La cirugía mínimamente invasiva de prótesis cadera

Written by: Dr.Prof. Ángel Villamor Pérez
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Edited by: Nicole Márquez

Cada vez son más los españoles que, por diferentes circunstancias, se ven obligados a pasar por el quirófano para que les sea implantada una prótesis de cadera. Todos los pacientes, prácticamente sin excepción, se sienten aterrorizados cuando comienzan a conocer “las leyendas” de la intervención, entre las cuales se habla del doloroso postoperatorio y del largo proceso de recuperación que puede alargarse hasta los seis meses.

 

Sin embargo, el panorama ha cambiado gracias a que la traumatología ha cogido el tren de la Cirugía Mínimamente Invasiva (CMI), en el que ya han entrado de lleno otras disciplinas médicas. Con este procedimiento, que en IQTRA Medicina Avanzada utilizamos desde 2004, el paciente solo permanece en el hospital entre 3 y 4 días, se desprende de las muletas en las primeras semanas de post-operatorio y camina con normalidad y sin dolor, en aproximadamente un mes.


Todos los cirujanos han soñado alguna vez con poder acceder al interior del cuerpo de sus pacientes y visualizar nítidamente el interior de su organismo para poder localizar el foco de la enfermedad de la manera más precisa posible. Una vez saben dónde está el problema, hay que entrar a solucionarlo y, durante años, la única manera de hacerlo era echar mano de bisturí para abrir una puerta de acceso que dejara al descubierto el origen del trastorno.

 

Conscientes de los daños colaterales que dejaba tras de sí este viaje al interior del cuerpo humano, los cirujanos han ido reduciendo el tamaño de estas aberturas y, en la actualidad, son cientos los procedimientos quirúrgicos que únicamente dejan como testigo una cicatriz no más grande que un arañazo.

 

La traumatología ha evolucionado en este sentido y actualmente sus especialistas están como locos ante las excelentes expectativas que les ofrece la CMI para la implantación de prótesis totales de cadera, una operación a la que se someten anualmente más de 30.000 españoles.

 

¿Cuáles son las ventajas de la CMI de próstesis de cadera?

La superioridad de este abordaje quirúrgico son indudables, ya que la cirugía mínimamente invasiva implica una lesión mucho menor de los tejidos blandos, lo que se traduce en menor sangrado durante la cirugía (y con ello una menor necesidad de transfusiones sanguíneas), menos dolor (menos medicación analgésica), una cicatrización más rápida, una pronta recuperación de los pacientes y un menor riesgo de complicaciones.

 

La cirugía de cadera convencional implica un sangrado importante, así que no es raro el hecho de tener que transfundir sangre; sin embargo, con esta técnica no es necesario y supone un gran avance. En los mismos términos, practicar una incisión más pequeña conlleva menos probabilidades de infección, ya que el espacio por el que pueden entrar los patógenos es mucho más reducido. Asimismo, el riesgo de luxación (una complicación que se produce cuando la cabeza de fémur se sale de su sitio) también va, entre otros factores, en proporción al tamaño de la herida. Cuanto menor sea la lesión quirúrgica, menor será también esta posibilidad.
 

¿Cómo es la recuperación de la CMI de prótesis de cadera?

Una vez que se ha sustituido la cadera dañada por la prótesis, el paciente podrá comenzar a caminar con muletas a las pocas horas de haber sido intervenido. Al cabo de 3-4 semanas podrá deshacerse de estos apoyos y transcurrido un mes podrá caminar con normalidad y sin dolor.

 

En cambio, la cirugía convencional provoca un trauma en los tejidos blandos (músculos, tendones, piel y vasos sanguíneos) que conlleva otros plazos más largos. El paciente no solo está muy dolorido sino que, además, siente que no puede mover la pierna ni apoyarla en el suelo porque, según refieren ellos mismos «trato de moverme, pero mi cuerpo no me responde».

 

«El organismo pone en marcha un mecanismo de defensa ante esta agresión y bloquea, por decirlo de alguna manera, la extremidad que no empieza a ser operativa hasta que se va reduciendo el dolor», explica el doctor Ángel Villamor. Sin embargo, con la cirugía mínimamente invasiva y el instrumental específico «todos estos tejidos quedan prácticamente intactos, así que sin dolor, la funcionalidad se recupera mucho antes», comenta el director médico de iQtra.

 

¿Cuánto me duraría la prótesis de cadera?

Hasta ahora se ha mencionado la técnica quirúrgica, pero los materiales protésicos también han avanzado considerablemente y aportan grandes beneficios al paciente. Hace unas décadas, las prótesis antiguas tenían cierta facilidad para aflojarse del anclaje al hueso del paciente.

 

 

Sin embargo, las prótesis actuales están recubiertas de un material metálico poroso que se ancla muy bien el hueso y es mucho más difícil que se aflojen. El segundo hándicap que tenían las prótesis es que el material de fricción, los que realmente simulaban la articulación, acababan deteriorándose y desgastándose hasta el punto de que cada 10 años había que recambiarlas, había que arrancar toda la prótesis del hueso para colocar una nueva.

 

Las prótesis actuales han subsanado ese problema con dos novedades: los materiales de fricción, que son muy sofisticados duran hasta 30 años, de manera que el recambio ya no es cada 10 años; pero además, las piezas de fricción son unas piezas modulares que podemos recambiarlas sin necesidad de arrancar la prótesis del hueso sino renovando solo esas partes móviles intermedias, que se desgastan porque son las que sufren la fricción, lo cual supone una cirugía mucho menos agresiva incluso que la primera. El resto de la prótesis seguirá anclada al hueso sin necesidad de tocarse.

 

¿Qué complicaciones existen con la CMI de prótesis de cadera?

Con todo lo que se ha explicado hasta aquí, podría parecer que las prótesis de cadera implantadas de la forma tradicional no tienen ningún sentido, pero no es así. El método menos invasivo tiene sus complicaciones y contraindicaciones.

  • Obesidad severa. En este caso, la capa de grasa que tienen que sortear los cirujanos es tan grande que se requiere de un campo quirúrgico más amplio para poder actuar con garantías.
  • Otras patologías. Las displasias congénitas que requieren operaciones añadidas, llevar clavos o tornillos implantados en la zona (por fracturas anteriores) en ocasiones son incompatibles con esta técnica mínimamente invasiva.
  • Musculatura excesiva. La operación se lleva a cabo más fácilmente cuando la piel y los músculos están más laxos, ya que los tejidos ofrecen menos resistencia.
  • Curva de aprendizaje. Cualquier cirujano debidamente experimentado en la implantación de prótesis de cadera de la manera habitual, se habituará pronto a los nuevos procedimientos. Sin embargo, no debemos olvidar que el cirujano debe encontrarse cómodo con el abordaje para lo cual será muy recomendable que su experiencia en esta campo sea lo más amplia posible.

*Translated with Google translator. We apologize for any imperfection

By Dr.Prof. Ángel Villamor Pérez
Orthopaedic Surgery

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