¿En qué consiste la ablación de tiroides?
Written by:La ablación de tiroides es un tratamiento percutáneo en el que se introduce de manera precisa una aguja en el interior del nódulo tiroideo para aplicar energía térmica y destruir el tejido. No requiere de cirugía, no usa radiación, porque se hace con ecografía y se realiza mediante anestesia local o mínima sedación.
¿Cuándo está indicado este tratamiento?
Esta técnica se aplica principalmente en pacientes con tumores benignos de tiroides asociados a una clínica, que pueden ser disfonía, disfagia, sensación de cuerpo extraño, problemas estéticos o crecimiento del nódulo. A todos los pacientes se les debe realizar previamente una punción con aguja fina para confirmar o excluir la benignidad del nódulo.
Otras indicaciones consisten en tratamiento de nódulos hiperfuncionantes de cualquier tamaño, nódulos no funcionantes de más de 2 cm, o como alternativa al tratamiento quirúrgico en casos seleccionados (rechazo a cirugía o pacientes de alto riesgo quirúrgico). La técnica ablativa no excluye que se puedan realizar futuras cirugías.
¿Cómo se realiza y qué pasos debe seguir el paciente antes de la ablación?
Se realiza por un radiólogo especializado en intervencionismo con anestesia local o mínima sedación y guiado ecográfico. No se realiza cirugía y se hace de forma ambulatoria, lo que facilita una pronta recuperación del paciente. Evitamos uso de radiación y se preserva el tejido sano no afectado por el nódulo tiroideo.
El paciente será valorado en comité multidisciplinar y posteriormente en consulta por el radiólogo que realizará la prueba. Es necesaria una ecografía previa de planificación y una recogida de la historia clínica. Antes del tratamiento debe haberse realizado la punción con aguja fina de los nódulos a tratar y una analítica completa.
¿Cómo son los resultados? ¿Qué pautas debe seguir el paciente una vez realizada la ablación?
La ablación de tiroides es una técnica segura y eficaz como así lo recoge la literatura.
El paciente una vez realizado el procedimiento estará dos horas en observación para vigilancia de posibles complicaciones, que son inferiores al 1% y siempre menores que las quirúrgicas.
Puede presentar hematoma o dolor en zona de punción que con medicación pautada se resuelve en la gran mayoría de los casos.
El paciente debe recibir un seguimiento de imagen, analítico y unas recomendaciones médicas al finalizar el procedimiento en función de sus características.