Infiltración caudal en patología de columna: mejora inmediata del dolor
Written by:Para el manejo de las hernias discales que se producen principalmente en la columna lumbar baja y, más frecuentemente, en el segmento vertebral L5-S1, un tratamiento efectivo y seguro es la infiltración del hiato sacro, también llamada infiltración caudal.
La infiltración caudal es la técnica de infiltración epidural que menos complicaciones tiene. Actualmente es una de las técnicas de analgesia regional que se usa con más frecuencia para el dolor radicular asociado a la hernia discal lumbosacra.
En patología vertebral las infiltraciones epidurales no tienen un papel protagonista, como primera línea de tratamiento, sino que se utilizan cuando otras técnicas menos agresivas han fracasado. La infiltración caudal consiste en una inyección con una mezcla de anestésicos locales y corticoides en la zona epidural, en la parte baja del canal raquídeo de la región sacra.
¿En qué se distingue de una infiltración caudal de una infiltración convencional?
A diferencia de la infiltración epidural lumbar que se realiza a nivel lumbar la técnica de infiltración caudal consiste en la punción del hiato sacro coccígeo para acceder al espacio epidural lumbar. El hiato sacro coccígeo es una escotadura con forma de V invertida localizada en la pared posterior del conducto sacro.
¿Cómo se inyecta la infiltración caudal?
Tras colocar al paciente en decúbito prono en una camilla y bajo control radioscópico, se el especialista en Traumatología realiza la infiltración caudal. Una vez finalizado el procedimiento, el paciente se debe quedar en observación 15-20 min.
Con este tipo de infiltración se consigue, además del efecto analgésico (parecido a una infiltración epidural estándar), un efecto hidráulico (por descompresión de la estructura nerviosa, por el volumen del líquido inyectado) con mejora de la vascularización local.
¿En qué patologías de columna se recomienda este tipo de infiltración?
La principal indicación es el dolor lumbar irradiado a extremidades inferiores a consecuencia de hernias discales, canal lumbar estrecho con origen a nivel L4-L5 y, sobre todo, L5-S1. También se puede indicar para pacientes con fibrosis postoperatorias.
¿Cómo serán los resultados y cuánto tiempo podrá estar el paciente “sin dolor”?
En general los pacientes experimentan una mejoría progresiva del dolor radicular a partir de los primeros días post infiltración, mejoría que se consolidará en las semanas ulteriores. Hay pacientes que refieren una mejoría completa y, en cambio, hay otros que, en el horizonte de las 6-8 semanas ulteriores a la infiltración, podrían precisar una 2º infiltración para mejorar el control del dolor. También hay pacientes (aunque son una minoría) que necesitarán tratamiento quirúrgico, al no presentar suficiente alivio del dolor. Esta técnica tiene una eficacia cuyo nivel de evidencia es fuerte a corto plazo (< 6 semanas), y moderado a largo plazo (> 6 semanas).
Tener la posibilidad de realizar la infiltración caudal en nuestro arsenal terapéutico nos permite tratar mejor a nuestros pacientes con dolor radicular o estenosis de canal lumbar originados en segmentos L5-S1 y L4-L5.