Hambre emocional: ¿continúas comiendo a pesar de sentirte lleno?

Written by: Anna Vives Roura
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Edited by: Top Doctors®

En muchas ocasiones nos cuesta diferenciar entre el hambre física y el hambre emocional. Principalmente, el hambre emocional hace que ingiramos alimentos de forma inconsciente, condicionados por nuestro estado de ánimo bien de euforia o excitación o de tristeza, ansiedad, estrés, nervios, rabia, impotencia, soledad…

 

Algunos de los tips que nos ayudarían a diferenciar el hambre física vs del hambre emocional serían mediante las siguientes preguntas. Esto nos ayudará a diferenciar cuál es el disparador emocional en cada caso.

 

El hambre emocional está condicionado por nuestros estados de ánimo

¿Cómo se suele presentar el hambre física?

Se presenta gradualmente y se puede posponer durante la jornada. Además, se satisface con cualquier tipo de comida y una vez estás saciado dejas de comer. El hambre física no ocasiona sentimiento de culpa una vez has finalizado.

 

¿Cómo se manifiesta el hambre emocional?

Por otro lado, el hambre emocional se presenta de forma súbita y está asociada a las emociones. Se trata de un hambre que aparece de manera repentina y requiere de urgencia.

 

La tendencia nos lleva a comer más cantidad de lo normal y continúas comiendo a pesar de sentirte lleno; asimismo, causa antojos de comida muy específica, generalmente dulces o hiper calóricos. Por lo que, después, genera sentimientos negativos y de culpa.

 

Nuestras circunstancias diarias promueven la convivencia de muchas emociones en nuestro interior. Las preocupaciones pueden ser multifactoriales: preocupaciones por nuestro trabajo, por nuestra salud o la de los nuestros, económicas, familiares.

 

Todos estos estresores diarios, que nos acompañan, nos complican la gestión emocional de nuestras emociones y por ello acudimos a la comida como una fuente de placer y/o bienestar. Aparentemente nos aportan calma y satisfacción inmediata, pero en el fondo no nos resuelven dichas inquietudes o preocupaciones base.

 

¿Cómo podemos darnos cuenta?

Nos damos cuenta de que esta hambre no es fisiológica cuando consiste en llenar una sensación de vacío interior. También cuando es una manera de mitigar emociones incómodas que estamos sintiendo. En estos casos estaríamos sufriendo ansiedad emocional, que nos impide llevar a cabo una alimentación saludable y consciente. Si notamos estos síntomas podemos acudir a un especialista en Psicología.

 

¿Qué hábitos nos pueden ayudar?

Algunas de las recomendaciones que pueden servir de ayuda serían las siguientes:

 

  • Antes de ponerte a comer bebe un vaso de agua y practica tres respiraciones, eso te ayudará a diferenciar si realmente lo que tienes es hambre.

 

  • Evita las distracciones durante las comidas: la tv, el móvil, el ordenador… no son buenos aliados ni compañeros en nuestras ingestas.

 

  • En la medida de lo posible intenta comer acompañado, la salud social forma parte de nuestro bienestar personal igual que la salud física y emocional.

 

  • Intenta comer siempre sentado, sin prisas. Es un tiempo para disfrutar, saborear, de cuidarte a ti y a tu cuerpo.

 

  • Es recomendable comer lento y masticando. Incluso, si puedes, permítete el lujo de dejar los cubiertos entre cucharada y cucharada. Cierra los ojos y sumérgete en aquello que estás comiendo en esos momentos.

 

  • No te dejes llevar por la culpa si en algún momento has ingerido algo fuera de lo habitual. Esos caprichos forman parte de la vida, de la normalidad, de los pequeños grandes placeres de la vida, siempre que la frecuencia y la cantidad de estos no formen parte de la cotidianeidad.

 

  • Elimina de tu despensa aquellos alimentos que no te resulten saludables y que sepas que los utilizas como evasión emocional. Si eres capaz de identificar los alimentos que son tus disparadores emocionales podrás detenerlos a tiempo. Las emociones se hablan, no se comen. Comer las emociones no resuelve los problemas.

 

  • Busca actividades que te generen bienestar. Igual que la comida es un placer y compartirla con los tuyos incluso genera mayor bienestar, suma a tus hábitos otros quehaceres saludables que te reporten satisfacción y cuidado personal como el deporte, el yoga, mindfulness, senderismo, relajación, entre otros.

 

 

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By Anna Vives Roura
Psychology

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