los mecanismos inmunológicos responsable de que aparezcan anticuerpos frente a las propias células de los islotes pancreáticos, es decir allí dónde se produce normalmente la insulina. Estos anticuerpos dan lugar a una progresiva destrucción de estos islotes que van siendo substituidos por otras células denominadas linfocitarias. Cuando alrededor de las 3/4 partes de las células han sido dañadas, aparece la diabetes clínica dando lugar a los clásicos síntomas de:

  • Poliuria (aumento de la emisión de orina).
  • Polidipsia (aumento de la sed).
  • Polifagia (aumento del apetito).
  • Pérdida de peso.

 

Cuando uno o varios de estos síntomas hacen sospechar la enfermedad, debe practicarse con urgencia un análisis para confirmarla y debe empezarse el tratamiento con insulina - el único tratamiento eficaz - lo antes posible.
 

Diferencias entre la diabetes tipo 1 y la diabetes tipo 2

Las diferencias más importantes entre las dos formas más comunes de diabetes son:
 

Los diferentes tipos de diabetes no son solamente el 1 y el 2, aunque en la práctica constituyen el 99 % del total. A medida que los conocimientos avanzan se han identificando diferentes subtipos dentro de la diabetes tipo 2, aunque al menos por ahora, esto tiene escasa trascendencia práctica ya que el tratamiento es esencialmente el mismo.

 

El diagnóstico de la diabetes

En algunas ocasiones la enfermedad se diagnostica por a poliuria, poldipsia y polifagia antes mencionadas, pero en la mayoría de las ocasiones los síntomas son inexistentes o muy inespecíficos como el picor (genital o conjuntival),  una balanitis (inflamación del glande) que no cura, una vulvovaginitis (inflamación de la vulva y vagina) por hongos o la tan mencionada dificultad en la cicatrización de las heridas, y que raramente se produce.
 

El diagnóstico de confirmación se establece en los análisis de laboratorio. La cifra es 110 mg/dL en ayunas se considera el  valor máximo de normalidad y el de 126 mg/dL o más diagnóstico de diabetes. Los valores intermedios (entre 111 y 125 mg/dL) se  clasifican como de “glucosa anómala”.
 

 

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By Dra. Beatriz Galván Díaz
Endocrinology, Diabetes & Metabolism

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