El arte de esculpir la figura: liposucción Vs. lipoescultura

Habitualmente, los conceptos de lipoescultura y de liposucción tienden a confundirse debido a su similitud, pero tienen una diferencia clara, sobretodo en el resultado final.

Por un lado, la liposucción es una intervención quirúrgica destinada a eliminar el exceso de grasa que se acumula en determinas zonas del cuerpo. Para extraer esa grasa se introducen bajo la piel -en el tejido graso del área a tratar- pequeñas cánulas que permiten aspirarla. La lipoescultura, por su parte, es un tipo de liposucción que, además de extraer la grasa, también busca moldear la zona a tratar, con el objetivo de obtener una silueta más armoniosa y homogénea. Con la lipoescultura también se puede utilizar esa grasa sobrante en otras áreas del cuerpo con el fin de darle una forma más atractiva. Podríamos decir que la lipoescultura es como el arte de esculpir la figura mediante las técnicas de liposucción.

¿De qué depende elegir una técnica u otra?

Como se ha explicado anteriormente, la lipoescultura se vale de la liposucción para moldear el cuerpo. La extracción de la grasa localizada no es el fin en sí mismo de una liposucción, sino que es una forma de conseguir un cuerpo más armónico y unas formas más proporcionadas. Por eso, podemos afirmar que los cirujanos realizamos habitualmente lipoesculturas, ya el objetivo final es remodelar la anatomía del paciente.

¿Qué zonas se pueden tratar mediante estas técnicas?

Con las distintas técnicas de liposucción pueden tratarse los depósitos de grasa acumulados en el cuello, los brazos, el tronco, los flancos, el abdomen, las nalgas, las caderas, los muslos, las rodillas, las pantorrillas, los tobillos y la cara. Vamos, en casi en la totalidad de la anatomía humana.

¿Cómo se realiza la intervención?

La liposucción tradicional requiere de anestesia local o general, en función del área a tratar y del volumen de grasa a extraer. Suele realizarse en una sola sesión y su duración también viene determinada por la cantidad de grasa que se vaya a eliminar y de las zonas que se vayan a tratar. La grasa sobrante del cuerpo se aspira con finas cánulas que se insertan bajo la piel de la zona a intervenir a través de pequeñas incisiones (2-3 milímetros). Una vez finalizada la intervención, el paciente debe permanecer en la clínica de 6 a 24 horas. En la mayoría de casos el tiempo de recuperación suele ser de una semana. Los depósitos de grasa eliminados no vuelven a aparecer; si el paciente engorda con posterioridad lo hará de manera uniforme en todo el cuerpo.

La lipoescultura también se realiza con anestesia local y sedación o con anestesia general. La grasa se extrae con pequeñas cánulas que se introducen en el área a tratar a partir de pequeñas incisiones. No requiere de ingreso, pero su duración es mayor que la de una liposucción al uso, ya que el proceso de modelado del cuerpo requiere de más tiempo.

¿Cuáles son las últimas tecnologías que se pueden aplicar?

En los últimos tiempos ha ganado en importancia el lipoláser. Se trata de un procedimiento ambulatorio mucho menos invasivo que la liposucción tradicional. Es ideal para pequeños depósitos de grasa; aunque también es efectiva en zonas amplias y con flacidez. El lipoláser emplea un láser de alta definición con el que se destruye la grasa localizada descomponiéndola mediante calor. La grasa se transforma en un líquido oleoso que es eliminado por el propio cuerpo.

Para aplicar el láser se realizan pequeñas incisiones en la zona a tratar a través de las que se introduce, en la grasa subcutánea y a diferentes niveles, una cánula en cuyo extremo se sitúa la fibra óptica que transmite la energía láser. El procedimiento se realiza con anestesia local y no necesita de ingreso hospitalario. El paciente puede reincorporarse a su vida normal a las 24 horas de la intervención.